DEPORTES
28 de enero de 2016
Barcelona le gano 3-1 al Atletic
El Athletic fue muy superior en el primer tiempo y se puso por delante con gol de Williams. Suárez, Piqué y Neymar le dieron la vuelta al choque y sentenciaron la eliminatoria.
Al Athletic le pones la Copa delante y es como ese soldado japonés que defendió una posición en una isla filipina 25 años después del fin de la guerra. Hasta que sus superiores no le dan la orden de rendición, las huestes rojiblancas nunca se rinden. Así llegaron al Camp Nou en busca de un sueño y mientras le duró el aire en los pulmones, los de Valverde estuvieron cerca de la gesta. Pero aferrado a un Neymar gigantesco, el equipo blaugrana logró el pase a semifinales conquistando la posición con mucho más sufrimiento del que refleja el 3-1 con el que acabó el partido y el 5-2 global de la eliminatoria.
El Athletic tiene en el Barcelona a su bestia negra en la Copa. Los blaugrana no sólo le han quitado el título de Rey de Copa a los vascos, sino que les han frustrado en sus últimas tres finales. Ayer, les volvieron a eliminar, pero cada día el ímpetu de los vascos es el mismo. Atacan la muralla barcelonista siempre con la fe del primer día y jamás se dan por vencidos. No hay un partido en el que se les pueda reprochar conformismo.
Es más fácil superar la viruela que eliminar al Athletic. Tanto da el resultado final, los números jamás reflejan el esfuerzo.
Para ejemplo, el partido del Camp Nou. Pese a partir con un 1-2 en contra, salieron los de Valverde a asaltar el Camp Nou desde el primer minuto y en una primera parte heroica acogotaron al Barcelona teniendo la eliminatoria en su mano.
Williams, tras una jugada de repostería fina de Aduriz, que demostró que más allá de un finalizador como la copa de un pino es un atacante con todas las letras, adelantó a los visitantes en medio del desconcierto de un Barça con cara de haberle pillado el granizo en medio del campo.
El equipo de Luis Enrique era un colador que se sostenía en dos patas: Piqué en defensa sacando agua y Neymar en ataque luchando contra la galaxia de los Leones. El resto, era un erial en el que Vermaelen y Mathieu veían pasar como aviones a sus adversarios y Mascherano en el pivote era un elemento extraño que ni contenía el juego ni daba salida a la pelota. Un desastre en toda regla que tampoco se arreglaba apelando a la vía de Messi ni Suárez, desconectados del juego a lo largo de unos primeros 45 minutos que fueron una tortura para los locales.
Estaba claro que el Athletic, más pronto o más tarde tenía que pagar ese planteamiento kamikaze con el que afrontaron el partido. En la segunda parte se vio que las piernas del equipo de Valverde no eran eternas. Sergi Roberto empezó a carburar y gracias a un pase del canterano Messi despertó del letargo y asistió a Suárez que marcó el empate a uno. Ese tanto, que para el Athletic no tendría que haber supuesto un descalabro porque el objetivo de los vascos seguía estando a un gol, cambió el decorado del partido.
El Barcelona se sintió más seguro, mientras que al Athletic, al tiempo que le fallaban las piernas, empezó a fallarle el ánimo.
Liderados por un Neymar que se volvió a llevar a casa recuerdos de la mayoría de los defensores del Athletic, el Barcelona recobró el control del partido. Ayudó que Busquets saliera del banquillo y que Mascherano dejara la sala de máquinas para colocarse como central y desplegara así su repertorio de gestos, carreras y aspavientos de cara a la galería que tan buena acogida reciben siempre por parte de la grada desde los tiempos de Neeskens.
Con el partido en manos del Barça, Piqué, inmenso en ambas áreas (quizás tenía más enemigos en la propia) marcó el segundo del Barça en un testarazo sublime antes de que al filo del descuento, Neymar se llevara el tanto por el que había luchado.
Un señor golazo que eliminaba definitivamente a un señor equipo como el Athletic que no entiende el significado de la palabra miedo pero que daría todo lo que fuera para no volverse a cruzar con el Barça en la Copa.
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