Murió Carlos Alberto, el capitán del seleccionado brasileño que ganó la Copa del Mundo en México 1970. El defensor que fuera compañero de Pelé, sufrió un infarto a los 72 años en San Pablo. Fue un lateral de mucho ida y vuelta, de proyección constante y dueño de uno de los goles más bonitos de los Mundiales.

El 21 de julio de 1970, en el estadio Azteca, Brasil le ganó a Italia por 4 a 1 y dio una exhibición de fútbol. Fue el comienzo del Jogo Bonito de un equipo que supo conjugar a Gerson, Rivelino, Jaizinho, Tostao y Pelé, y que tenía como capitán a Carlos Alberto, un futbolista que también dejó su sello en el encuentro definitorio.

Es que Brasil ganaba y se floreaba ante una Italia apabullada cuando llegó esa obra de arte. Tostao recuperó la pelota sobre el costado izquierdo, jugó con Brito y este con Clodoaldo, que se la cedió a Pelé. Y comenzó una serie de toques infernanales, deliciosos. Gerson, en cámara lenta, buscó a Clodoaldo y entonces, la acción se aceleró.

Porque Clodoaldo gambeteó tres rivales con una pasmosidad increíble y le entregó la pelota a Rivelino, que a su vez habilitó a Jairzinho. Este hizo una pausa y se la pasó a Pelé, que la frenó, la durmió y con esos ojos en la nuca que tenía imaginó que Carlos Alberto pasaba como un rayo. Entonces salió el toque suave, elegante, "tomá y hacelo". El lateral no precisó acomodarse. Le dio como venía, fuerte y cruzado, imposible para el arquero italiano. Un golazo que resumió el buen juego de Brasil.

Carlos Alberto fue un símbolo del fútbol brasileño que jugó comenzó su carrera en Fluminense, brilló en el Santos de Pelé, y jugó también en Flamengo y en el Cosmos de Estados Unidos. Luego, como entrenador, dirigió al Fluminense, Corinthians, Botafogo, entreo otros equipos de Brasil. También fue entrenador en México y Estados Unidos.