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24 de enero de 2015

Momento crucial para la avicultura argentina

El empresario Héctor Motta repasó los desafíos del sector en una entrevista realizada por una revista especializada de Francia. • Después de diez años de gran crecimiento, la competitividad argentina está amenazada.


El empresario avícola Héctor Motta fue entrevistado por el periodista Pascal Le Douarin, de la revista francesa Reussir Aviculture, especializada en temas avícolas. La nota se publicó en el número 179 del medio, correspondiente a septiembre pasado. La publicación repasó la situación histórica y actual de la avicultura argentina, y sus principales desafíos en el contexto internacional.


Entre la espada y la pared
Con el título “Pollo argentino – entre la espada y la pared”, Reussir Aviculture señala que “después de diez años de crecimiento constante de la producción y las exportaciones”, la avicultura argentina enfrenta un reto porque “la inflación recorta su competitividad exportadora y satura algunos mercados”.


Se destaca que la economía argentina ha estado mucho tiempo enferma de inflación. Durante el período 1975-1991, fue más de 100% por año. Para remediar esta situación, en 1991 se decretó que un peso valía un dólar. Lo que no estuvo a favor de los exportadores de pollo, porque las mercancías se facturan en dólares y el pollo argentino era caro. Esta paridad monetaria se prolongó hasta 2002. Sin embargo, el sector avícola realizó un esfuerzo de inversión y modernización en los años 90. El sistema de integración vertical (incubación, alimentación, criador integrado matadero) se desarrolló. Como no competitivo con un peso fuerte, los operadores permanecieron fuera del mercado global.

La crisis económica de 2001 lo cambió todo. El estado se declaró en quiebra y se produjo la crisis política que llevó a la caída del presidente De la Rúa. Paradójicamente, la industria avícola se benefició de la nueva situación.
La década 2002-2012 fue excelente, con un crecimiento continuo en los volúmenes producidos y exportados: 760 mil toneladas en 2003, la producción aumentó a 1,88 millones de toneladas en 2011 (585 millones de pollos, informado por Senasa). El sector avícola se vio favorecido por los altos impuestos a las exportaciones de granos que deprimieron los precios en el mercado interno.

El país produce cada año desde 40 hasta 50 millones de toneladas de soja y de maíz de 20 a 30 millones. El mercado de aves de corral absorbió 6 millones de toneladas de maíz y soja en 2010, según el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA).


Con insumos baratos, moneda débil, herramientas mejoradas e infraestructura portuaria, los ingredientes estaban reunidos para atacar los mercados de exportación. Productos argentinos fueron distribuidos vigorosamente en Europa y Oriente Medio. Argentina nunca ha tenido un problema con la gripe, que es una ventaja para los clientes exigentes como el japonés y el ruso. Las exportaciones aumentaron de 62 mil toneladas en 2003 a más de 300 mil en 2010. Un cuarto de la producción de pollo se destina a la exportación.

De 2002 a 2011, todos los indicadores están con luz verde. Las exportaciones alcanzaron 296 mil toneladas el año pasado. Pero ahora la euforia dio paso al temor. La competitividad argentina está de nuevo amenazada por la inflación, los tipos de cambio desfavorables y la saturación de ciertos mercados de exportación, incluyendo el europeo. Los industriales están alarmados por los excedentes del pollo que luchan por vender. Después de diez años de fuerte crecimiento, la competitividad recibe un golpe.

Opinión de especialista

La revista francesa presenta a Motta como industrial que fue dos veces presidente de la Latin American Poultry. Y en un apartado Opinión de Especialista, se resume su visión de la situación avícola actual. “Los últimos diez años han sido fantásticos para las exportaciones. Se elevó de 62 mil toneladas en 2003 a 322 mil toneladas en 2010. Tenemos que encontrar una nueva competitividad. Esto es en parte un nuevo pacto socio-económico. La mano de obra argentina es la mejor paga de América del Sur, mucho mejor que en Brasil. Pero más que las negociaciones salariales es la tasa de inflación y la evolución de cambio peso-dólar las que determinan nuestra competitividad para exportar. Hoy en día, estamos entre la espada y la pared a causa de la inflación, nuestro principal problema. La tasa de inflación anual es del 20% desde 2002. Después de diez años, se vuelve insostenible.

La convertibilidad peso-dólar determina la competitividad de precios. Las monedas que ingresan se convierten al tipo de cambio oficial de 4,5 pesos por dólar, mientras que la tasa de mercado es de 6 por un dólar. ¿Qué va a suceder a corto plazo? El pollo industrial registrará pérdidas este año, comenzará el 2013 con créditos. Si 2013 es todavía negativo el 2014 será decisivo”.


NOTA RELACIONADA 


La devaluación del peso aumentó costos de producción en avicultura 

La exportación de pollo es un tema preocupante para Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). "La exportación es un tema que nos está preocupando mucho, nuestro principal destino es Venezuela".

 

"Nuestro principal destino es Venezuela, que para muchas empresas es el único destino. Las cobranzas están bien, pero en los últimos dos meses no embarcamos porque se demoró la renovación de contratos" indicó Domenech.

"Fue un año difícil, con un primer semestre muy malo en materia de costos y precios. Costos muy altos y una oferta muy importante de productos. Los precios nunca llegaron al nivel del costo. Tuvimos también algunas dificultades con las exportaciones. La devaluación de enero recién se empezó a sentir entre marzo y abril", indicó.

Luego aseguró que "en el segundo semestre la oferta siguió siendo buena, no hicimos nada para modificar los costos más allá de lo que tiene que ver con productividad sistemática, pero sin ninguna duda nos ayudó la baja del maíz y de la soja".

Domenech dijo que "en el medio tuvimos dos empresas con concurso de acreedores, una en Entre Ríos y otra en Buenos Aires, que generaron preocupación en los proveedores. Recién hace unos 60 días se tranquilizó todo y volvió el crédito comercial al sector, que es el que le permite movilizarse".

En tanto explicó que "en el mercado interno el mes de octubre fue de 45 kg por habitante pero el año va a estar por encima de los 42 kg. La exportación es un tema que nos está preocupando mucho, nuestro principal destino es Venezuela, que para muchas empresas es el único destino. Las cobranzas están bien y vamos a terminar el año prácticamente en cero, pero en los últimos dos meses no embarcamos porque se demoró la renovación de contratos. Estamos pendientes de cómo va a ser la renovación de contratos y la asignación de presupuesto".

En cuanto al 2015, concluyó que "la producción se mantiene en los mismos volúmenes. La reposición de reproductoras fue un poco menos de un 2% más que el año anterior. Entendemos que entre el 1 y el 2% más de oferta total es lo que vamos a tener. Habrá que salir a buscar nuevos mercados pero habrá que ver también que nos presenta el mundo para el año que viene".

Por último dijo que "los mercados internacionales no están muy tomadores porque están esperando que bajen los precios a partir de que bajó el costo por la baja en los commodities".

Fuente:FMF- por Pascal Le Douarin -Agrosíntesis

 

 



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