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6 de septiembre de 2016

El plantel de Bauza para no perder altura en un equipo sin Messi

Con Venezuela, la selección tiene la misión de disimular la ausencia de la pieza que marca la diferencia; el DT Bauza eligió a Banega y Lamela y confirma el esquema.

Sin Lionel Messi, la expectativa en esta ciudad andina, una de las más futboleras en un país que sigue mirando a un Mundial como una utopía, se desinfló considerablemente.

Lo dicen los encargados de seguridad que acompañan al plantel argentino. Ausente Leo, su trabajo se facilita en un 90 por ciento. Menos pasión desbordada por acercarse al ídolo, menos ansiedad por verlo lo más cerca posible y cumplir el sueño de poder compartir un instante inolvidable.

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La que no puede desinflarse ni resignar tensión competitiva es la Argentina, que no contará con la llave que abrió el cofre de una victoria indispensable contra Uruguay. Messi se adapta a todo. En un partido que venía un tanto enredado y atravesado, hizo un gol un tanto impuro para su suprema calidad, con un rebote en Giménez que descolocó a Muslera.

Después, con el equipo con uno menos por la expulsión de Dybala, Messi agarró la pelota y le bajó revoluciones a los atropellados intentos charrúas. Y cuando la lesión en la zona inguinal lo condicionó más, se paró de centrodelantero para que a Uruguay no se le ocurriera tomar la lanza e ir a lo loco desde atrás.

Si para Edgardo Bauza fue un alivio y una solución tener a Messi para su debut en un clásico rioplatense siempre complejo, el desafío de esta noche es que las posibilidades de triunfo no disminuyan sin la pieza que hace la diferencia. En el largo viaje a Mérida, la visita más alejada de todo el calendario de las eliminatorias, no está en juego la gloria. Sí la necesidad de resolver un compromiso para tomar un poco más de aire en una clasificación apretada, en la que la Argentina está primera, pero con la amenaza de que un mal resultado la puede volver a poner en un puesto limítrofe de los cuatro que aseguran el pasaje a Rusia.


En el campamento argentino los cálculos se hacen sobre la obtención de los 12 puntos en estas dos series. Ya están los tres contra Uruguay y el objetivo a apunta a los tres de esta noche y a los seis contra Perú (en Lima) y ante Paraguay (en Córdoba), el mes próximo. Eso daría un colchón para ir a enfrentar después a Brasil sin estrecheces.

Eso para el largo plazo. En el corto, el seleccionado afronta una exigencia que siempre le fue favorable, salvo en el último antecedente por eliminatorias, cuando el equipo que dirigía Alejandro Sabella perdió 1-0 en Puerto La Cruz. La única derrota en un historial de 21 encuentros, con 20 victorias. Aquella vez, el seleccionado pecó de un esquema excesivamente conservador.

Venezuela vuelve a jugar después de casi 20 años en Mérida, la ciudad adoptiva del entrenador Rafael Dudamel. Al conjunto de Edgardo Bauza le espera un estadio completo en sus 42.000 lugares, con un clima meteorológico que por la noche suele descargar algunas lluvias y una temperatura agradable, lejos de ser sofocante. El ex arquero -le marcó un gol de tiro libre a Pablo Cavallero en las eliminatorias para Francia 98- tomó a Venezuela con un solo punto, situación que se mantiene tras la caída del jueves en Colombia. Hizo una aceptable Copa América (superó a Uruguay) y ahora trata de insuflarle ánimo y capacidad de reacción. "Es un partido para jugarlo lleno desde el alma, para correr y luchar, porque lo futbolístico no va a alcanzar", dijo ayer Dudamel, que tiene entre los más experimentados a Vizcarrondo (ex Lanús, ahora en Nantes), Rincón (Genoa), Rondón (West Bromwich) y Rosales (Málaga). Como ex técnico del Sub 17 y a cargo del Sub 20, Dudamel trata de encarrilar a los más jóvenes, como Peñaranda. "No me sirve que juegue para él o para la tribuna, tiene que hacerlo con sentido colectivo", agregó el entrenador.

La Argentina llega sin sus habituales hombres de ataque. A las bajas originales de Agüero e Higuaín, se sumaron las de Messi y Dybala. A Messi es imposible reemplazarlo desde su influencia, pero sí se puede hacer una comparación desde las características. Y los dos hombres que elige Bauza para suplir a los delanteros de Barcelona y Juventus son de otro perfil. Banega tiene más pausa, pase y conducción. Lamela aporta más retroceso que Messi. Lo que no se modificaría es el esquema, el 4-2-3-1, con Di María sobre la izquierda, aunque con la presencia de Lamela no hay que descartar que Fideo se vuelque a la derecha. A Bauza le gusta a Di María en posición con el perfil invertido, como lo hacía en Real Madrid con Ancelotti. Volverá Rojo, y si bien la idea del DT era alternar entre Zabaleta y Mercado, mantendrá al lateral de Manchester City por su buen rendimiento en Mendoza.

La vida sin Messi siempre plantea más interrogantes que los habituales, y la Argentina debe responderlos con argumentos para su tranquilidad.

Agencias 



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