Pese a que la recesión se prolongó durante todo este año, en el ministerio de Producción aseguran que en 2017 creceremos 4% empujados por el consumo, la obra pública y el campo. Allí observan a 2016 como un puente hacia otra etapa de la Argentina y rescatan haber evitado una grave crisis.

Curioso, el consumo se convierte en un objetivo del Gobierno, tal vez por su peso decisivo en la marcha de la economía. Y entre las medidas que arrancan en 2017 para precios más transparentes, una de las clave para bajar la inflación y estimular ventas, figura un decreto inminente para que desde el próximo enero los comercios exhiban los precios al contado y los financiados de los productos.

Creen que hay fuertes diferencias entre uno y otro valor y que de esa manera ayudarán a tomar decisiones de compra a consumidores con un poder adquisitivo “mejorado por los cambios en Ganancias y la reparación a los jubilados”.

La ley de tarjetas de crédito no permite en la actualidad poner valores diferenciados de contado y financiado. Pero los funcionarios habrían encontrado un atajo legal que evite lo que consideran un sistema de precios opacos.

Sostienen que de esa manera se conocerán los valores y el verdadero costo de la financiación.

Los funcionarios aclararon que el precio al contado, que imaginan sensiblemente menor al financiado, no significa que se deba pagar en efectivo sino que también se podrá utilizar la tarjeta de débito.

Precisamente, en 2016 se verificó un fuerte aumento del uso del débito que superó en número de transacciones a la tarjeta de crédito revelando la importancia que tiene para los bolsillos el descuento del 5% de IVA cuando se opera de esa manera.

La idea de diferenciar los precios surgió con los electrodomésticos. En ese rubro, la venta en cuotas aumenta el precio final del producto cerca de un 29 por ciento.

Eso sí, en Comercio aseguran que continuarán los planes Ahora 18 y Ahora 12 que el Gobierno ayuda a mantener vía el Banco Central, que reduce exigencias de encajes (inmovilizaciones de dinero como resguardo) a los bancos al compás del financiamiento al consumo.

Los funcionarios fueron ayer generosos en definiciones. Y consultados sobre los desafíos de 2017, en Producción señalaron: “El problema más dramático de la economía argentina es la falta de creación de empleo”.

Alguno deslizó que cuando asumieron hace un año, los empresarios estaban tan acostumbrados a otro tipo de relación con el Estado que se acercaban a preguntarles, si les convenía invertir y hasta los precios a los que podían ofrecer sus productos. “No eran solo las pymes, también los gerentes de las multinacionales”, contaron.

-¿Están decepcionados con los empresarios?, se les preguntó.

-Los empresarios son lo mejor que tenemos y los vamos a cuidar. Pero también pensamos que si hoy no invierten en el país se equivocan, porque invertir en la Argentina es un negocio espectacular.

Fuente:Silvia Naishtat