Brasil transita horas difíciles, en medio de un clima convulso por una profunda crisis política, tendrá que organizar y albergar a los Juegos Olímpicos, en Río de Janeiro. Por eso, ante el difícil contexto que atraviesa el país, el Comité Olímpico Internacional defendió la realización de los Juegos y aseguró que no habrá ningún impedimento para que se lleven a cabo con normalidad. 

"Los preparativos ahora están en una fase muy operativa, en la que este tipo de problemas políticos tienen una influencia mucho menor que en otros niveles de la organización", sostuvo un portavoz del COI, en diálogo con la agencia DPA.

La inauguración de la competencia será el viernes 5 de agosto, y la presencia de la presidenta Dilma Rousseff aún es una incógnita, ya que el parlamento brasileño aún no decidió si será sometida a juicio político -la Cámara de Diputados votó a favor el domingo, aunque todavía falta que se defina en el senado-. Sin embargo, el COI apartó a los Juegos de esta tensa situación: "Durante nuestra visita a Río de Janeiro hace algunas semanas, hemos visto el gran progreso que se ha hecho. Por lo tanto, confiamos en que los Juegos Olímpicos serán un éxito". 

"El prueblo brasileño es conocido por su pasión por el deporte y se entregará para brindar unos Juegos Olímpicos inolvidables", dijo el vocero del Comité, y luego agregó que esta competencia debería servir para unir a la ciudadanía: "Los Juegos son una importante oportunidad para que el pueblo de Brasil se una, independientemente de su origen o de los puntos de vista políticos".