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JUSTICIA

22 de febrero de 2018

Importaban harina de forma extravagante a Rusia

Detuvieron a un policía de la Ciudad de Buenos Aires y a un ex funcionario ruso.

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich calificó como "una de las operaciones más complejas y extravagantes" la causa de las narcovalijas halladas en la Embajada de Rusia en Argentina.

Por la causa está detenido un policía de la Ciudad y un exfuncionario ruso.

"El señor K"

Bullrich destacó que "no hubo filtraciones" y durante meses se pudo "mantener en secreto" la investigación que permitió desbaratar una organización narco que quiso enviar 389 kilos de cocaína a Rusia a través de valijas diplomáticas de la embajada de ese país, y mencionó que el jefe de la organización, a quien denominó "el Señor K", está prófugo.
El caso se abrió en 2016 y se investiga el frustrado tráfico de 389 kilos de cocaína a Rusia distribuidos en 360 paquetes, en valijas diplomáticas.

Durante la investigación hubo escuchas, tareas de inteligencia y un plan para cambiar la droga por harina. Arrestaron a cinco involucrados: dos en la Argentina y tres en Rusia.

"Narcovalijas" diplomáticas: hallan 400 kilos de cocaína en la embajada rusa en Argentina

 

Los sospechosos son un subinspector de la Policía de la Ciudad y un exfuncionario ruso. Además hay un prófugo que buscan en Alemania, señaló Bullrich.

¿Quién es Iván Blizniouk, el narcopolicía detenido por las valijas con cocaína?

Iván Blizniouk, un descendiente de rusos, que con 35 años ejercía un lugar de nexo entre referentes del tráfico de cocaína de Buenos Aires y Moscú.  Fue detenido después de regresar de un viaje a Roma junto a su esposa, y en su domicilio se secuestraron euros, dólares, reales y diamantes.

El caso

El alerta que dio origen a esta causa se produjo el 14 de diciembre de 2016, cuando el Ministerio de Seguridad de la Nación recibió un llamado del embajador ruso en la Argentina, que había encontrado 12 valijas diplomáticas con cocaína en el Colegio de la Embajada, en la Ciudad de Buenos Aires.

Alertada tras el aviso, la Justicia ordenó las intervenciones telefónicas y las tareas de inteligencia.

Además se ideó un plan para hacer caer a los involucrados: cambiaron la droga por harina y les pusieron GPS a las valijas.
"Creemos que este operativo es importantísimo, la Argentina está a la altura de las circunstancias", celebró la funcionaria, que destacó la coordinación con la Inteligencia rusa. "Trabajamos sin que se filtre nada", dijo la ministra de Seguridad en conferencia de prensa.

Las escuchas telefónicas permitieron conocer que el destino de la droga era Rusia y algunos países de Europa. El tráfico iba a ser bastante simple: las valijas diplomáticas no son sometidas al control de las autoridades aeroportuarias. Igual, los traficantes pusieron pastillas de inodoro para despistar a los perros de la Policía. La maniobra se frustró.

La investigación

La noche del 13 de diciembre de 2016, la ministra Bullrich recibió un llamado del embajador ruso, Víctor Koronelli, solicitando reunirse con ella de manera urgente. El diplomático acudió al Ministerio acompañado por tres miembros del Servicio Federal de Seguridad rusa, con motivo de una fuerte sospecha de un intento de tráfico de droga en el Colegio Adjunto.

El jefe de la Gendarmería Nacional, Gerardo Otero, el director de Inteligencia Criminal, Jorge Domínguez, y el juez Julián Ercolini, acudieron también a la reunión para ultimar los detalles y los pasos a seguir. Paralelamente, se le dio intervención a la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a cargo de Diego Iglesias.

Se acordó de manera conjunta ingresa a la escuela para confirmar la sospecha; de ser así, se utilizaría el método de sustituir la cocaína por otra sustancia para comenzar con la entrega vigilada y desentramar la red criminal.

La Gendarmería ingresó a las dos de la madrugada y comprobó con el narcotest que, efectivamente, se trataba de cocaína de máxima pureza oculta en valijas y marcada con un sello de calidad. Un total de 389,240 kilogramos complementados con levamizol. Con extrema cautela, se llevaron las valijas y se las reemplazó por harina. Todo esto debió consumarse con extrema rapidez para no levantar sospechas y devolver el cargamento al lugar donde había sido hallado, en las mismas condiciones.

Con el aval de la justicia y del embajador Víctor Koronelli se devolvieron las valijas, las cuales ya habían sido marcadas con dispositivos de rastreo interno y externo y las que luego, durante un año, serían controladas hasta diciembre de 2017, cuando partieron en un avión oficial a Rusia en el compartimento de equipaje diplomático.

La operación contó con la colaboración del Consejo Nacional, el Ministerio del Interior y la Policía Nacional de Rusia; el Ministerio de Seguridad argentino y la Gendarmería Nacional, y, por parte de la justicia, por el juez Julián Ercolini y los fiscales Eduardo Taiano y Diego Iglesias.

Señor K

La organización trasnacional se conformaba por el ciudadano “K”: prófugo y con pedido de captura internacional, este empresario era quien traía la droga a la Argentina y la facilitaba a la embajada. "Su contacto allí era Ali Abyanov, un exfuncionario jerárquico de la propia sede diplomática con el cual había planificado la operación y que hacía las veces de valijero", señaló el Ministerio.

"Otro de los vínculos en nuestro país era un subinspector de la Policía de la Ciudad, Iván Blizniouk, quien proveía a “K” con contactos y facilidades para saltear controles aduaneros y planificaba el envío del cargamento en algún posible viaje de cadetes a Rusia. La logística corría por cuenta de Alexander Chikalo, de estrecho vínculo con Blizniouk, y ambos de origen ruso nacionalizados argentinos", se indicó..

Paralelamente, Rusia dispuso una investigación espejo para identificar a “K” y a quienes recibirían la droga en su país. El plan era colocar las valijas como parte de la mudanza de Abyanov. Para esto, “K” viajó a nuestro país en varias ocasiones pero con apoyo del gobierno ruso se le impidió el acceso a la embajada.

Finalmente, y como última alternativa, las autoridades rusas trasladaron las valijas en un avión oficial. Ellos eran parte de la investigación y tenían conocimiento sobre la entrega vigilada. Un año después de esa primera reunión en el despacho de la ministra Bullrich, el vuelo despegó con destino a Rusia.

Al arribar, las valijas fueron resguardadas en el Ministerio del Interior ruso mientras se aguardaba que se presentaran los integrantes de la banda a retirar la carga.

El Ministerio de Seguridad envió un equipo especial de tres gendarmes para monitorear la entrega vigilada. En ese momento fueron detenidos Ishtimir Khudzhmov y Vladimir Kalmykov cuando se  presentaron a retirar las valijas. Simultáneamente, Ali Abyanov es detenido en su departamento en Moscú.

"La droga nunca viajó a Rusia, viajó la harina", afirmó.

Como corolario de la investigación, ayer la Gendarmería Nacional detuvo en nuestro país a Iván Blizniouk y Alexander Chikalo, tras una serie de allanamientos ordenados por la justicia.

Son seis en total los narcotraficantes aprehendidos en Rusia y Argentina y 50 millones de euros lo que significaba esta gigante operación trasnacional. Las técnicas aplicadas de inteligencia permitieron que la cooperación internacional entre ambos estados diera frutos y que hoy se haya logrado desbaratar una de las maniobras más sofisticadas de narcotráfico en nuestro país.



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