DEPORTES
20 de mayo de 2018
Nadal ganó y recupera el número 1
La lluvia frenó el partido cuando estaba en desventaja. Luego de la suspensión, venció a Zverev en una gran final.
Rafael Nadal lo hizo de nuevo. Estuvo contra las cuerdas y salió para adelante como hacen los grandes campeones: con suerte, pero ayudándola. Después de que una lluvia frenara el partido en su momento más difícil, salió como una tromba y dio vuelta una historia muy complicada para vencer a Alex Zverev por 6-1, 1-6 y 6-3.
El primer capítulo mostró un claro predominio del español. El comienzo había sido alentador para el joven alemán, con un quiebre en el primer game del partido. Pero le duró poco la alegría. Rafa empezó a ahorcarlo con su receta conocida y ese tenis prácticamente sin errores que mostró durante toda la semana.
Nada frenó el avance del de Manacor, que se alimentaba cada vez más de la visible frustración de su oponente. Así se llevó seis juegos consecutivos, incluido el sexto, al que Zverev tampoco pudo llevarse a pesar de estar sacando 40-0. El 6-1 de la chapa final reflejó a la perfección lo ocurrido dentro de la cancha y permitía avizorar un rápido desenlace si nada cambiaba demasiado.
Por eso sorprendió mucho el comienzo del segundo parcial. Con un Zverev que mostraba toda la decisión para atacar a las líneas que le había faltado en el primer set y un Nadal inesperadamente errático.
El alemán no sólo quebró en el segundo game a Nadal y aseguró sus games de saque con soltura. En el cuarto juego, después de haber perdonado con un passing cuando el español sacaba 15-40, consiguió un nuevo quiebre con un palo paralelo que Nadal ni siquiera intentó devolver. Era el 4-0 y la sensación ratificada de que el partido era totalmente distinto.
A partir de ahí, el alemán mantuvo su receta para cerrar el set por 6-1 asegurando sus juegos de saque. Más allá de que Nadal mostró indicios de reacción en el cierre, todo quedaba abierto para el desenlace en un tercer parcial en el que parecía que cualquier cosa podía ocurrir.
En el arranque del set decisivo, apareció en escena un nuevo actor: una lluvia leve. Y el que mejor la aprovechó en ese comienzo fue Zverev, subido a la ola de confianza que lo arrastraba.
En una cancha en la que empezó a costar más desplazarse -uno de los fuertes del juego de Nadal- y con piques más bajos, el alemán lanzó drops picantes con altísima precisión que lo llevaron a volver a quebrar en el primer juego. El revés de Zverev, aparte, llevaba una contundencia y una precisión absolutas.
Cuando sacaba Nadal 1-3 y 15-0, la lluvia se intensificó y obligó a interrumpir el juego. ¿Cómo jugaría la suspensión en la cabeza del joven alemán, que se acercaba a dar el gran golpe de su carrera hasta ahora? Fueron apenas unos minutos hasta que se reanudó la actividad, pero apenas alcanzó para completar ese game y, cuando Zverev iba a sacar 3-2, la tormenta recrudeció y todos se fueron a los vestuarios.
Nadal, protegido de la lluvia, mira intraquilo. (Foto: Reuters)
Si cabía alguna duda de que la lluvia podía perjudicar al alemán, quedó clara en el primer juego después de la reanudación. Con Nadal bien enchufado de entrada, empezaron a aparecer esos errores que Zverev había logrado anular durante un buen rato. Y entonces el español consiguió el quiebre con el que equilibró el resultado.
Zverev pide explicaciones (Ettore Ferrari / EFE)
Ya no hubo manera de pararlo. Todo había cambiado después de la suspensión y los roles volvieron a ser los del comienzo: Nadal dentro de la cancha y repartiendo palos para todos lados, y Zverev desanimado y errático. En un suspiro, llegó el desenlace con cuatro games al hilo de Nadal para el 6-3 definitivo que significaba un nuevo título en Roma y recuperar el número 1.
Virgina Raggi, alcadesa de Roma, intenta protegerse de la lluvia (Ettore Ferrari / EFE)
El de este domingo fue el quinto choque entre Nadal, de 31 años, y Zverev, de 21. Lo dos tenían mucho en juego. El mallorquín, que amplió su ventaja en el historial a 5 a 0, consiguió su 32° trofeo en un Masters 1000 -nadie ganó más que él- y el octavo en Roma. Además de recuperar el número 1 que le había cedido a Federer.
El alemán, uno de los cinco jugadores activos con tres o más Masters (los otros son Nadal, Federer, Djokovic y Andy Murray), buscaba extender su gran momento y sumar el segundo título consecutivo en esta categoría -viene de consagrarse sobre el polvo de ladrillo de la capital española- y el cuarto de su carrera. No pudo ser.
Nadal volvió a ser el rey en Roma, como ocurre casi siempre en el polvo de ladrillo. Falta una semana para llegar al gran desafío de la temporada sobre esa superficie: un Roland Garros en el que otra vez parte como gran favorito.
Nadal volvió a superar a Federer en lo más alto del ranking mundial
El abrazo entre Zverev y Nadal, dos súper clase (Gregorio Borgia / AP)
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