Boca y Chacarita se medían en la Bombonera después de siete temporadas de su último mano a mano en el Clausura 2010 en el que en cancha de Huracán ganó el Funebrero 4 a 1. Uno buscaba ganar para seguir afirmado en la punta de la Superliga mientras que el otro, recién ascendido, quería sumar para el tan temido promedio. En este contexto, el local sufrió más de lo esperado y no jugó bien, pero se quedó con un trabajado triunfo por 1-0 que lo dejó en la cima del campeonato con puntaje ideal (15 en cinco encuentros). Chacarita tiene dos unidades en cuatro partidos disputados.

El local aprovechó un error infantil para, en la primera que se le presentó, ponerse en ventaja (que al final sería la decisiva). Chaca ejecutó un lateral largo en mitad de cancha, Fernando Gago alcanzó a puntear en el anticipo, la pelota le quedó a Darío Benedetto que -rápido- cedió para Cristian Pavón que entraba por el medio de frente al arco. El siete, con todo el tiempo del mundo, definió a colocar el mano a mano.

Pero cuando pintaba que iba a ser una tarde tranquila para los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto, se encontró con una expulsión innecesaria de Edwin Cardona. El colombiano se fue por una doble tarjeta amarilla; la primera la vio por llegar tarde a la marca en el borde del área de Agustín Rossi. La segunda, tras una insólita mala marca en la que se barrió mal cerca del círculo central. Néstor Pitana no dudó y la sumatoria lógica dio roja. Insólito.
A partir de allí los dirigidos por Walter Coyette se adueñaron de la tenencia de la pelota, pero no pudieron capitalizarla con peligro en el arco rival. De hecho, Boca tuvo dos más claras para estirar ventajas por la misma vía: rápidos contragolpes tras un recupero. Primero a los 24' cuando Pablo Pérez, en combinación con Pavón, quedó de frente al arco y la mandó por arriba. Diez minutos después otro disparo largo de Benedetto​ salió lejos.

A los ocho del complemento se equilibró la cantidad de jugadores por lado, lo que en teoría beneficiaría a los xeneizes. Al igual que Cardona en el PT, Miguel Mellado llegó tarde en un cruce y recibió la segunda amarilla. Pero contrario de lo que se preveía, los de San Martín jugaron más sueltos sin la presión de tener uno más y le robaron la pelota a Boca.

A pesar de ello no pudo llegar de manera clara al arco de Boca, que sufrió más de lo que se esperaba y tuvo un flojo rendimiento, pero supo aguantar la ventaja tempranera y sigue mirando a todos desde arriba.