POLITICA
18 de diciembre de 2016
Macri tendrá minoría en el Congreso hasta 2019
Por mejor papel que haga Cambiemos en las elecciones, hasta el final del mandato no llegará al quórum propio y tendrá que hacer acuerdos con la oposición.
Como pronosticaba su gurú, Jaime Durán Barba, la innovación es la marca en el orillo de la gestión Macri. En el Gobierno, a veces lo confunden con improvisación. Sea como fuere, la debilidad partidaria de origen condenó al PRO a encabezar el primer gobierno democrático que deberá lidiar en minoría en ambas cámaras parlamentarias durante un mandato completo.
Por lo tanto, para avanzar con las leyes que le hagan falta de acá al 2019, Mauricio Macri podrá retomar una estrategia de conciliación, como la que le dio éxito en la primera parte del año, o aceptar los desafíos confrontativos de la oposición, como en las últimas semanas. También podrá mantenerse en la línea de ir “proyecto a proyecto”, como hasta ahora, o adoptar las recomendaciones de varios de sus socios de convocar a un gran acuerdo parlamentario sobre políticas de Estado. Lo que no podrá es despegarse de la ardua tarea de seducción a otras tribus políticas para obtener las mayorías que le niegan el reparto de bancas. Sean ellas comandadas por Sergio Massa, Miguel Pichetto, gobernadores, o quienes eventualmente ocupen el rol que tales entidades representan hoy en día. Será con chequera, con política, o con un mix de las dos.
Referentes de Cambiemos en Diputados y en el Senado semblantearon las posibilidades para la renovación legislativa de octubre próximo y coincidieron en que por aún con el mejor de los resultados quedarán lejos aún de lograr quórum propio. En cambio, confían, como el círculo áulico de Macri, en que un triunfo contundente les dará un respaldo vital para forzar el apoyo a los proyectos del Ejecutivo desde la presión del consenso social.
En el repaso que hicieron la espadas legislativas figura para el Senado una expectativa de crecimiento de 15 a 21 integrantes del interbloque oficialista, todavía 16 debajo de la mitad más uno. Y en Diputados, de 87 a alrededor de un centenar, sin chance material de rozar los 129 que garantizan cada votación.
La Cámara alta se renueva por tercios. El bloque del FpV, donde por el momento conviven representantes orgánicos del PJ y nostálgicos del cristinismo, cuenta con 41 de las 72 bancas. La apuesta de máxima del oficialismo es que el peronismo pierda el manejo del quórum. Para ello, debería ceder al menos cinco de las 14 bancas que pone en juego, un 58 % de las 24 que se elegirán el año próximo. Se renuevan las tres de las provincias de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
Aunque Cambiemos arriesga sólo tres senadores (todos de la UCR), las hipótesis realistas estiman como satisfactoria una cosecha de 9. De tal forma, sumaría seis y necesitaría seguir armando alianzas con opositores para facilitar las negociaciones. Habrá que ver si ese rol en la vereda opuesta sigue siendo exclusividad de Pichetto o de algún otro que quede al frente del PJ oficial. También podría darse el armado de un combo más variado, como sucede en Diputados, donde el armado opositor corre por cuenta de un mosaico de ramificaciones peronistas.
En la Cámara baja, que deberá reponer a 127 de sus 257 integrantes, se presenta un panorama electoral poco habitual: los tres grupos principales se renuevan en idénticas proporciones, casi por la mitad. Aunque cambian las aspiraciones. El interbloque Cambiemos arriesga 41 de sus 87 bancas. Y un buen desempeño electoral (en torno al 40%) le permitirá acariciar los tres dígitos en el recinto. La mayor expectativa está centrada en provincia de Buenos Aires, donde sólo pondrá en juego 4 de las 35 bancas que se eligen.
Los matices en el combo oficial, preaviso de conflictos, se relacionan a los desbalances internos. Mientras el radicalismo cargará con el peso de renovar a 22 de sus 39 bancas (el 56%) y el ARI a 3 de las 4 (75%), el macrismo sólo pondrá en juego 14 de sus 42 (el 33%). Si se le anexa el pode del aparato del Estado, el PRO va camino de engordar su bloque y ya advirtió su propósito de quedar como la fuerza dominante del espacio.
En la oposición, la incógnita será el reparto entre las variantes peronistas. El FpV y sus aliados (de composición más kirchnerista que la del Senado) renuevan 34 de sus 72 miembros. Y el frente UNA de Sergio Massa a 19 de las 37. En tanto que el bloque Justicialista de Oscar Romero y Diego Bossio arriesga 8 de sus 17 ¿Con quiénes deberá negociar Macri para llegar a buen puerto en 2019?
Fuente:Marcelo Hugo Helfgot
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