“Acá descansan los restos de Néstor Carlos Kirchner, un santaruceño que cambió la Argentina y sobre todo… un amigo”, versa la placa que Lázaro Báez colocó en el Mausoleo cuando lo inauguró el 27 de octubre de 2011. Desde ese día, garantizó a la ex familia presidencial, el mantenimiento del imponente edificio y personal que lo custodiaba las 24 horas. Pero como una muestra del fin de ciclo de una relación con un fuerte historial de negocios, el jefe de seguridad del empresario K le entregó a Cristina Kirchner la llave del lugar, y retiró a su gente; incluso a quienes se ocupaban de limpiarlo.

Cerrado hace dos meses, sobresale en el sencillo cementerio de Río Gallegos, con once metros de altura y quince de superficie, y totalmente construido en pórfido patagónico con pisos de piedras volcánicas, el Mausoleo fue abandonado por su constructor y principal protector: Lázaro Báez. La llave del edificio que cuenta además, con escaleras de mármol, fue entregada a Cristina Kirchner y el responsable de hacerlo, fue el jefe de la custodia del empresario K.

El Mausoleo, cerrado hace dos meses. Foto Néstor García.

Como una marcada señal del momento difícil que atraviesa Báez no solo con la Justicia, sdino con los Kirchner, no solo cerraron después de cinco años, las puertas de madera del Mausoleo, sino que desligándose completamente del mismo, la familia del empresario K ya no tiene acceso al imponente edificio que construyó Austral Construcciones. Dejaron de custodiarlo y no se ocupan más de su mantenimiento.

El último contacto de Báez con Cristina Kirchner fue a través de su jefe de Seguridad, quien tuvo la responsabilidad de entregar de manera definitiva, el juego de llaves del edificio donde descansan los restos del ex Presidente. Esto incluye no sólo la llave de la puerta principal, sino la de las rejas negras que rodean ese predio de 25 metros por 25.

Otras épocas. Lázaro con Cristina y Máximo Kirchner en el Mausoleo.

Cada vez que Cristina y Máximo se dirigían al Mausoleo, se comunicaban con el responsable de la custodia del empresario K y éste era el responsable de acercar la llave, mientras que el personal de Autral que oficiaba de custodios del lugar, garantizaban que nadie más se acerque mientras la ex familia presidencial permanecía adentro.

Según detallaron antes de que esto ocurra, Báez se encargaba del personal de seguridad, tres guardias, empleados de Austral Construcciones, que cumplían distintos turnos y los fines de semanas revisaban a quienes ingresaban al edificio. También se ocupaban de organizar los turnos rotativos de las personas abocadas a la limpieza. “Lo harán ellos ahora, nosotros no nos ocupamos más”, indicaron allegados a la familia del empresario K a este medio.

Banderas militantes en las rejas del edificio. Foto David Fernández.

Hasta hace poco, un efectivo de Infantería tenía como consigna el resguardo del Mausoleo. Los últimos días estuvo completamente cerrado y sin custodias de las fuerzas de seguridad. “Ellos (por la familia Kirchner) tienen la llave y ahora disponen como quieran del lugar”, indicaron allegados a Báez y remarcando que ya no tienen ningún tipo de responsabilidad sobre el edificio que regalaron a la ex familia presidencial. Quedaron atrás los años en los que Lázaro recibía a la ex Presidenta en la puerta del mismo.

Como muestra de la inactividad del fastuosos edificio que solía abrirse los fines de semana para sus visitante, la casilla de seguridad está bajo llave. Báez retiró a su personal, en parte por la fuerte confrontación con los Kirchner y también, producto de la crisis financiera de su principal constructora de la que despidió al 50% de sus trabajadores. Ya nadie recorre el lugar donde descansan los restos del ex Presidente. De las rejas negras que rodean la propiedad, solo cuelgan banderas de diferentes agrupaciones militantes y la placa inaugural que colocó el empresario K.