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3 de octubre de 2016

Alemania:Los fondos huyen del Deutsche Bank y el Commerzbank

Ahora Merkel enfrenta al dilema de avalar posible rescate o dejarlo caer, en un año electoral el clima político alemán no favorece esa salida.

Las malas noticias se acumulan para el principal banco europeo y cunde el nerviosismo en el mercado de capitales. Para el gobierno alemán, una posible solución pasa por un "rescate" al estilo norteamericano de 2008, pero en un año electoral el clima político alemán no favorece esa salida.

Merkel al rescate

En estas condiciones, muchas miradas se dirigen a cancillería. No es impensable que el Deutsche Bank pueda requerir financiación externa y, si no la obtiene en los mercados, ¿qué hará Angela Merkel? La encrucijada es perversa. Una opción es inyectar dinero público en la entidad, alegando que supone un riesgo sistémico y que es demasiado grande para caer. Financieramente no supondría un serio revés para la mayor economía europea, que lleva firmando superávits en sus cuentas públicas desde 2014

 

John Cryan en la Junta General de Accionistas de Deutsche Bank. (Reuters)

Imagen:John Cryan en la Junta General de Accionistas de Deutsche Bank. (Reuters)

El Deutsche Bank ha abierto otro frente a Angela Merkel. La multa multimillonaria que las autoridades estadounidenses han impuesto al mayor banco alemán amenaza con poner a la canciller ante la disyuntiva de tener que elegir entre dos opciones, ambas políticamente tóxicas: rescatar a la entidad financiera con dinero de los contribuyentes alemanes o dejarla caer, provocando un terremoto financiero como el de Lehman Brothers en la ya maltrecha eurozona. A un año de las próximas elecciones y a la baja en las encuestas, no hay salida buena para la mujer más poderosa de Europa.

Deutsche Bank y Commerzbank siembran dudas sobre la banca alemana​

La gran banca alemana vuelve a vivir graves apuros, tras una semana en que tanto el mayor banco del país, Deutsche Bank (DB), como el segundo, Commerzbank, sufrieron caídas bursátiles y tuvieron que salir al paso de la desconfianza hacia ellos en los mercados. El DB vivió una semana nefasta –una más de las que experimenta de ese tenor en los últimos tiempos–, al caer el viernes sus títulos en la Bolsa de Frankfurt por debajo de los 10 euros, un mínimo histórico, aunque luego logró recuperarse. Su desplome arrastró a Commerzbank a una caída en torno al 6%, cuando el día anterior había anunciado un plan de reestructuración que implicará recortar 9.600 empleos, el 20% del total, y no pagar dividendos este año.

 

El sector bancario de la primera economía de Europa padece, para Schadenfreude (alegría ante la desdicha ajena) de quienes en el extranjero identifican así nuevas grietas, tras el escándalo de Volkswagen, en la potente marca Alemania del hacer bien las cosas. Los rumores en la prensa germana de un posible rescate al Deutsche Bank contribuyeron al vaivén bursátil.

l Ministerio de Finanzas alemán lo ha negado tajantemente. Pero el respetado semanario político 'Die Zeit' lo mantiene "a pesar de los desmentidos" oficiales. Según sus fuentes, el Gobierno alemán está preparando un plan de emergencia por si es necesario intervenir el Deutsche Bank. El rescate incluiría la posibilidad de que el Estado se hiciese con hasta el 25% del banco si la entidad no fuese capaz de obtener en los mercados los fondos suficientes para pagar la sanción. La fórmula de Berlín contemplaría además el despiece del instituto financiero y su venta a terceros para recabar fondos. El Ministerio de Finanzas subrayó en un comunicado: "La información es falsa. El Gobierno federal no está preparando planes de rescate. No hay razones para estas especulaciones. El banco ya lo ha dicho claramente". Pero la marejada no ha amainado.

Pero falta un año para las elecciones generales –en septiembre del 2017–, y la canciller democristiana, Angela Merkel, se muestra muy cauta, pues ya tiene bastante con la factura que previsiblemente le pasará su política de asilo, con el auge del partido populista derechista Alternativa para Alemania (AfD).

