En su recta final, el 2016 se guardaba otra alegría para el deporte argentino. Luego de los muy buenos resultados en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la selección nacional de futsal hizo historia al consagrarse campeona del mundo de la disciplina.

En la final en la ciudad colombiana de Cali, el elenco conducido por Diego Giustozzi se repuso a la desventaja inicial y superó 5-4 a Rusia, con tantos de Alamiro Vaporaki, Juan Cuzzolino de tiro libre, Alan Brandi (2) y Constantino Vaporaki.

Así, el conjunto albiceleste -que tenía un cuarto puesto como mejor desempeño- cortó la hegemonía de España y Brasil, quienes se habían repartido todos los títulos hasta ahora. Los europeos fueron campeones en 2000 y 2004, mientras que los sudamericanos dominan con un pentacampeonato (1989, 1992, 1996, 2008, 2012).

Fue un comienzo complicado para los chicos argentinos. Eder Lima -uno de los tantos brasileños nacionalizados en el equipo ruso- capturó un rebote y rompió el cero a los 15 minutos. Pero la alegría rusa duró poco. Un minuto después, tras una serie de rebotes, Rescia la cruzó al segundo palo y Alamiro Vaporaki definió con el arco a su disposición.

El impulso anímico por el empate anotado llevó a los argentinos a dominar en cada sector del campo y eso se tradujo en un tiro libre directo luego de seis faltas acumuladas. Allí, el que se hizo cargo fue Leandro Cuzzolino y venció a Gustavo con una definición magistral. 

La historia se repitió en el amanecer del complemento: Eder Lima complicó con su pivoteo y estampó el 2-2 transitorio, ya que el temperamento y la contundencia nacional apareció en su máximo esplendor con dos goles de Alan Brandi. 

Con el reloj en su contra, Rusia cambió a su arquero por un jugador de campo y Kiki Vaporaki, con un remate/despeje en cercanías de área propia, estampó el quinto tanto frente a una valla rusa sin nadie que la protegiera.

Faltaban escasos minutos y Argentina ya se sentía campeona. Pero hubo tiempo para el sufrimiento. Dmitry Lyskov descontó para los europeos y Lima, a 19 segundos del cierre, achicó la diferencia a sólo un gol. Sin embargo, la reacción no alcanzó y no pudo evitar el histórico festejo argentino.