VATICANO
16 de octubre de 2016
Los vínculos entre Brochero y el papa Francisco
El Pontífice que canoniza al cura de Traslasierra conoció sus hazañas pastorales en 1958 por el jesuita Antonio Aznar. Fue en el noviciado cordobés de barrio Pueyrredón. Cómo comenzó esta conexión y la influencia del Cura Gaucho en Bergoglio.
Jorge Bergoglio, el papa que canoniza al cura Brochero en el Vaticano ante miles de personas, no se subió al tren de la causa brocheriana “de última”, como algunos sospechan. Y tampoco por el compromiso pastoral que tuvo que asumir, años atrás, como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Por esos designios de la Providencia, el argentino que hoy lo elevará a los altares conoció la obra de Brochero y la heroicidad de sus aventuras apostólicas en 1958, por boca de un testigo casi directo, cuando el santo cordobés era prácticamente desconocido en la mayoría de las provincias argentinas.
Este dato, que había sido adelantado en el libro Aquel Francisco , hace dos años, fue confirmado ayer, durante una conversación informal, por el propio Pontífice. “Conocí la obra de Brochero por el padre Aznar”, le dijo Francisco a este cronista.
ESPECIAL BROCHERO. Todo sobre la canonización.
El jesuita Antonio Aznar, un brocheriano de la primera hora que realizó una de las primeras y más extensas investigaciones sobre la vida de Brochero, ya había publicado el primero de sus varios libros sobre el sacerdote cordobés cuando llegó al noviciado jesuita de barrio Pueyrredón, en Córdoba, el joven Jorge Mario Bergoglio. Tenía 21 años.
Tanto Bergoglio como la veintena de novicios que se formaban con él escuchaban atentamente al padre Aznar cuando relataba las andanzas de Brochero.
El año que Bergoglio conoció al padre Aznar, este trabajaba en la publicación de un ensayo que sería fundamental para la causa brocheriana: Las malas palabras del cura Brochero , publicado en el Boletín de la Academia Argentina de Letras de 1958. En ese artículo, Aznar puso en su lugar el lenguaje del cura que algunos teólogos “de escritorio” cuestionaban por vulgar, pero que no era otro que el que usaban los serranos que Brochero evangelizó.
En qué se parecen
Como hoy el papa Francisco sabe que llega más a todos cuando pide a los jóvenes misioneros que “hagan lío”, Brochero sabía, en su tiempo, que lo entendían más sus feligreses cuando explicaba el concepto de “gratuidad universal de la gracia divina” con la imagen campestre de las cabras que se suben a los hornos de barro para defecar, y que desde allí desparraman el guano para todos lados.
O cuando decía: “Dios es como los piojos: está en todos lados, pero prefiere a los pobres”.
La reconocida exhortación pontificia bergogliana a “no chusmear”, a “no sacar el cuero a nadie”, que pocos imaginaban en boca de un papa, tiene el mismo sustento y sentido teológico y humano que la que pronunció Brochero en una misa de tarde, en 1892, en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, en el Centro de la ciudad de Córdoba.
Para sorpresa de quienes lo escuchaban esa tarde, entre los que se encontraba el entonces gobernador Manuel Pizarro, Brochero dijo que iban derecho a la condena eterna “esas mujeres lengua larga que acuchillan al prójimo y que, aunque recen, se irán al infierno con enaguas y todo...”.
Otro vínculo fuerte entre Brochero y Bergoglio está dado por la espiritualidad ignaciana. La humildad y el conocimiento de sí mismo que arroja como fruto la práctica de los ejercicios espirituales de San Ignacio equiparan a estos dos pastores con olor a oveja y de zapatos muy usados.
Cuando Brochero se enteró, en una ocasión, por la carta de un amigo, de que posiblemente fuera incluido en una terna de la que saldría el futuro obispo de Córdoba, no dudó en responder: “Soy medio idiota, sin tino y sin virtudes”. Cuando para la realización del citado libro Aquel Francisco los autores le preguntaron al Papa si en Córdoba había afrontado una especie de “noche oscura del alma” como la de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila, el Pontífice respondió: “Yo no diría eso. Eso es para los santos. Yo soy un pobre tipo”.
