El diario francés L´Equipe confirmó la peor noticia para el seleccionado galo. Su máxima estrella Frank Ribery no alcanzó a recuperarse de una triaicionera lumbalgia y no será parte del plantel que dispute el Mundial. Su reemplazante en la lista de 23 jugadores será Rémy Cabella.

"Está mañana se frenó en una corrida en la práctica.No está en condiciones de jugar el Mundial", fue la explicación brindada por el polémico técnico Didier Deschamps, quien ya había dejado afuera de la convocatoria a Samir Nasri, la otra estrella de un seleccionado francés, que ahora llegará a Brasil desmembrado.

Ribery fue este año candidato al Balón de Oro y se había convertido en uno de los mejores jugadores del mundo. “Yo incendio defensas”, se autodefinió la estrella del Bayern Munich hace algunos meses. Y más allá de su soberbia, tiene razón. Gambetea en velocidad, asiste a los compañeros y llega seguido al gol. Por más que no pueda pasar a un defensor, lo intenta una y otra vez. Su mejor virtud es nunca darse por rendido. Sin embargo esta vez una lesión y un técnico que decidió no esperar su recuperación, le quitaron el sueño de lo que iba a ser su último Mundial. 

El jugador del Bayer Munich ya había anunciado que no volvería a jugar para Francia otro Mundial. Y si bien, seguramente intentarán convencerlo de que modifique su decisión, él tomará la determinación sin escuchar a nadie. No le importa el que dirán. Tiene un particular carácter forjado por las cicatrices que tiene en la cara, ocasionadas en un choque automovilístico a sus dos años. En el colegio sus compañeros lo burlaban y le decían “Caracortada”. Además sus padres lo dejaron abandonado al nacer en un convento de monjas. Su trágica infancia, en la que su único goce era escapar del convento para jugar a la pelota lo convirtió en el jugador y la persona en la que es hoy. Por eso nunca se operó para quitarse las cicatrices. Ahora también cargará con la cicatriz de haber quedado afuera de Brasil 2014.