El aumento que acordaron y firmaron  ADP, AMET, UDA, Sadop y UPCN  del 35% con una cláusula de redeterminación trimestral y dos bonos compensatorios de 2.500 pesos. Se replicará para los demás trabajadores estatales y se pagará en seis tramos: un 5% que ya se abonó en el último sueldo, el próximo 30 de marzo se depositará la segunda cuota de 7,5%, luego otro 5% en junio, un 7,5% en agosto, un 5% en octubre y, por último, un 5% en noviembre.

Docente en la plaza 9 de Julio confirmaron anoche que la protesta seguirá adelante y que hoy se intensificaría. Sitepsa también señaló que no levanta el paro, y por otra parte, un grupo de directores podría sumarse.

Desde ahí para abajo, aun prorrateando el bono que percibieron los estatales, todos pierden frente a una inflación acumulada del 50. Están los que pierden mucho y los que pierden menos, pero hay una constante: los que van a la cola del pelotón están en el sector privado.

En contextos de inflación y recesión se acentúan notoriamente dos enormes ventajas de que goza el sector público frente a sus pares trabajadores del sector privado. La primera es que ninguno tiene en riesgo su salario y, mucho menos, su puesto de trabajo. En las filas del sector público nunca hay despidos. En cambio, en el sector privado siempre hay ajuste cuando la economía no funciona: en febrero pasado había 524 mil salteños en el sector privado formal y hoy hay 508 mil: 16 mil puestos laborales menos. Si bien en términos relativos se trata de una baja del tres por ciento, lo que salta a la vista cuando se miran los números es que se ha privilegiado conservar el puesto de trabajo a costa de resignar poder adquisitivo. La segunda cuestión es el ritmo de las actualizaciones salariales: mientras los estatales (provinciales hasta agosto pasado y municipales, todos los meses) tuvieron ajuste mensual por inflación, los privados tienen que, luego de las pulseadas paritarias de rigor, esperar los pagos en tramos, que suelen ser dos o tres en el año. Ahora, justamente, es el peor momento para el sector privado: tiene sueldos “viejísimos”, porque el grueso de las negociaciones arranca en abril, mientras que los estatales vienen recibiendo ajustes prácticamente todos los meses. Es más, uno de los logros de los docentes de ayer fue haber llevado la cláusula gatillo de junio, como pretendía la Provincia antes de los paros, hasta septiembre.