DEPORTES
14 de noviembre de 2016
Eliminatorias Rusia 2018:Argentina Colombia
La selección llegó a San Juan entre silencios e hinchas que se quedaron con las ganas, desde la mañana fueron acercándose hasta los alrededores del hotel en el que se aloja el plantel; la admiración va más allá de los resultados.
Hay admiración. El embelesamiento va más allá de los resultados, últimamente negativos. Se palpa en los rostros, en las miradas inquietas ante cualquier movimiento o llamado alertando que la selección argentina está en camino al hotel. Y en especial aquí, donde los jugadores son más estrellas aún por estar tan lejos del alcance y verlos muy pocas veces cara a cara. Eso lleva a largas esperas bajo un sol impiadoso como el de hoy, en su arribo a la ciudad para jugar mañana contra Colombia por las eliminatorias sudamericanas. Nada de multitudes, pero con la pasión intacta.
Así recibió el público a la delegación, que había aterrizado a las 11.20 y demoró algo más de una hora en llegar al hotel Del Bono, donde pasará la noche a la espera de un partido vital. Al momento de bajar del ómnibus, los jugadores ingresaron rápidamente al hotel, con el fondo de los gritos de los hinchas, pidiendo por un saludo, un autógrafo, una foto. El vuelo no había sido sencillo para varios de los futbolistas, que llegaron descompuestos, luego de que el avión se moviera más de lo habitual en la zona.
A la tarde, después de la siesta, habrá un entrenamiento en el estadio del Bicentenario para hacer los últimos ajustes. Se espera que allí Edgardo Bauza ubique en cancha a los mismos titulares que paró ayer. Fueron Sergio Romero; Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Ramiro Funes Mori y Emmanuel Mas; Lucas Biglia, Javier Mascherano; Lionel Messi, Éver Banega, Ángel Di María; y Lucas Pratto.
Temprano había un puñado de fanáticos. Cerca de las 11, eran un grupo que se había repartido entre la entrada principal al hotel en el que se hospeda el equipo y el estacionamiento del supermercado vecino, tras un doble vallado. Omar, un taxista, apareció apurado y llegó con su auto casi hasta donde estaba el público, como si fuera a buscar a alguien con demora. Sin embargo, se bajó del vehículo y fijó su vista en la explanada, atestada de cámaras, periodistas y seguridad, del lugar y policial. "Un compañero vino en otra oportunidad que se alojaron acá y logró sacarse una foto con Messi y con Mascherano, así que me la juego y hago una pausa en el trabajo. Nunca los vi tan cerca", dijo Omar, mientras todo era calma. Se fue y volvió al mediodía. La espera se extendió un rato largo más, por el tráfico que encontró el micro que trasladaba al plantel desde el aeropuerto hasta la ciudad. Ya era bastante más difícil acceder a la zona para cualquier chofer, en una avenida que terminó siendo cortada al tránsito y ganaron visibilidad las banderas.
#Eliminatorias El plantel ya está en el hotel donde concentrará. ¡#VamosArgentina!
Todos querían tener alguna imagen de los jugadores. Hubo distancia. #Argentina #EliminatoriasRusia2018
Emanuel tiene 5 años y una camiseta de la selección sin número ni nombre, pero espera "por Messi". Pateaba una botella y gritaba goles inventados mientras el padre intentaba que conserve puesta una gorra que le fue a buscar al auto. No duró demasiado. La arrojaba al piso y seguía pateando, sin soltar el autito de colección que tenía en sus manos. La insistencia del papá para protegerlo del calor era una lucha titánica. Como sentirse cerca de los protagonistas.
A unos metros, un grupo de chicos se hacía lugar, con las mochilas en sus manos. Son del Industrial Sarmiento, a unas cuadras. "Nos dejaron salir para poder venir a verlos", confesó uno de ellos, mientras el resto mataba el tiempo cazando pokemones. Había pocos en el radar, o no los suficientes como para entretenerlos demasiado. "Ya estuvimos una vez acá, creo que durante una Copa América, y sólo los vimos desde lejos. Ojalá hoy se acerquen", sostuvo Gabriel. Estaban a unos 50 metros de la puerta del hotel, en una playa de estacionamiento colmada de autos. La temperatura subía y algunos, en la espera, le sacaban jugo al aire acondicionado del supermercado, allí donde la imagen repetida del frente puede ser una ironía: Carlos Tevez invita a ingresar y comprar. Los hinchas sólo esperan que el equipo pueda convencer tanto como lo que parece hacerlo el ídolo de Boca, fuera de la selección por estos días pero involucrado en las promociones que encandilan en la vidriera del supermercado.
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