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25 de diciembre de 2020

Máxima y el rey Guillermo pasaron Navidad en los Países Bajos

Los integrantes de la familia real holandesa pasarán la Navidad en Países Bajos y no en la Argentina como solían hacerlo .

En tiempos de crisis ni los deslices políticos ni los reales tienen margen de aceptación entre una población cercada por la covid, el paro y los problemas económicos. De esta regla no se han librado ni Guillermo ni Máxima de Holanda, una de las parejas reales europeas que contaban con mayor aprobación entre sus súbditos antes de la pandemia.

La familia real tendrá su celebración en el castillo de Het Oude Loo, en Apeldoorn, que desde el siglo XV es frecuentemente utilizado por los royals holandeses como casa de campo.

Ahora los reyes de los Países Bajos han decidido cancelar las vacaciones de Navidad que suelen pasar en Argentina, el país de nacimiento de Máxima de Holanda. Y esta determinación no ha estado provocada solo por la crisis sanitaria causada por el coronavirus a nivel mundial, también han sido decisivas las críticas que recibieron cuando este verano se les vio paseando por Atenas sin mascarilla y sin mantener la distancia de seguridad. Aún peor se tomaron sus súbditos que hace una semana decidieran viajar junto a sus hijas, Amalia, Alexia y Ariana, para pasar unos días de descanso en su villa privada de Kranidi, en la península del Peloponeso, situada a orillas del mar y a 160 kilómetros de la capital griega. Una estancia que se vieron obligados a finalizar muy poco después de su llegada porque sus vacaciones coincidieron con las medidas que el Gobierno de su país impuso a los ciudadanos para restringir la movilidad y tratar de frenar el avance de la pandemia.

En este último, la polémica fue tal que Guillermo y Máxima de Holanda se vieron obligados a realizar un vídeo, que hizo público la casa real, en el que pidieron disculpas por su comportamiento. La prensa holandesa no ha sido precisamente condescendiente con ellos y menos aún la opinión pública. Ahora ha sido un periodista del programa RTL Boulevard quien ha comunicado a los holandeses la decisión de los monarcas de cancelar el viaje que tenían planificado para viajar a Argentina en las Navidades. Este año las fiestas de diciembre las pasarán en Holanda y en el campo, en concreto en el antiguo pabellón de caza He Oude Loo, situado en la localidad de Apeldoorn.

Estas críticas resultan muy duras para un rey como Guillermo, que desea mostrarse cercano y natural, pero ha chocado varias veces en los últimos años con la realidad a cuenta de sus vacaciones. En 2009, los reyes vendieron la villa de vacaciones que se estaban construyendo en Mozambique.

Era parte de un complejo de lujo en la provincia de Machangulo, pero la compra coincidió con la crisis financiera, y los sondeos de opinión mostraron entonces el malestar general hacia dicha elección: un lugar alejado al que había que sumar los gastos de seguridad y el desplazamiento. Hubo un debate parlamentario sobre el asunto y Guillermo y Máxima, entonces príncipes herederos, traspasaron la casa a la constructora Machangulo SA “por una cantidad simbólica”. En 2012, el matrimonio adquirió la villa griega, cuyo precio de venta era de 4,5 millones de euros.

Tampoco gustó el elevado coste de la remodelación del palacio Huis ten Bosch, su residencia oficial en La Haya, que terminó alcanzando los 63 millones de euros cuando su presupuesto inicial era de 35.

El Estado no distinguió entre espacio personal y público, y abonó el monto total de las obras, pese a que los monarcas tienen una asignación para pagar sus estancias privadas. Los trabajos se prolongaron durante cinco años, y el rotativo NRCHandelsblad llegó a pedir información sobre el desembolso que se realizó para las salas de uso familiar, en virtud de la Ley de Transparencia. Sin embargo, el ministerio de Interior no quiso aclarar cuánto costó la decoración de esa zona específica. Sí ha señalado que el monarca tuvo “cierto poder de decisión” a la hora de elegir el interiorismo. Guillermo recibe una asignación anual de 5 millones de euros para cubrir este tipo de gastos.

Los reyes Guillermo Alejando I y Máxima de Países Bajos han decidido cancelar las vacaciones de Navidad que tienen por costumbre pasar en Argentina, país natal de la reina. Según informaba esta semana el corresponsal de realeza Marc van der Linden en el programa RTL Boulevard, en lugar de realizar ese viaje la familia real holandesa pasará la Navidad en el castillo de Het Oude Loo, un antiguo pabellón de caza situado cerca del municipio de Apeldoorn, a unos 100 kilómetros de Ámsterdam.

Con esta decisión, Guillermo Alejandro I y Máxima han querido evitar críticas como las que, hace solamente unas semanas, les costó el viaje que realizaron junto a sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariadna, a Grecia, donde los reyes poseen una residencia de recreo. Días antes, el gobierno holandés había decretado el confinamiento parcial del país y pedido a los ciudadanos que se desplazaran lo menos posible, por lo que molestó mucho que se hiciera una excepción con la familia real.

La princesa Beatriz, con sus hijos mayores, nueras y nietos. (EFE)

La princesa Beatriz, con sus hijos mayores, nueras y nietos. (EFE)

Los Reyes tendrán que conformarse con disfrutar en familia y en la intimidad los días más señalados, en las que no faltarán platos típicos del país que cada año llenan la mesa tanto de Máxima y Guillermo como de la princesa Beatriz y el resto de la familia Van Oranje, como el conejo con lombarda o pavo relleno con puré de castañas, acompañados de pan con pasas, pan de jengibre -llamado también pan de los enamorados- o pasta de almendras. De postre, figuritas de azúcar, letras de chocolate, mazapán -diferente al que tenemos aquí- y los tradicionales 'oliebollen', unos riquísimos dulces redondos, con la masa muy parecida a los tan españoles churros y que se pueden acompañar con pasas, chocolate, azúcar o otros sabores. Eso sí, disfruten el menú que disfruten, tendrán que hacerlo sin juntarse con el resto de la familia real. Cada hogar puede recibir, hasta el 19 de enero, la visita de solo dos personas; una cantidad que se amplía a 3 el 25 y 26 de diciembre y el 1 de enero. Con esas cuentas, no es difícil pensar que, como mucho, sería la princesa Beatriz quien se uniera a su hijo mayor, su nuera y sus tres nietas para cenar, ya que el príncipe Constantino y su familia superarían el límite permitido, y la presencia de Mabel de Holanda y sus hijas, que por número sí podrían, no es muy habitual en estas fechas. Además, tampoco está muy claro si Carmen Cerruti, la madre de Máxima, se encuentra con ellos en Huis ten Bosch, donde pasa largas temporadas. Una opción que complicaría, aún más, el hecho de que la familia real pudiera reunirse.



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