El escenario es conmovedor: no todos los días se pisa el mítico Ellis Park. El adversario es de jerarquía: los especialistas elevan a Lions al podio de los elencos sudafricanos. El combustible de superación crece a ritmo sostenido, aunque en el inconsciente colectivo juegan las ocho derrotas en diez partidos. Sin embargo, la inquietud mayor de Jaguares, que actuará hoy, desde las 10 de la Argentina (televisará ESPN 2), se trata de un adversario invisible, pero que juega su partido desde las sombras. No hay un solo integrante del staff y del plantel que haya ignorado los 1600 metros sobre el nivel del mar, un atractivo más de la ciudad del oro.

Entre múltiples desafíos por cumplir -un auténtico impacto internacional, reflejar en el marcador el valor del progreso, construir el armazón del optimismo a futuro-, la altura se interpuso como un incómodo jugador. "Ellos tienen muchas variantes, pero, sobre todo, la altura juega su partido. Buscamos adaptarnos todos estos días al ambiente", reflexiona Joaquín Tuculet. "Es un tema más por tener en cuenta en el momento de la planificación. La pelota vuela más, hay que jugar de otro modo", agrega Martín Landajo.

En esa ruta, nada mejor que la mirada de un experto. Como Franco Della Vedova, médico de la franquicia desde febrero, cuando tuvo lugar la primera gira por Sudáfrica en el Super Rugby. Traumatólogo y especialista en lesiones deportivas, de 39 años, cultivó este deporte hasta 2008 en Universitario de Rosario. Más allá de la lucha de titanes, es imprescindible conocer hasta dónde se entromete la altitud.

"Exactamente son 1644 metros. Sí, eso influye en el juego. No es una gran altura, porque hay otras más preocupantes, pero es diferente a lo acostumbrado. Conlleva un factor psicológico, porque los chicos ya vienen trabajando en su cabeza con este tema. Altera el transporte del oxígeno a la sangre, el cuerpo funciona de otro modo. Hay muchas tácticas, pero ninguna es efectiva. Recién a las tres semanas el cuerpo puede acostumbrarse a esta situación", advierte.

La planificación, en este caso, tuvo dos componentes: el adversario en el campo de juego, un equipo acostumbrado a las batallas feroces, y el rival en la escenografía. "La pelota es más liviana, vuela más. Y eso influye tanto para los pateadores como para los pases. Hay que adaptarse, por eso llegamos una semana antes. Y respecto a la falta de aire, no hay mucho por hacer. Una táctica es llegar el mismo día del partido, algo imposible para nuestro caso", suscribe el doctor. "Es un agente externo que hay que contrarrestar. Se lo nota, se lo siente bastante: hay momentos en que realmente falta oxígeno", explica el centro Matías Orlando.

El estilo de Jaguares es libertario: la creación por sobre las ataduras. Tendrá, hoy mismo, un empuje diferente. "Hay que buscar pausas, evitar el vértigo. No apurarse a tirar un line, por ejemplo, para poder oxigenarse y recuperarse. Algunos equipos profesionales usan oxígeno en el entretiempo o al llegar al estadio. Apenas van a sentirse un poco más cansados que de modo habitual", insiste Della Vedova, que tuvo un trabajo imprescindible en estos días y que algunas jornadas atrás conversó de los métodos con Daniel Martínez, el médico del seleccionado de fútbol.

El trabajo del doctor, en realidad, es parte de un proyecto integral, compartido con el entrenador, los preparadores físicos, los kinesiólogos, los nutricionistas. El ímpetu de los rugbiers argentinos, ansiosos por adosar triunfos a un estilo de juego atractivo y a un compromiso táctico en evolución, se desarrolla no sólo en esos 80 minutos de acción, en los cuales captan el roce internacional de la primera vez en el prestigioso Súper Rugby. Además, ellos se respaldan en ese conjunto de especialistas que no tienen visibilidad. Y que en escenarios como el de hoy desempeñan un papel influyente.

"A medida que pasan los días, el cuerpo va acostumbrándose. Es algo a lo que debemos prestar atención, porque influye en el rendimiento", asume el tercera línea Facundo Isa, que refleja el pensamiento dominante en el conjunto argentino. Emergió otro adversario en la ruta de Jaguares, que deberá despegar para alcanzar su propia altura.