Tradicionalmente, las legumbres han sido un alimento fundamental en la dieta mediterránea por su bajo coste y su alto contenido nutritivo, pero en los últimos años su consumo ha caído en picado.

La bajada en el consumo de legumbres puede deberse al desarrollo económico y a creencias (injustas) que apuntan que este tipo de alimentos engordan, se digieren mal, o se necesita mucho tiempo de preparación para su consumo.

A continuación os damos una lista de los beneficios de las legumbres y el por qué son tan importantes incluirlas en nuestra alimentación:

Son una gran fuente de proteína vegetal de alto valor biológico. Lo que las hace un alimento fundamental sobre todo en dietas vegetarianas. Además si se combinan adecuadamente con otros alimentos hacen que su absorción sea mayor.

Contienen hidratos de carbono complejos, que son los idóneos, ya que se absorben más lentamente, al contrario que los simples (como el pan, arroz o pasta). Esto las hace un alimento ideal para dietas de adelgazamiento, en las cantidades adecuadas, ya que, evita picos de glucosa, lo que evita la sensación de hambre, aportando a su vez energía.

Fuente de fibra, que aporta saciedad y nos ayuda al correcto funcionamiento intestinal, además de controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre.

Alto contenido en hierro, mineral fundamental en nuestra dieta, sobre todo en poblaciones especiales como niños, ancianos, deportistas y embarazadas.

Ricas en vitaminas como la A, C, D, E, K y ácido fólico, y minerales como calcio, magnesio, fósforo, yodo y potasio, esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso y muscular.

Muy bajo contenido en grasa

Bajo coste económico, lo que hace que estén al alcance de cualquier consumidor, además de su gran versatilidad a la hora de elaborar recetas con ellas.

Se conservan muy bien y tienen una fecha de caducidad muy larga.

Por todas estas razones, deberíamos incluirlas unas tres veces por semana en nuestra dieta, siempre mejor a la hora de la comida, ya que por su composición, pueden tardar más en digerirse, y no elaborarlas en forma de guisos muy calóricos y acompañados de grasa.

Además si se combinan adecuadamente, con otros alimentos, como por ejemplo arroz y lentejas o espinacas con garbanzos, podemos absorber sus nutrientes mucho mejor, y convertirlas en un plato único, ideal en esta época del año.
Por lo tanto, y al contrario que dice el refrán… ¡ya no hay excusa para dejarse las lentejas!
Por Ana Moreno Nutricionista