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FINANZAS Y MERCADO

24 de noviembre de 2017

Miedo a la próxima crisis: No vamos a poder recortar tipos como lo hemos hecho siempre

Ahora es el momento de abastecernos de papel para el próximo resfriado" "Hay que examinar las alternativas a la política monetaria convencional"

La economía de EEUU suma ya cerca de ocho años de crecimiento económico sin descanso, mientras que la tasa de paro está en el 4,1%, mínimos de diecisiete años. Sin embargo, la Reserva Federal mantiene los tipos en un rango del 1 y el 1,25%.

En la Eurozona y Japón, aunque el crecimiento económico no ha sido igual de robusto, la situación es parecida, y los tipos nominales a corto plazo están en el 0% o incluso en negativo. Esta situación podría dejar a la política monetaria convencional fuera de combate antes de que comience la próxima crisis. Y los 'señores del dinero' que dirigen los principales bancos centrales temen no tener herramientas suficientes para afrontarla.

John C. Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco, reconocía en un discurso la semana pasada que "la historia nos enseña que la recesión llegará en algún momento... la realidad económica para las economías desarrolladas ha cambiado y tratar con los retos del futuro va a ser mucho más complejo que en el pasado".

El tipo de interés natural
La caída del tipo de interés natural o de equilibrio, que es el coherente con el pleno empleo y una inflación constante y razonable, impide que la Fed, el BCE o el Banco de Japón (BoJ) eleven el objetivo de los tipos de interés. Si la inflación se encuentra en el 2% y el tipo de interés natural está en el 0,5% (en el 0% para la Eurozona), el rango objetivo de los bancos centrales será de alrededor del 2%, unos dos puntos porcentuales inferior a los tipos vistos en las últimas décadas.

Williams señalaba en su discurso que "si los tipos de interés están en el 2 o el 3% cuando llegue la próxima recesión, la política monetaria convencional habrá perdido gran parte de su fuerza".

Normalmente, en las últimas recesiones los bancos centrales ponían en marcha grandes recortes de tipos y fuertes inyecciones de liquidez. A día de hoy, y tras varios años de crecimiento, los tipos ya están históricamente bajos y los mercados están inundados en liquidez. Los bancos centrales tendrán que dejar en un segundo plano estas políticas.

"No podremos recortar los típicos cinco puntos porcentuales en los tipos para estimular la economía, porque antes de que nos demos cuenta ya habremos alcanzado el límite del cero o zero lower bound", reconoce el máximo mandatario de la Fed de San Francisco.

Nuevas formas de política monetaria
"La Fed, junto con otros bancos centrales, tendrá que considerar la política monetaria no convencional para estimular la economía: tanto el forward guidance (la orientación de la dirección que tomará la política monetaria), los tipos de interés negativos y los programas de estímulos, para volver a poner la economía en marcha", asegura Williams.

Aún teniendo en cuenta todas estas herramientas, los bancos centrales deberían rezar para que la próxima recesión tarde en llegar. En la actualidad, los balances de los mayores bancos centrales del mundo acumulan billones de dólares, euros, yenes o libras en activos, producto de los últimos programas de estímulo. Además, tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón tienen algunos de sus tipos clave en negativo, por lo que el espacio incluso para usar las políticas no convencionales sería limitado.

Williams cree que ante esta situación existen algunas alternativas como "elevar el objetivo de inflación o cambiar el objetivo de inflación fijo por uno que sea flexible". Esta última herramienta fue tema de discusión durante la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés), y quedó reflejada en las actas de la Fed.

Dicha idea, que ha sido defendido por el ex presidente de la Fed Ben Bernanke, propone un objetivo de inflación flexible que vaya cambiando en función de la inflación presente, pero siempre teniendo como objetivo alcanzar unos precios que crezcan cerca del 2% de media.

Es decir, en épocas como la actual en la que la inflación no alcanza el 2%, los bancos centrales deberían proponer objetivos superiores (temporales) de precios para compensar la baja inflación actual. Si por el contrario la inflación acumula varios trimestres superando el 2%, los bancos centrales deberían establecer un objetivo por debajo del 2% de forma temporal para compensar el exceso de inflación y lograr una media cercana al 2% al final de un determinado periodo.

Williams concluyó su discurso con una analogía: "Sería prudente pasar este período examinando nuestro marco de política monetaria y considerando cómo hacernos más resistentes. Nadie ha encontrado una cura para el resfriado común, pero sí sabemos que un buen lavado de manos, vitamina C y descanso pueden reducir los síntomas y evitar que se propague. Ahora es el momento de abastecerse de pañuelos de papel y asegurarnos de que estamos tan bien preparados como podamos para la próxima recesión".

Fuente: Vicente Nieves



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