La reacción de la opinión pública a un rescate bancario podría ser muy negativa, aparte de que estaría muy mal visto en el resto de Europa, dada la estricta postura de Alemania ante otros casos (léase planes de Italia para rescatar al Monte dei Paschi di Siena). Así que el martes, preguntada por la prensa en Berlín, Merkel se limitó a desear lo mejor para DB. “Naturalmente deseamos a todas las empresas que evolucionen positivamente, también a aquellas que pasan por dificultades momentáneas”, dijo la canciller.

El gigante Deutsche Bank, bastante magullado, anunció el miércoles que se desprenderá de Abbey Life, su aseguradora en Reino Unido, lo cual le reportará más capital. Fueron el temor a una ampliación de capital –para afrontar la multa millonaria que le augura la justicia estadounidense por un litigio vinculado a la crisis de las subprimes– y las voces de rescate los desencadenantes de la caída del viernes. Contribuyó a la estampida el hecho de que varios fondos de inversión vendieron sus participaciones en DB.

El mercado se agita ante los rumores. La multa estadounidense podría ser de 14.000 millones de dólares (12.500 millones de euros), pero fueron precisamente nuevos rumores el viernes por la tarde, sugiriendo que Estados Unidos rebajaría la multa a 5.400 millones de dólares (4.800 millones de euros), los que hicieron repuntar el título hasta el 6,39%. Curioso: la nueva cifra de 4.800 millones coincide grosso modo con la cantidad aprovisionada por DB para gastos legales.
Según publicaba ayer el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), la cúpula del Deutsche viajará en los próximos días a Washington para negociar esa cifra inicial. Su presidente, el británico John Cryan, defendió la liquidez del banco : “Tenemos 215.000 millones, es un buen amortizador”. De hecho, DB pasó un test de estrés este mismo año y está inmerso en el plan de reestructuración anunciado en octubre del 2015, con recorte de puestos de trabajo (9.000 propios y 6.000 externos) y la retirada de diez países.

Mientras, el segundo instituto del país, Commerzbank, con un 15% de capital controlado por el Estado alemán, venía siendo castigado en bolsa ya desde el martes, cuando cerró en Frankfurt un 2,2% por debajo del día anterior. Para el Commerz, la crisis financiera del 2008 significó un camino de espinas para sus accionistas, con continuas necesidades de ampliar capital y dividendos aplazados una y otra vez. En el 2015, anunció que había sobrepasado la barrera de los mil millones de beneficio. Ahora, su plan de ajuste incluye centrarse en el negocio tradicional del banco, es decir, servicios a empresas y familias. Los bajos tipos de interés no ayudan.

El mayor banco alemán registró en 2015 una pérdida neta próxima a los 6.800 millones de euros, una cifra récord. Planea además 15.000 despidos

Deutsche Bank, la sombra de un Lehman Brothers europeo planea sobre Merkel

Sede central de Deutsche Bank en Fráncfort, Alemania. (Reuters)

Imagen:Sede central de Deutsche Bank en Fráncfort, Alemania. (Reuters)

La multa multimillonaria al Deutsche Bank puede poner a Merkel en la tesitura de tener que elegir entre dos opciones tóxicas: rescatar la entidad con dinero público o desatar una nueva crisis financiera

 

Deutsche Bank y Commerzbank siembran dudas sobre la banca alemana

Imagen:John Cryan en la Junta General de Accionistas de Deutsche Bank. (Reuters)

 

Pérdidas récord y 15.000 despidos

El mayor banco alemán registró en 2015 una pérdida neta próxima a los6.800 millones de euros, una cifra récord. Poco antes ya había avanzado un drástico plan de saneamiento que incluía 15.000 despidos, la salida de diez países y el cierre de cientos de filiales en apenas tres años. Además, anunció a los accionistas que no iba a haber dividendos (ni beneficios) ni en ese ejercicio ni en este.

Dos trabajadores barren hojas fuera de las oficinas del Deutsche Bank en Londres. (Reuters)

Imagen:Dos trabajadores barren hojas fuera de las oficinas del Deutsche Bank en Londres. (Reuters)

Las acciones de Deutsche Bank se hundieron esta semana por primera vez en su historia por debajo de los 10 euros por participación en la bolsa de Fráncfort



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