AGROPECUARIA
1 de julio de 2016
La recaudación del FET en mayo cayo el 25%
La reducción responde a una caída de más de 45 por ciento en el consumo de cigarrillos que se dio a partir de los últimos incrementos en los precios. Se recaudaron 100 millones de pesos menos que en abril. Advierten que la situación afectará directamente a los productores tabacaleros.
El 1 de mayo pasado entró en vigencia un incremento en los impuestos internos a los cigarrillos, lo que se tradujo en una suba de hasta 60 por ciento en los precios de venta al público de ese producto. La reacción del mercado fue inmediata, según las declaraciones juradas presentadas por la industria cigarrillera, la venta al público cayó en un 45 por ciento, lo que se vio reflejado directamente en la recaudación del Fondo Especial del Tabaco (FET), que en mayo mermó 25 por ciento en relación al mes anterior.
De mantenerse estable el consumo de cigarrillos de mayo, habrá que modificar las estimaciones de recaudación realizadas a inicios de año, en base a las cuales se negociaron los precios de la materia prima para la última campaña. El impacto negativo se sentiría principalmente en la Caja Verde, que repartiría la mitad del dinero previsto si se mantuviera el nivel de consumo de mayo.
Desde el sector advierten sin embargo, que es esperable que en los próximos meses, el consumo se recupere, ya que por lo general los consumidores reaccionan ante un aumento sustancial en los precios, pero luego retoman sus hábitos de consumo progresivamente.
El sector tabacalero implementa un plan para lograr la sustentabilidad del cultivo
Además, aclaró que sembrando en junio, la discusión por el precio se podría concretar en noviembre y se iniciaría así el acopio a principios de febrero.
Hasta julio se instará a que el productor realice un buen manejo de almácigos, recuerde ventilarlos apropiadamente, haga la poda con cinco centímetros de altura del plantín, aproveche las condiciones para preparar el suelo con anticipación, entre otros consejos.
Durante agosto y septiembre se hará hincapié en que las plantaciones que realicen a una distancia de 1,10 metros entre surcos y 45 centímetros entre plantas buscando densidades cercanas a 20 mil plantas por hectárea, en que apliquen el fertilizante diez días antes del trasplante y que solo usen los productos permitidos.
En diciembre y enero, será el momento para la práctica del pre marchitado, mantener las estructuras de curado limpias y controlar semanalmente el estado del tabaco una vez cosechado.
En tanto que en febrero y marzo, se hablará con el productor para que cuando baje el tabaco para clasificar lo haga con la humedad correcta y con la vena curada, que ponga especial cuidado en las materias extrañas y las retire del producto durante la preparación de los fardos, y que respete las medidas recomendadas de los mismos.
Asimismo, ésta intervención requiere del trabajo en conjunto de los equipos profesionales de cada entidad. La pronta distribución de insumos por parte de las empresas, la recomendación constante sobre el uso correcto de los agentes de protección de cultivo (APC), y modificaciones en el esquema tributario, son algunas de ellas.
“Con los cambios en el calendario y las nuevas prácticas se espera elevar considerablemente los ingresos de los productores. El esfuerzo compartido entre empresas, cooperativas, entidades de los productores y el gobierno provincial permitió bajar de manera considerable los índices preocupantes que se habían observado en la zafra anterior”, comentó Albino Hirsch, presidente de APTM.
El plan de sustentabilidad exige el compromiso de todos los integrantes del sector. Cada uno en su rol es fundamental. Los organismos están conscientes que no se trata de una acción que generará resultados inmediatos, pero sí consideran urgente su implementación para repensar prácticas y avanzar hacia un cambio cultural en la actividad.
NOTA RELACIONADA
Alerta en Massalin y Nobleza: el consumo de cigarrillos se derrumbó 45% en sólo un mes
Derrumbe del consumo, caída de la facturación y aumento del contrabando son las principales consecuencias que, según la empresas tabacaleras, está sufriendo el sector luego de la decisión del Gobierno de incrementar de manera agresiva presión fiscal a la venta de cigarrillos.
Esta determinación, adoptada en abril, llevó a las principales fabricantes, Massalin Particulares y Nobleza Piccardo, a subir los valores de sus marcas hasta un 50%, aunque luego retocaron $ 5 para abajo esos mismos precios para evitar el derrumbe de las ventas. Sin embargo, no lo lograron. De hecho, los propios datos oficiales avalan el escenario descripto.
Según el último informe de la Secretaría de Agricultura de la Nación, el volumen de cigarrillos comercializados en mayo fue casi un 45% menor al de abril, primer mes de vigencia del nuevo esquema impositivo que se aplica a los atados. Es así que el mes pasado se vendieron en el circuito legal 98,5 millones de paquetes, contra 177 millones del anterior mes.
De hecho, en los meses anteriores el volumen se había ubicado en 162 millones (enero); 155 millones (febrero) y 169 millones (marzo), lo cual revela que antes del impuestazo se habían recuperado los niveles de comercialización. Pero la caída de mayo frente a abril equivale a una baja exacta de 44,3% que las tabacaleras atribuyen precisamente a la suba del 70% al 80% del componente impositivo sobre los precios de los cigarrillos definida por el Ministerio de Hacienda y Finanzas con el argumento de lograr una mayor recaudación fiscal y derivar esos fondos a las provincias productoras de tabaco.
Sin embargo, en el mercado advierten que el efecto buscado por las autoridades no se logró y que, por el contrario, la recaudación “se desplomó”. Es decir, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) obtendrá ingreso menores a los $ 30.000 millones recaudados el año pasado por la venta de cigarrillos.
Incluso se asegura que los ingresos del Fondo Especial del Tabaco (FET), que se destina a las provincias ya cayó 25% en tan sólo un mes. Cuando se anunció el nuevo componente fiscal para los cigarrillos, el Gobierno había asegurado que se recaudarían $ 1100 millones más a las regiones productoras.
En este sentido, fuentes del sector en el cual participan Massalin Particulares y Nobleza Piccardo, señalan que el negocio “está en caída libre” y que el efecto lineal es menores aportes al fisco. También argumentan que, por los aumentos en los precios de los atados legales, se duplicó la venta ilegal. Para apuntalar esta opinión, hacen referencia a la cantidad de decomisos que está llevando a cabo Gendarmería en las fronteras. Y también utilizan una solicitada del Sindicato Único de Empleados del Tabaco en la que se asegura que los manteros comenzaron a vender marcas oficiales a precios muy inferiores a los que se encuentran en los quioscos.
La solicitada sostiene que en la estación Once se pueden conseguir atados de marcas de primera línea por $ 25 cuando en el circuito legal cuestan entre $ 40 y $ 45. “Es que la gente se está volcando por los atados más baratos o busca en el comercio ilegal”, argumentan desde una de las dos fábricas de cigarrillos más importantes del mercado.
En esa misma empresa sostienen que están evaluando los resultados oficiales para tomar medidas al respecto, aunque reconocen que el sector todavía “está sorprendido” por el impacto en el consumo que tuvieron la suba del componente fiscal y el incremento de los precios. Entre los kiosqueros el panorama es similar.
Además de sostener que la medida del Gobierno les quitó rentabilidad también reflejan que los consumidores están dejando de fumar como antes. Explican que antes percibían un ganancia de 7% por paquete, mientras que ahora ese porcentaje se redujo al 4%. “Los aumentos generaron una fuerte retracción en las ventas pero también nos obligaron a definir precios propios sobre los atados”, explicaron en un local del barrio de Belgrano, que vende los atados con un sobreprecio de $ 5 que no está implícito en la etiqueta fiscal y que, por lo tanto, no tributa.
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