No hay dudas de que el Atlético de Madrid del Cholo Simeone mantiene una identidad intacta en los años que lo digirió el argentino. Sufrió mutaciones en su juego, pero algo no resigna con el correr de los partidos: intensidad y competitividad en cada torneo. Hoy buscaba clasificarse por tercera vez consecutiva a los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa frente al duro PSV Eindhoven, y tras un 0 a 0 en la ida, consiguió el pasaje de manera agónica por penales: 8-7.

El partido fue parejo, con pocas llegadas y por veces ordinario.  Los dirigidos por el argentino nunca se sintieron cómodos y jugaron más presionados que los holandeses, ya que un gol de los visitantes los hubiese obligado a ganar. Con un hipotético empate con goles, pasaba la visita.

En este contexto, el PSV se mostró como un conjunto decidido a buscar ese gol -mientras pudo- que dejara sin aliento al Vicente Calderón. A los diez minutos llegó la primera: tras un desborde de Jürgen Locadia, Marco Van Ginkel le pegó desde afuera del área y la pelota fue al saque de esquina. Poco, pero fue un aviso.  

Pero las  más claras fueron del local.  El Atlético mostró un juego basado en presión y lances rápidos en ataque, y así tuvo dos situaciones para abrir la serie. La primera a los catorce, cuando los de Simeone elaboraron una buena jugada colectiva para que Griezmann quede mano a mano frente a Jeroen Zoet. El arquero atoró rápido y se la tapó de manera increíble. Dos minutos después, Godín hizo daño con su especialidad: cabeceó tras un córner y pasó cerca.

A los 27' Jan Oblak también daría el presente. Tras una buena serie de toques de los dirigidos por Phillip Cocu, Van Ginkel metió un centro razante con potencia en busca de Locadia, pero el arquero esloveno no dejó llegar la pelota al segundo palo.  

El segundo tiempo fue aún más parejo y peor jugado. El local buscó con ímpetu, pero no encontró la manera de quebrar el cero. El PSV se mostró peligroso y tuvo la mejor opción a los 57'.

Sumó mucha gente en ataque y la pelota le quedó a Locadia, que remató cruzado para que Oblak se luzca: alcanzó a rozar la pelota y dio en el palo.  La más clara para los locales fue a los 85', cuando Torres le pegó de zurda desde muy cerca y tapó el arquero.

La prórroga fue más de lo mismo y sin jugadas claras para destacar. En los penales la tensión duró hasta más allá de la tanda de cinco iniciales. Todos convirtieron -floja respuesta de los arqueros-, hasta que en el 7-7 el Cholo arengó al público para que aliente y dio sus frutos: Luciano Narsingh la tiró al travesaño. Juanfran cumplió con el suyo y sentenció la serie.

Fuente:EFE