INTERNACIONALES
25 de mayo de 2014
Francisco exhortó a palestinos e israelíes a iniciar un "éxodo" hacia la paz
En un discurso a favor de la paz y en contra del sufrimiento de los pueblos de la región, sostuvo que "Oriente Medio vive las dramáticas consecuencias de la duración de un conflicto que ha causado heridas difíciles de cerrar"
"Animo a los pueblos palestino e israelí, así como a sus respectivas autoridades, a emprender este feliz éxodo hacia la paz con la valentía y la firmeza necesaria para todo éxodo", dijo el pontífice en su primer discurso en Palestina, que dio junto al presidente Mahmud Abás.
Francisco fue recibido con los honores de jefe de Estado a su llegada esta mañana a Belén procedente de Jordania, donde ayer inició su histórico peregrinaje por Tierra Santa.
"Incluso cuando afortunadamente no se desata la violencia, la incertidumbre de la situación y la incomprensión de las partes producen inseguridad, negación de derechos, aislamiento y éxodo de comunidades enteras, divisiones, carencias y sufrimientos de todo tipo", abundó sobre la situación de los palestinos, aunque sin mencionarlos explícitamente.
"Desde lo más profundo de mi corazón (...) deseo decir que, por el bien de todos, ya es hora de poner fin a esta situación, que se hace cada vez más inaceptable. Que se redoblen pues los esfuerzos y las iniciativas para crear las condiciones de una paz estable, basada en la justicia, en el reconocimiento de los derechos de cada uno y en la recíproca seguridad", insistió.
El Papa conocerá este domingo de cerca las consecuencias del conflicto cuando pase junto al muro de separación que Israel construyó a partir de 2003 entre Belén y Jerusalén, y se encuentre con refugiados palestinos del campo de Deheishe.
En ese sentido, Francisco aseguró que "ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente".
"Deseo que todos eviten iniciativas y actos que contradigan la voluntad expresa de llegar a un verdadero acuerdo", animó a las partes.
También tuvo palabras el obispo de Roma para la pequeña comunidad cristiana de la región, que a menudo sufre el castigo de los extremistas.
"La activa comunidad cristiana (...) ofrece su significativa contribución al bien común de la sociedad y (...) participa de las alegrías y sufrimientos de todo el pueblo. Los cristianos desean seguir desempeñando este papel como ciudadanos de pleno derecho, junto con los demás ciudadanos a los que consideran como hermanos", les dijo.
E invitó a Abás, al que calificó como "hombre de paz", a seguir trabajando con El Vaticano para alcanzar un acuerdo entre las partes que "contemple diversos aspectos de la vida de las comunidades católicas del país, con una atención especial a la libertad religiosa".
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