El Frente para la Victoria (FPV) sabe que el Poder Ejecutivo ya tiene asegurados en el Senado votos de sobra para convertir en ley la autorización para pagarle a los fondos buitre en su intento por sacar al país del default. Ante ese panorama, los principales referentes de la mayoría opositora de la Cámara alta intentarán "administrar la derrota" y reducir al máximo posible la brecha con la que Macri parece encaminarse a obtener su primer gran triunfo parlamentario.

La idea de los hombres que conduce Miguel Pichetto (Río Negro)es que el próximo 30 del corriente, cuando está previsto que el proyecto llegue al recinto de la Cámara alta, no se repita la abultada diferencia obtenida por la iniciativa del Gobierno en su paso por la Cámara de Diputados, en donde la alianza oficialista Cambiemos logró amalgamar una mayoría abrumadora de 165 votos a favor y 86 en contra.

Las noticias, por el momento, no parecen alentadoras. Un primer punteo arroja un piso de 43 votos, seis más que los 37 que estabece el Rubicón de la mitad más uno de los 72 miembros del cuerpo.

Para llegar a este número, el Gobierno contará con el aporte de al menos de 16 senadores que integran o reporten al bloque del FPV, entre los que se destacan los tres representantes de Santiago del Estero y Misiones; dos de Tierra del Fuego y La Pampa y una diáspora de legisladores de provincias como Jujuy, Entre Ríos, Salta y Buenos Aires.

Para este apoyo fue vital el paso de casi una veintena de gobernadores provinciales por el Senado. De los 19 invitados, 16 no se anduvieron con vueltas y pidieron la sanción de la iniciativa ante la necesidad de conseguir créditos para llevar adelante proyectos de infraestructura en sus territorios. Sólo dos provincias (Sannta Cruz y San Luis) se opusieron al pago a los fondos buitre.

Sin embargo, en la Casa Rosada se muestran muy optimistas y aseguran que el apoyo al proyecto podría superar la barrera de los 50 votos. Si estos cálculos son correctos, el Gobierno rompería en el Senado la barrera de los dos tercios y superaría así la proporción registrada en Diputados.

Es esta holgura la que le permitiría a Pichetto y sus legisladores administrar la derrota. Los plaaneas todavía están en pañales, pero el camino más lógico a seguir sería el de darle libertad de acción para rechazar el proyecto a la cantidad necesaria de senadores para lograr que la iniciativa sea sancionada, pero con una mayoría más ajustada.

En el marco de esta estrategia hay quienes tienen planes más estrafalarios. Así, un senador norteño del FPV le dijo a LA NACION que el mejor plan sería manejar el caudal de votos lo suficiente para dejar empatada la votación y obligar a un desempate del presidente del cuerpo.

Es un escenario de riesgo cero -el desempate quedaría en manos de la vicepresdienta Gabriel Michetti-, y le permitiría al FPV salvar las formas, al menos hacia el interior del PJ y la feroz interna que enfrenta a peronistas dialoguistas con kirchneristas.

Por otra vía, la conducción de la principal bancada de oposición en el Senado cotinuará agitando el fatasma de la modificación del proyecto hasta último momento. En este plan juega un papel de circunstancial aliado del FPV el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saa, que en el inicio del debate en comisiones sorprendió pidiendo cambios en el texto aprobado por Diputados.

Dictamen

Mientras tanto, el proyecto se encamina a obtener dictamen mañana en las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía, cuando está previsto concluir con la ronda de consultas a diferentes sectores iniciada la semana pasada en la Cámara alta.