Fuentes del gobierno argentino aseguran que la Argentina y Brasil llevan adelante negociaciones para crear una moneda única y, a la vez, un banco central supranacional que conduzca la política monetaria. En el gobierno brasileño, por su parte, señalan que el tema es “interesante”. Ambos países aclaran que, por ahora, no hay nada en concreto y el tema va para largo.

El tema fue mencionado ayer por primera vez. Paulo Guedes, ministro de Economía de ll, lo puso sobre la mesa en un encuentro empresarial en el Hotel Alvear donde estuvieron Jair Bolsonaro, ministros argentinos (Jorge Faurie y Dante Sica), funcionarios brasileños y representantes del G-6 empresario.

“Guedes habló de que ambos países debieran tener una moneda común”, contó Sica. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Copal, precisó que “lo hizo en el marco de una agenda en la que se discutía alimentos, autos y energía”. Un funcionario del gobierno brasileño dijo que Guedes mencionó el tema como “algo interesante para el futuro en forma hipotética pensar en el peso-real”.

“En enero nos habló de que ambos países deberían tener una moneda común”, recordó Sica sobre la propuesta de Guedes. Desde Hacienda reconocieron que el puntapié fue lanzado por el brasileño y que ahora la agenda la llevan las carteras que conducen Dujovne y Guedes. “Tenemos que avanzar en una moneda única porque Argentina y Brasil son dos países cuyas monedas respondan a los mismos vaivenes de la economía global”, explicó una fuente importante de Hacienda.

El Mercosur nació con la idea de tener una moneda común. Pero la descoordinación macroeconómica entre ambas economías impidió la convergencia. De hecho, Guedes, que ahora habla de una moneda común, es un crítico del Mercosur por sus nulos resultados. Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde en su momento mencionaron la idea de una moneda común. Los equipos económicos de José Luis Machinea y Pedro Malan, en el 2000, establecieron un sendero de metas macroeconómicas como fuera el Tratado de Maastricht en Europa (que balizó el camino hacia el euro). Nada de aquello funcionó con las devaluaciones de Brasil y Argentina. Actualmente, la descoordinación parece estar en su etapa más alta. La Argentina tuvo una inflación de 47,6% en 2018 y Brasil 3,75%.

Según fuentes argentinas, “las negociaciones con Brasil se encuentran avanzadas”. Una fuente del Gobierno de Brasil explicó que Guedes se refirió a la necesidad de buscar inversiones conjuntas, intentar establecer algún proceso de convergencia macroeconómica e invertir en infraestructura para luego pensar en un futuro en implementar una moneda común, pero dejando claro que ese camino no puede ser artificial ni forzado.