María Eugenia Vidal confirmó que no desdoblará la elección bonaerense de la nacional. Así lo aseguró el jefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai a Clarín, luego de reunirse con la gobernadora. “Las elecciones en Nación y en Provincia se van a hacer en las mismas fechas. Vidal prefiere que sean unificadas y no desdobladas”, sentenció la mano derecha de la mandataria bonaerense.

La posibilidad de que por primera vez en la historia nacional no se eligiera gobernador del distrito más grande del país el mismo día que presidente había descolocado al peronismo y dividido las aguas en el oficialismo. Los integrantes de la mesa chica de Cambiemos insistían en que se la definición llegaría en marzo, pero finalmente se adelantó.

“Llega un momento donde tenes que darle un corte, porque te empieza a funcionar en contra. Fue funcional hasta acá y no queríamos que siguiera y que se leyera como una especulación de parte de la gobernadora ni mucho menos”, dijeron cerca de Vidal.

En su encuentro con Salvai, la mandataria bonaerense dio por cerrada la discusión y se mostró segura de que le ofrendará una victoria al Presidente. “Hay que darles previsibilidad a los bonaerenses y decirles cuándo van a a votar Yo no especulo electoralmente, quiero ganar y voy a ganar en cualquier escenario y en cualquier fecha. No le tengo miedo a ningún contrincante”, sentenció. Vidal se lo comunicó al Presidente y los dos estuvieron de acuerdo con la decisión, confirmó Salvai.

Los impulsores del desdoblamiento de los comicios bonaerenses de los nacionales tenían numerosos argumentos. Uno de los más importantes era que los intendentes del PJ se quedarían sin la tracción de candidato presidencial más competitivo del partido, que -en la Casa Rosada no tienen dudas- será Cristina Kirchner. Como ese efecto también seducía a Sergio Massa, desde el oficialismo señalaron al jefe del Frente Renovador como principal instigador de la movida, que también alentaban Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.

Cerca de Vidal mantuvieron la hipótesis con vida con razonamientos de todo tipo. Fuera de micrófono insistían en que una victoria contundente en la provincia más populosa hubiera sido un golpe potente de cara a octubre que hubiera cortado las muy probables victorias del peronismo en otros distritos. Los aliados radicales -a los que Macri les pidió subordinar sus estrategias en sus provincias a la campaña nacional- de pronto veían con buenos ojos el adelantamiento bonaerense. Por último, con el desdoblamiento Vidal alejaba definitivamente los fantasmas de una derrota, puesto que en la Provincia no hay balotaje.

La discusión por la actualización del Fondo del Conurbano -que se apresta a una definición- y la distancia forzosa por vacaciones, alimentaron las versiones de un posible desplante de la gobernadora al Presidente. En la última semana eliminaron esos fantasmas con tres actos compartidos en 5 días, retórica de campaña y un almuerzo a solas en Olivos. Macri se había comprometido a estudiar a fondo el desdoblamiento, pero cuatro días después se acabaron las suspicacias.

La comisión bilateral de la Legislatura bonaerense que analizaba la posibilidad de separar las elecciones, que en un principio se había conformado para estudiar el desdoblamiento de los comicios municipales, no alcanzó a celebrar su primera reunión pautada para el 7 de febrero.

Vidal finalmente esgrimió razones logísticas y económicas. “La gobernadora quiere que los bonaerenses no tengan que votar tantas veces. Además, sería una decisión muy costosa en este momento para la Provincia. Cambiemos va a jugar en equipo y Vidal cree que tiene buenas chances de triunfo para ser reelecta”, destacó Salvai.

El intendente de Vicente López Jorge Macri, que se había manifestado proclive al desdoblamiento, se mostró satisfecho con la decisión de mantener el calendario unificado, pero pidió avanzar en un acuerdo para eliminar las primarias provinciales. “También hay que buscar un consenso con otras fuerzas y suspender las PASO. Son un lujo que no podemos darnos”, dijo. Desde la gobernación le bajaron el pulgar.

La gobernadora ahora traccionará votos para el Presidente el 27 de octubre, igual que Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad y, como esperan en el Ejecutivo, que los aliados radicales en Mendoza y Jujuy (la segunda, con menor impacto a nivel nacional), quienes todavía no explicitan su calendario electoral.