Bergoglio en Traslasierra
El entonces cardenal Bergoglio visitó Cura Brochero entre el 9 y el 11 de septiembre de 2008, con motivo del Encuentro Nacional de Sacerdotes que se celebró allí.
Llegó desde Córdoba en un colectivo de línea. El padre Gustavo Zanchetta, estrecho colaborador de Bergoglio en Buenos Aires (hoy obispo de Orán), había llegado un día antes a Traslasierra, y pidió un auto prestado para ir a buscarlo a la Terminal de Ómnibus. Portafolios negro en mano, el cardenal, por entonces presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, se subió al auto, agradeció y fue trasladado hasta la hostería La Palmita, donde también se alojaban otros obispos, entre ellos el de Córdoba, Carlos Ñáñez.
Quién fue y qué hizo
José Gabriel Brochero nació en Villa Santa Rosa el 16 de marzo de 1840 y se ordenó sacerdote 26 años después. Desde 1916, la localidad Villa del Tránsito lleva su nombre, por la destacada labor que llevó adelante hasta el día de su muerte. Murió de lepra en 1914.
Las obras que unieron Traslasierra con la Capital. El Cura Gaucho, con la colaboración de sus feligreses, construyó iglesias y capillas y abrió caminos entre las montañas en una región donde no había rutas que permitieran tener unión con la región de la ciudad capital.
Milagros y santos
Los dos milagros. El padre de Nicolás Flores, quien había sufrido un accidente automovilístico, pidió por la recuperación de su hijo y, contrario a los pronósticos, sobrevivió. Camila Brusotti sufrió golpes de su madre, y su recuperación fue un hecho extraordinario.
El segundo argentino declarado santo. Brochero es el segundo argentino declarado santo. El primero fue San Héctor Valdivielso Sáez, joven religioso lasallano que nació en Argentina, pero que a los 4 años se fue a España, donde murió mártir en la Guerra Civil Española.
Quién fue y qué hizo
José Gabriel Brochero nació en Villa Santa Rosa el 16 de marzo de 1840 y se ordenó sacerdote 26 años después. Desde 1916, la localidad Villa del Tránsito lleva su nombre, por la destacada labor que llevó adelante hasta el día de su muerte. Murió de lepra en 1914.
Las obras que unieron Traslasierra con la Capital. El Cura Gaucho, con la colaboración de sus feligreses, construyó iglesias y capillas y abrió caminos entre las montañas en una región donde no había rutas que permitieran tener unión con la región de la ciudad capital.
Milagros y santos
Los dos milagros. El padre de Nicolás Flores, quien había sufrido un accidente automovilístico, pidió por la recuperación de su hijo y, contrario a los pronósticos, sobrevivió. Camila Brusotti sufrió golpes de su madre, y su recuperación fue un hecho extraordinario.
El segundo argentino declarado santo. Brochero es el segundo argentino declarado santo. El primero fue San Héctor Valdivielso Sáez, joven religioso lasallano que nació en Argentina, pero que a los 4 años se fue a España, donde murió mártir en la Guerra Civil Española.
Quién fue y qué hizo
José Gabriel Brochero nació en Villa Santa Rosa el 16 de marzo de 1840 y se ordenó sacerdote 26 años después. Desde 1916, la localidad Villa del Tránsito lleva su nombre, por la destacada labor que llevó adelante hasta el día de su muerte. Murió de lepra en 1914.
Las obras que unieron Traslasierra con la Capital. El Cura Gaucho, con la colaboración de sus feligreses, construyó iglesias y capillas y abrió caminos entre las montañas en una región donde no había rutas que permitieran tener unión con la región de la ciudad capital.
Milagros y santos
Los dos milagros. El padre de Nicolás Flores, quien había sufrido un accidente automovilístico, pidió por la recuperación de su hijo y, contrario a los pronósticos, sobrevivió. Camila Brusotti sufrió golpes de su madre, y su recuperación fue un hecho extraordinario.
El segundo argentino declarado santo. Brochero es el segundo argentino declarado santo. El primero fue San Héctor Valdivielso Sáez, joven religioso lasallano que nació en Argentina, pero que a los 4 años se fue a España, donde murió mártir en la Guerra Civil Española.
Fuente:Javier Cámara, enviado especial a Roma.
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