El encuentro pedido por los obispos está agendado para el miércoles a las 16 en Olivos, según confirmaron a Télam fuentes oficiales y episcopales.

Participarán del encuentro el presidente de la CEA y arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo; el vicepresidente primero y arzobispo porteño, cardenal Mario Poli; y el secretario general del Episcopado y obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa.

El motivo primario del encuentro es invitar formalmente al mandatario a participar del Congreso Eucarístico que se realizará entre el 16 al 19 de junio en Tucumán, del que participarán miles de peregrinos de todo el país, bajo el lema “Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos" y que se enmarca en los festejos por el Bicentenario de la Independencia.

En una reunión que mantuvo el mes pasado con el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, y el gobernador provincial Juan Manzur, Macri ya confirmó su presencia en el multitudinario evento y, según precisaron fuentes oficiales, su participación está prevista para la clausura del domingo 19.

En el encuentro del miércoles, los obispos también le entregarán al jefe de Estado una copia del documento “El Bicentenario: tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos”, que será presentado públicamente el jueves por la mañana en una conferencia de prensa en la sede de la CEA, en el barrio porteño de Retiro.

En el mensaje -que se presenta como un documento programático- la Iglesia hará un renovado llamado al diálogo y la reconciliación nacional, y trazará los desafíos sociales y políticos que enfrenta el país de cara a los próximos años, con referencias históricas y un "mensaje de esperanza" dirigido al pueblo argentino.

Si bien los obispos debatieron sobre la oportunidad de difundirlo para que no quedara 'atado' a la coyuntura política, el mensaje no dejará de ser leído en un contexto de conflictividad social, despidos y "creciente inflación", tal como señaló esta semana monseñor Arancedo, lo que se suma a las cifras de la Universidad Católica Argentina (UCA) que advirtieron sobre el aumento de la pobreza en los primeros meses del año.

Que los obispos le lleven el documento al Presidente un día antes de su presentación pública fue valorado y destacado desde el Gobierno como un "gesto de delicadeza" -según dijeron a Télam fuentes oficiales- por parte de los obispos, quienes buscan que el texto no sea leído como una crítica al Ejecutivo sino como un aporte para "estimular el diálogo a partir de un hecho histórico que nos interpela a pensar que país queremos ser".