DEPORTES
24 de septiembre de 2016
Godoy Cruz decepcionó y fue goleado en Bahía
El Tomba sufrió una dura derrota en su visita a Olimpo: 3-0. No tuvo capacidad para atacar y desaprovechó el disputar gran parte del partido con un jugador más.
El Tomba acarrea la peor cruz de todas: la del dolor de ya no ser. Es que ni por asomo Godoy Cruz se parece al equipo confiable y efectivo del torneo pasado. No sólo le cuesta horrores tomar el rol protagónico de los partidos, sino que -al menos en este inicio de torneo- da más el perfil de un actor de reparto que el de la estrella que supo ser.
Las explicaciones de semejante sentencia hay que buscarla en los pésimos 90 minutos que jugó en Bahía Blanca. Sin dudas, fue la peor actuación de toda la era Sebastián Méndez.
La imagen que dejó fue la de un equipo realmente anémico, pobre, muy triste. Goleado y humillado, es una derrota que tendrá secuelas.
Porque si el equipo había jugado un “partido más completo” ante Boca, anoche retrocedió varios casilleros. Un limitado y humilde equipo de Olimpo le dio un baño de realidad. Un elenco que no había ganado en el torneo (y que tampoco había convertido goles) le dio una tremenda paliza conceptual y futbolística.
El Aurinegro no sólo superó a Godoy Cruz de principio a fin sino que en ningún momento puso en peligro la primera victoria. Ni siquiera cuando el local se quedó con uno menos tras la infantil expulsión de Villanueva sobre el filo de la primera etapa.
Godoy Cruz fue una sombra del equipo que a puro coraje le empató el partido a Boca. El mediocampo no logra hacer pie, sus movimientos de presión no están aceitados y termina dividiendo el balón cuando lo recupera. No hay rumbo. Le quema la pelota en los pies. Y los puntas terminaron aislados. Es un elenco partido, un desconcierto.
Luego de avisar en tres oportunidades (vía Mansilla, Correa y Coniglio), el local sacó ventaja por intermedio de la pelota parada. Buen centro de Mansilla, Rodríguez le ganó a Viera y definió de derecha contra el palo izquierdo. Por si esto fuera poco, a espaldas de Benítez apareció José Erick Correa y Rey salvó el segundo. El desorden era generalizado. Desconocido, el Tomba no daba dos pases seguidos y Nereo Champagne era un espectador de lujo.
Ni los gritos del Gallego Méndez en el vestuario durante el entretiempo hicieron despertar a Godoy Cruz. De hecho, la única aproximación de peligro fue antes del minuto del complemento, cuando Benítez mando el centro y ni Pol Fernández ni Ayoví llegaron para empujar el balón al arco y salvó Rodríguez con lo justo.
Méndez metió mano en el banco. Giménez por Henríquez y Correa por Andrada. Sin embargo, el equipo cayó en el cerrojo de un rival ordenado e inteligente que lo liquidó a partir de las tremendas concesiones que ofreció el fondo bodeguero. Porque, con un rival volcado en ataque, Pizzini y Coniglio tuvieron tiempo de sacarles brillo a sus definiciones. La derrota encenderá las alarmas de un Godoy Cruz que ya no es aquél...
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