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25 de diciembre de 2017

El Rey de España pide al nuevo Parlament que recupere la convivencia en Catalunya

Felipe VI, el jefe del Estado apela a la necesidad de garantizar la convivencia dentro del marco constitucional

Catalunya ha marcado el año político y Catalunya ha centrado el discurso de Navidad del Rey que se ha emitido este domingo por la noche. En su mensaje, el cuarto de su reinado de Felipe VI, el jefe del Estado ha pedido a los nuevos representantes del Parlament que afronten los problemas que afectan a todos los catalanes respetando la pluralidad y también ha apelado a la necesidad de recuperar la convivencia en Catalunya dentro del marco constitucional.

Al igual que el pasado 3 de octubre en su mensaje extraordinario tras el referéndum por la independencia, el Rey, en su papel de garante de la unidad y la permanencia del Estado, ha recordado esta Nochebuena que “respetar y preservar los principios y valores de nuestro Estado de derecho es imprescindible para garantizar una convivencia que asegure la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político”. En esta ocasión, sin embargo, el tono del mensaje no ha sido tan imperativo; recordemos que el de Navidad es el único discurso que se cocina enteramente en la Zarzuela aunque, antes de servirlo, se da de probar a la Moncloa. Según el propio Rey, más que un mensaje es un conjunto de reflexiones compartidas. Por eso, ha empezado reconociendo que el 2017 ha sido, en España, “un año difícil para nuestra vida en común; un año marcado, sobre todo, por la situación en Catalunya”.

Dirigiéndose a los nuevos representantes en el Parlament, el Rey ha recordado la necesidad de afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes “respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común”. El Rey considera que las recientes elecciones autonómicas han abierto un camino que debe conducir a que “la convivencia en el seno de la sociedad catalana recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo”. El llamamiento a la responsabilidad de los nuevos protagonistas de la política catalana ha incluido también el recordatorio de la crisis vivida en los últimos meses. “Como sabemos, ya –ha advirtido el Rey–, el enfrentamiento y la exclusión sólo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y económico de toda la sociedad”. El Rey concluye que el único camino posible por el que deben transitar los representantes recientemente elegidos por los ciudadanos catalanes es el que conduce a “que renazcan la confianza, el prestigio y la mejor imagen de Catalunya”.

El jefe del Estado ha recordado la necesidad urgente de reafirmar los valores que siempre han caracterizado a Catalunya: “Su capacidad de liderazgo y de esfuerzo; su espíritu creativo y vocación de apertura, su voluntad de compromiso y su sentido de la responsabilidad”. Al igual que en la práctica totalidad de los discursos en los que ha hecho referencia a la situación en Catalunya, el Rey ha hecho una reflexión sobre la necesidad de no poner muros a los sentimientos y, entre todos, impedir que la radicalización de las ideas políticas “distancie y separe a las familias y a los amigos”.

La cuestión catalana ha centrado el mensaje de Navidad, pero el Rey también ha reconocido que esta situación “difícil” ha permitido comprobar “el compromiso sentido y firme de los españoles con la España democrática que hemos construido juntos”. Ha recordado los logros de los últimos cuarenta años y también los riesgos, con una velada referencia, sin citarlo, al intento de golpe de Estado del 23-F “Hemos asentado la democracia, incluso superando hace décadas un intento de involución de nuestras libertades y derechos”, ha dicho el Rey, reconociendo que persisten situaciones difíciles y complejas que hay que corregir y que requieren un compromiso de toda la sociedad para superarlas.

En el mensaje, el Rey también ha habido espacio para otras preocupaciones y desafíos de la sociedad española. Ha considerado que a pesar de que la situación económica ha mejorado, aún no se ha logrado el objetivo de un empleo estable ni acabar con la desigualdad y las diferencias sociales. Ha pedido tomar medidas para erradicar la corrupción que impide que los ciudadanos confíen plenamente en las instituciones; recordó el compromiso de España con una Europa unida y con la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Tras recordar que el terrorismo yihadista sigue siendo una amenaza mundial, el Rey ha mostrado sus respetos a las víctimas, especialmente a las de los atentados de este verano en Barcelona y Cambrils. Por primera vez, al menos de forma tan específica. se ha referido a las mujeres que, “en un silencio tantas veces impuesto por el miedo”, sufren la violencia de género, una lacra que el Rey ha calificado de “inadmisible que hiere nuestros sentimientos más profundos y nos avergüenza e indigna”.

El Rey ha animado a todos a “seguir construyendo nuestro país, porque la historia no se detiene”, y se ha mostrado convencido de que nadie desea una “España paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione; una España serena pero en movimiento y dispuesta a evolucionar y a adaptarse a los nuevos tiempos”.

Tras repasar un año lleno de retos, el Rey se ha mostrado esperanzado en que el próximo y los que vendrán después serán mucho mejores. “No hemos llegado hasta aquí para temer al futuro, sino para crearlo”.



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