La Copa Davis es caprichosa. Siempre exige tener en cuenta todos y cada uno de los detalles. De lo contrario, pasa factura. Uno de esos detalles, quizá el más importante, es el doble, el punto del medio, el que siempre tiene valor. Por eso Argentina tiró “toda la carne al asador”. El tenista tandilense Juan Martín Del Potro saltó a la cancha junto con Leonardo Mayer para intentar desnivelar una final que se avecinaba más cerrada que nunca. Pero el líder croata Marin Cilic y el experto Ivan Dodig fueron demasiado para ellos. La derrota por 7-6 (2), 7-6 (4) y 6-3 dejó al equipo albiceleste sin margen de error en Zagreb.

En el arranque fue el correntino quien demostró estar a la altura de un partido que requería excelencia. Manejó los tiempos, se cruzó con eficacia y sostuvo al equipo ante la irregularidad de Del Potro. En el conjunto croata, Cilic no mostró fisuras y Dodig exhibió destellos de su talento para extender la paridad. El único break point de todo el set lo tuvo Argentina con el saque de Dodig en el 1-1.

Sólo quedaba definir en el tie break. Croacia se colocó 3-0 en un santiamén gracias a un ace de Cilic, una volea de Dodig y una pizca de fortuna con la faja. La diferencia se mantuvo y los croatas sellaron la ventaja por 7-2.
Cilic y Dodig aprovecharon el envión y quebraron el servicio de Mayer para ponerse 3-1 en el segundo set. Sin embargo, una suerte de levantada de Del Potro generó el tan deseado break cuando Cilic servía 4-3. Y otra vez había que definir en el tie break.

Tras un mini break a favor de los croatas, el equipo argentino se puso 2-1 gracias a un error no forzado y una doble falta de Dodig. Pero las malas decisiones en los dos servicios de Mayer y un ace de Cilic volvieron a poner a Argentina en una desventaja de la que ya no pudo recuperarse.

Con el doble 7-6 a favor de los locales, los hinchas argentinos en el Arena Zagreb apagaron sus gargantas y ya no quedó nada por hacer. En el sexto game Croacia volvió a quebrar el servicio de Mayer y no encontró más escollos en el camino hacia la victoria. Dodig, el único especialista en dobles del partido, fue al cabo quien realmente marcó la diferencia en los momentos importantes.

“Los primeros dos sets fueron muy parejos; el tercero todo se hizo muy difícil”, analizó un Mayer que mostró su buen oficio para la modalidad pero que cometió algunos errores clave en los tie breaks. Del Potro, por su parte, exhibió sus sensaciones: “Sabíamos que esto podía pasar; llegar al domingo con chances de visitante es muy valorable”.

Argentina nunca pudo superar su karma. De las cinco finales que tiene en su historial, sólo en Sevilla 2011 ante España consiguió el triunfo en el doble. Casualmente o por un guiño negativo del destino, lo hizo en la única serie definitiva en la que había quedado 0-2 el viernes. En el resto había llegado 1-1 pero después perdió el punto del sábado.

El equipo de Daniel Orsanic tendrá que buscar esta vez una nueva proeza. Y la historia estará en su contra, ya que Argentina revirtió sólo cuatro veces un 1-2 en la Copa Davis: Brasil (1976 y 2015), Alemania (1990) e Israel (2014). No obstante, este grupo de jugadores sabe de triunfos resonantes de visitante. “No hace falta motivar a estos jugadores. Están llenos de ilusión y compromiso. No necesitamos ningún estímulo”, sentenció el capitán, a pocas horas de ir por la hazaña. El sueño sigue latente.

Fuente: Pablo Amalfitano Desde Zagreb, Croacia