Te mostramos esta joya de la historia, que merece la pena ser visitada en nuestro paso por Catamarca, nuestros antepasados han dejado una huella que los siglos aún no pudieron borrar.

El Shincal

La historia que en esta ciudad precolombina ha transcurrido es de no creer. Ubicado a 1240 sobre el nivel del mar, en un punto estratégico entre los ríos Hondo y Quimivil, los cuales servían para consumo y riego, el Sitio Shincal de Quimivil representa uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la región Norte de la Argentina.

Ubicación

A 6 kilómetros de la localidad de Londres, es una de las atracciones más interesantes para el nuevo turismo arqueológico en tanto conserva vestigios de lo que fue el imperio más grande de la América precolombina: el Imperio Inca.

Declarado Monumento Histórico Nacional

Las investigaciones comprobaron que este sitio fue un importante centro administrativo ocupado por el Imperio Inca o Tawantisuyo entre los años 1471 y 1536, año donde el español llega para la conquista de la región.

Aquí se pueden apreciar varios edificios de piedra: Kallankas, cinco estructuras rectangulares de piedra labrada; Qollqas, recintos circulares usados para almacén; una Aukaipata, plaza pública central; dos cerros aterrazados de 25 metros de altura a ambos lados de la plaza a los que se accede por escalinatas; un Sinchiwasi (sinchi: guerrero, huasi: casa); un Ushnu, trono en la plaza, una plataforma de 16 metros de lado y 2 metros de altura, con forma de pirámide trunca al que se accedía por una escalinata; sitios rectangulares usados como residencias; y el antiguo Camino del Inca que conectaba a este sitio con el resto del Imperio.

Recibe ese nombre por el río Quimivil que irriga la zona. Sin embargo, las construcciones que hoy vemos fueron edificadas por los quechuas entre 1471-1536 sobre un terreno que ya desde antes habría sido un centro de importancia para las culturas preexistentes como la Saujil, Ciénaga, Aguada entre otras.

Asimismo fue un punto clave en la resistencia de las culturas originarias contra el invasor español. Fue importante epicentro de los levantamientos Diaguitas-Calchaquí por Juan Calchaquí en 1561 y el Cacique Chelemín en el año 1632.

Actualmente, y desde el año 2004 es lugar de celebración del Inti Raymi, o sea el Año Nuevo de los Pueblos Originarios, donde cada 21 de Junio, por lo que ya no debe ser considerado una ruina arqueológica, sino un centro ceremonial vivo.

Hoy apenas ruinas quedan en pie de aquel imperio que no quiere ser olvidado. Esos diaguitas, calchaquíes y quechuas que han recorrido generaciones tras generaciones formando sin saber, la huella Inca, hasta la llegada de los españoles con sus conquistas.

Muchas de esas culturas. Han dejado un rico legado que se expone en el Museo Arqueológico Adán Quiroga, en un total aproximado de 7000 piezas que dejan ver al visitante la cultura Aguada, la cultura Belén y Santa María entre otras características de la llegada de los españoles, quienes luego dejarían la cultura hispanoindígena, evidenciando el contacto entre estas dos culturas.