El ministro de Hacienda está molesto con el titular del BCRA por su negativa a bajar las tasas pese a que la salida del default había mejorado las expectativas. Cree que se envía una señal contradictoria a los empresarios a los que se les pide inversiones. Pero Sturzenegger sólo mira la inflación

Afonso Prat Gay no pudo evitar el gesto de fastidio. Apenas un par de horas después de anunciar la colocación de bonos para pagarles a los holdouts, y luego de mantener un encuentro con legisladores de Cambiemos, el ministro lamentó la decisión de Federico Sturzenegger de mantener las tasas de interés en niveles elevadísimos.
Ese mismo día de los anuncios, el Banco Central dejó el costo del dinero en el 38% anual para las Lebac a 35 días de plazo. En la City porteña tenían la expectativa de que el BCRA aprovecharía el inmejorable clima financiero para dar una señal de que pretende alinear ese escenario con las perspectivas en la economía real.
Prat Gay esperaba lo mismo. "Le faltó audacia", le escucharon opinar sus colaboradores sobre la actitud de Sturzenegger.
El ministro de Hacienda y Finanzas cree que el Banco Central debería alinear la iniciativa del Gobierno de conseguir un mayor caudal de inversiones productivas.
Ese fue el reclamo del propio Mauricio Macri frente a los empresarios, la semana pasada. Una actitud que imitó Prat Gay las dos veces que se presentó en conferencia de prensa.
El temor del equipo económico es que se pierda tiempo (y, en definitiva, la oportunidad) de recrear el clima de confianza generado por el cierre del default, con una demanda récord de bonos de la deuda soberana a una tasa de interés del 7,14% anual, más que razonable para un país que quedó fuera de los mercados hace una década y media.

De manera que pocas veces como hoy se había generado tal expectativa por saber si el directorio del BCRA decidirá aflojar el rígido criterio que ha llevado a mantener las tasas en 38%. A juzgar por el argumento oficial de Sturzenegger, habría que pensar que hay pocas probabilidades, dado que la inflación se mantiene en niveles elevados.

Sin embargo, empiezan a notarse las presiones políticas, desde dentro y fuera del Gobierno, para que se dé una señal a un mercado que sólo siente el frío de la recesión.
Un economista que integró el gobierno de la Alianza recordó, el momento que Fernando de la Rúa decidió el ajuste en el impuesto a las Ganancias, justo cuando la economía, allá a inicios de 2000 daba un pequeño indicio de recuperación. Significó un mazazo para la clase media. No sólo en los bolsillos sino también a la expectativa de la gente.
Salvando las distancias, el temor ahora es que quede en la intrascendencia el acuerdo con los holdouts y la salida del default, ante la imposibilidad de trasladar los beneficios de esa medida a la economía real.
La visión en el equipo económico es que la decisión de mantener las tasas de interés en los niveles actuales puede conspirar contra el reclamo oficial de que los empresarios inviertan. Como nadie, Prat Gay sabe que será imposible que haya inyecciones de capital si no hay crédito bancario.
Es lo que está sucediendo ahora. Si se mantiene en el tiempo la restricción crediticia, cualquier recuperación de la actividad quedará abortada.
Por ahora, Sturzenegger privilegió la pelea contra la inflación antes que el resto. Supone que la desaceleración de la suba de precios es la condición necesaria para que la economía vuelva a crecer. Fue lo que volvió a argumentar esta semana cuando dejó intactas las tasas de interés.
Prat Gay no discute el fondo de ese argumento. Pero sí cree que deben darse señales claras a los agentes económicos. Por ese motivo sostuvo entre sus íntimos que en la misma semana que el Presidente les pidió colaboración a los ejecutivos había que tener una actitud más audaz.

La interna por el tema hipotecario
No es el primer cortocircuito que tiene a Sturzenegger como protagonista.
El reciente lanzamiento de los créditos hipotecarios indexados por las flamantes UVI (Unidades de Viviendas). En esa oportunidad, Sturzenegger "se cortó solo" e hizo el anuncio sin antes lograr una desaceleración inflacionaria.
Carlos Melconián, presidente del Banco Nación, se desenganchó de ese anuncio. Se dio la paradoja que el principal banco estatal de la Argentina quedó afuera de una medida oficial.
Es más: Melconián anunciará en los próximos días su propio plan de créditos hipotecarios, según él mismo se encargó de informar.
Se diferenciará del sistema UVI en un aspecto fundamental: no habrá un mecanismo de indexación ligado la inflación.
"Nosotros no entendemos cuál fue la desesperación que llevó a Sturzenegger a presentar esto, que creemos no va a funcionar. Pero, más allá de eso, ni siquiera es un tema en el cual el Banco Central debiera meterse", confía en off the record un alto funcionario del Nación.
De hecho, hubo muchas más críticas y expresiones de dudas que las que los funcionarios hubiesen querido.
Fuentes del mercado financiero dieron cuenta de que Sturzenegger ha dado muestras de nerviosismo y que, personalmente, le ha manifestado su disgusto a algunos de quienes se mostraron dubitativos ante el plan de créditos impulsado por el Banco Central.
Varios referentes del mercado inmobiliario recibieron llamados del presidente del BCRA pidiendo explicaciones ante muchas de las críticas que han hecho públicas vinculadas con el nuevo sistema hipotecario.
La Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) fue uno de los principales blancos del funcionario, quien exigió un acompañamiento del plan oficial además de remarcar la necesidad de omitir la palabra inflación en los pronunciamientos del sector.
"A mí me llamó y me cuestionó por cómo hablaba de inflación en los medios y criticaba el plan de créditos. Me dijo que no era el momento, que era un tema sobre el que no había que pronunciarse".

"Fue algo insólito porque, en definitiva, nadie consultó a los comercializadores respecto del armado del programa. Es decir, si puede funcionar o no. Se nos dejó afuera de la mesa de trabajo y ahora se nos pide que nos guardemos los comentarios", agregó.

Primero por los créditos, ahora por las tasas de interés. Sturzenegger suma controversias dentro del propio gobierno. Todo pasará como anecdotario si la economía vuelve a crecer en la segunda parte del año, tal como prometió Macri.
Si ese escenario no se da, las miradas y las responsabilidades recaerán sobre Reconquista 266.

Fuente:Agencias