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POLITICA

21 de septiembre de 2016

Londres le baja el tono al contacto entre Macri y May

Una fuente oficial aseguró que solo se trató de un encuentro informal. Y citó a Malcorra, que aclaró que el tema de soberanía se debatirá más adelante.

¿Qué hablaron precisamente el presidente Mauricio Macri y la primer ministra Theresa May en el almuerzo ,mesa a mesa, el martes en Naciones Unidas?.

Para el Foreign Office británico nada que merezca un comentario oficial preciso en estas horas. Para una diplomacia seria, un encuentro en un almuerzo no puede ser el comienzo de una delicada negociación bilateral.El vicecanciller británico Alan Duncan hizo un primer gesto aterrizando en Argentina antes que en el resto de América Latina.Simbólico pero hay un largo trecho antes de negociar soberanía.

“Nosotros podemos confirmar que la primera ministra y el Presidente Macri tuvieron una breve discusión en la Asamblea de Naciones Unidas pero no estamos haciendo una lectura de su encuentro en la Asamblea general de las Naciones Unidas” dijo una vocera de la cancillería británica, en la tarde del miércoles, la que precisó que la canciller Susana Malcorra había explicado los comentarios del Presidente Macri en más detalle, cuando dijo que las conversaciones por la soberanía podrían venir más adelante y describió una “desarrollo positivo de la relación desde la elección del presidente Macri”, que fueron expresados en “su comunicado conjunto de la semana pasada”.

La precisión o el silencio diplomático son unos buenos compañeros para tratar la delicada pero ahora amistosa relación bilateral angloargentina. El presidente Mauricio Macri no puede discutir la cuestión de soberanía de las islas Malvinas -Falkland en un almuerzo , como en un multitudinario casamiento, entre el y la primera ministra Theresa May en Naciones Unidas. Hasta ahora, el Foreign Office británico continúa sin querer hacer la más mínima precisión sobre ese fugaz encuentro,salvo que existió. Pero no fue formal ni estuvo oficialmente planificado, como el de Macri y David Cameron en Davos. Muchos menos responder a las preguntas de cómo fue realmente el contenido del encuentro, según su versión y no la Argentina.

La estrategia argentina es contundente: no aislar a las islas Malvinas del continente, que es lo que los británicos buscan. Para eso hay que desarmar todo el “imbroglio” legislativo generado para impedirlo y acercarlos.

Desde la eliminación de las leyes Gaucho Rivero a las decisiones legislativas y municipales. Transparentar un vínculo que debe ser amistoso, cercano. No ocultar, como ocurrió con el gobierno kirhnerista, que los vuelos llegaban, pero se disimulaban como vuelos de emergencia y de eso no se hablaba. O tener que cambiar las banderas de los barcos civiles británicos que iban a las islas para ser aprovisionados.Relaciones honestas es la nueva diplomacia.

En la política exterior argentina hay dos teorías en marcha: la de la canciller Susana Malcorra, que como ingeniera, se maneja con precisiones, y la de Fulvio Pompeo,con pasado y ADN peronista, que asegura: “Digamos una cosa y otra para dejar a todos contentos”. Se impuso la teoría de Pompeo a la salida de la ONU.

Hoy Argentina está en medio de un zafarrancho de combate con Gran Bretaña. Como dicen en el campo, al presidente “se le escapó la tortuga” al declarar que Theresa May estaba dispuesta a debatir todos los temas, incluida la soberanía.

No es la primera vez en estos días delicados de nuevo romance angloargentino. El “comunicado” que dio el punto inicial a este dilatado reencuentro tras 12 años de kirchnerismo, no fue un “acuerdo” entre ambos países, como lo llamaron los parlamentarios y la prensa argentina. La realidad es que fue un "comunicado conjunto”. Un enunciado, con una suma de puntos para conversar, donde van a priorizar tener un vínculo amistoso , colaborativo y respetuoso con los isleños, comenzando por más vuelos. Pero la disputa de soberanía Malvinas-Falkland no está en el corazón de esos enunciados, ni es su objetivo principal, ni hoy es un tema en discusión. Ella está protegida por el paraguas y será así por mucho tiempo.

Después de la guerra de las Malvinas , los británicos nunca quisieron discutir la soberanía y para ellos “la victoria da derechos” en una guerra. Un principio victoriano que muchos en el Foreign Office británico aplican en pleno sigo XXI pero que no son todos. Alex Cameron, director de los territorios de ultramar y uno de los que estuvo en Buenos Aires moderando línea a línea el comunicado conjunto y consultando con los isleños, no tiene las mismas posiciones pro argentinas o pro negocios que algunos modernos del Foreign Office.

Hay diplomáticos británicos que son los rehenes de los isleños, que con 13.000 libras esterlinas per capita, financian su defensa al ser una de las islas más ricas del mundo . Tienen ahora la reserva del IIIer regimiento de Paracaidistas en las islas y no tropas regulares para custodiarlos en su base de Mount Pleasant, como en el pasado.

Los otros diplomáticos británicos quieren privilegiar un acuerdo comercial bilateral con Argentina de cara al Brexit .Especialmente cuando, cada día ,la posición de negociación con la Unión Europea se debilita para el reino porque, si quieren ingresar al mercado unido europeo, deben ceder en la libertad de movimientos de ciudadanos. Para ellos un acuerdo de comercio bilateral y por sectores con Argentina, que privilegie las inversiones en agroindustria, ferrovías, infraestructura y tecnologías es prioritario cuando finalmente se detone el Brexit.

Si bien no puede ser abiertamente negociado ahora técnicamente porque siguen siendo parte de la UE, puede estar listo para cuando el Brexit esté en marcha.

Hay una real confrontación entre los británicos que buscan una absoluta autonomía de las islas tras su referéndum y los que consideran que una buena relación con Argentina implica un “paquete más grande”. Un objetivo en el que también está Brasil. Ambos países están analizando qué acuerdos bilaterales son permitidos dentro del MERCOSUR.

“Si Uruguay hizo un acuerdo comercial con Estados Unidos, ¿Por qué no podemos hacerlo nosotros, paralelo al Mercosur, si Gran Bretaña es la quinta potencia del mundo? admitió un diplomático.

Pero los británicos hoy tienen otras prioridades en su vínculo con Argentina y no solo el temor ante el aislamiento en el que Brexit los puede dejar, que quieren rebatir.

Está la navegabilidad en la Antártida ante los deshielos, la proyección en el Atlántico sur y les inquieta la construcción y la presencia de la base militar china en Patagonia, que vigilan las 24 horas, junto con los americanos.



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