España está pendiente de lo que ocurra en los próximos días en la segunda fuerza política del país después de que Sánchez retó a sus rivales internos - que abogan por facilitar la reelección del conservador Mariano Rajoy y se oponen a que intente liderar un gobierno alternativo-, a zanjar el debate en una disputa por el liderazgo del PSOE.

 La mirada está puesta en el sábado, cuando se reúne el Comité Federal socialista que debe dar luz verde al plan de Sánchez de celebrar primarias el 23 de octubre y un Congreso Federal en diciembre. 

Se espera un duro debate entre los partidarios del líder del PSOE y sus detractores, en su mayoría dirigentes territoriales, aunque Sánchez anticipó que sea cual sea el resultado de la votación no renunciará y se mantendrá firme defendiendo el "no" a Rajoy. 

El dirigente socialista justificó su estrategia y aseguró que lo que está haciendo es "asumir responsabilidades" tras los desastrosos resultados del PSOE en las elecciones regionales del domingo en Galicia y el País Vasco, donde fueron superados por Podemos y sus aliados. 

Incluso en caso de que el gobierno alternativo fracase -busca un acuerdo con Podemos y Ciudadanos y está dispuesto a "hablar con los nacionalistas" catalanes-, Sánchez remarcó que no se planteará en ningún caso abstenerse ante Rajoy. 

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