La absenta es una bebida que ha despertado, a lo largo de dos siglos, misterios y versiones cruzadas. De color verde, se hizo popular en Francia a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando personas vinculadas al arte, la filosofía y la escritura, como Oscar Wilde, Van Gogh, Baudelaire, Rimbaud, Manet, Picasso o Hemingway, comenzaron a tomarla como fuente –según ellos- de inspiración.

Es tal vez por eso que la absenta, más que por su gusto, se ingiere eventualmente para vivir la experiencia, ¿pero qué pasa cuando alguien dice “no me hizo nada” y tambalea la tan conocida versión de Ernest Hemingway: “la absenta cambia las ideas”?

Para prepararla, primero hay que verter una medida, sobre la boca de la copa colocar un tenedor o una cuchara perforada que funcione a modo de colador con un terrón de azúcar y luego echar agua helada. Cuando el agua cae en la copa, la absenta comienza a adquirir una textura espesa y de color lechoso. La preparación es la pieza clave del ritual. El misterio en torno a esta bebida verde y “prohibida” comenzó a raíz de los famosos dichos de muchos de los intelectuales del siglo XX que decían “es fuente de inspiración”. Circulaba la versión de que la bebida verde generaba efectos alucinógenos que ponían en riesgo a los ciudadanos que convivían con quienes la consumían. Por estos motivos, la prohibieron en Suiza en 1907, en Estados Unidos en 1912 y en Francia en 1915. En Argentina, hoy en día se consigue aunque muchos organismos sostienen que es ilegal la venta.

El sabor es muy amargo, parecido al licor de anís, y tiene una graduación alcohólica de hasta 90%, pero no es real que conduzca a quien la bebe hacia la locura. De la "locura de la absenta" empezó a hablarse en 1905, cuando Jean Lanfray, un alcohólico de nacionalidad suiza, disparó a su esposa y a dos de sus hijas diciendo que lo hacía porque su mujer se había negado a limpiarle los zapatos. Ese día había bebido todo tipo de alcohol, como coñac y vino, pero la culpa recayó sobre las dos copas de absenta que también había tomado. Así es como se vincula a la bebida con la locura.

Corpse Reviver Nº 2
1 3/4 oz de gin Tanqueray
1/2 oz de Martini Bianco quinado
3/4 oz de Cointreau
3/4 oz de jugo de limón
1 bar spoon de absenta NV Verte 

Agitar todos los ingredientes en una coctelera y colar en una copa cóctel previamente refrescada.

Devil's Julep
2 oz de gin Beefeater
1 oz de jugo de limón
2 cdas. de azúcar
1 rama de menta fresca
1 dash de Black Absinthe

Con el palo de un mortero, machacar suavemente la menta junto al limón y el azúcar en un vaso de trago largo. Agregar abundante hielo, el gin y finalmente la absenta por encima.  

Recién en 2008 se derogó el veto inscripto en el Código Alimentario Argentino, lo que dejó como límite el alcohol: ninguna bebida nacional puede superar el 54%; por lo tanto, gran parte de las absentas mundiales superan el límite. Así, la gran novedad es la flamante importación de NV Verte, una absenta de 38% de alcohol, producida por La Fée, pionera en destilar absentas en la Francia actual.

Para algunos puristas, esta baja graduación es una blasfemia; pero si bien la NV Verte se aleja de la tradición y apuesta al bar y a la coctelería, permite probar un destilado que contiene la verdadera y mítica Artemisia absinthium como protagonista. Más allá, existen varios bares en la ciudad que tienen otras botellas (algunas de hasta el 80%) que consiguieron en viajes personales al exterior. Suenan las campanas de la hora verde.