El noruego Magnus Carlsen, campeón mundial de ajedrez, y el retador ruso Sergey Karjakin firmaron una tregua en la duodécima partida del encuentro que disputan en Nueva York: acordaron tablas en 30 movimientos y ahora definirán la corona el próximo miércoles en cuatro semirrápidas.

El duodécimo juego, último a ritmo clásico (2 horas para cada jugador en las primeras 40 jugadas), decepcionó un poco a los aficionados que esperaban una ofensiva del campeón al mando de las piezas blancas.

Pero Carlsen eligió una sólida variante contra la defensa berlinesa y su falta de combatividad contagió a Karjakin, que se mostró contento con el empate para cerrar la serie de doce partidas con igualdad a 6 puntos en el marcador, un resultado que nadie esperaba al principio del  choque en Nueva York.

El miércoles próximo, día del cumpleaños 26 de Carlsen, los dos Grandes Maestros jugarán el título en cuatro partidas semirrápidas, en las que cada jugador dispone de 25 minutos para todo el juego, con 10 segundos de añadidura después de cada movimiento.
Si persistiera el empate, se jugarían otras cuatro partidas, pero en ese caso con sólo 5 minutos para cada jugador (3 segundos por movimiento). Si aun así no hubiera ganador, el duelo concluiría con una partida "Armagedón", en la que las blancas tienen 5 minutos frente a los 4 de las negras (3 segundos a partir del movimiento 61) pero con la obligación de ganar. En caso de tablas ganan negras.

No será la primera vez que un Mundial de ajedrez se decide en un desempate. En 2012, el indio Viswanathan Anand retuvo el título en Moscú tras doblegar en las partidas rápidas al ruso Boris Gelfand; en 2006 el ruso Vladimir Kramnik batió por esa vía al búlgaro Veselin Topálov, y en 1998, en Lausana, el ruso Anatoly Karpov ganó en el desempate el título de la FIDE al propio Anand.

Fuente: EFE