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13 de enero de 2017

El rugby argentino recorrerá 117 mil kilómetros en viajes. en su nuevo año de competencias

Tras un año extenuante, el calendario ofrece una ventaja de la que el plantel argentino espera sacar provecho

Comenzó otro año exigente para el rugby argentino. Los 43 jugadores que integran el plantel de los Jaguares, la franquicia argentina que disputa el Super Rugby, pusieron en marcha un nuevo desafío esta semana. Para casi todos ellos, regularmente convocados a los Pumas, es el inicio de un largo 2017 que incluirá las dos ventanas internacionales y el siempre desgastante Rugby Championship.


Sabe este plantel del desgaste que significa afrontar este camino. Lo vivieron por primera vez en 2016 y lo sufrieron. No sólo por la gran cantidad de derrotas, sino porque mostraron en el final del año un agotamiento, físico y mental, que terminó haciendo mella en los resultados.

Los Pumas, con menos viajes en 2017

La primera experiencia de los Jaguares en el Super Rugby no fue la esperada. Bajo las órdenes de Raúl Pérez el equipo cosechó apenas cuatro victorias sobre 15 partidos. "Para este 2017 hay que ser lógicos desde la expectativa. Hay que pensar en el primer partido. El año pasado llegamos con un plantel que había sido cuarto en el Mundial, se había generado cierta expectativa y fue una presión adicional responder a eso. La idea es llegar bien al primer partido e ir encadenando con lo que viene, no pensar en el final sino en lo que tenemos adelante", analiza Raúl Pérez en charla con LA NACION.


El Super Rugby no fue sólo acostumbrarse a jugar ante potencias del sur, con lo que requiere adaptar el juego a esas circunstancias, sino también el afrontar la inmensa cantidad de viajes, una logística que implica modificar rutinas a las que los jugadores estaban acostumbrados. El calendario de 2016 fue extremadamente duro para el rugby argentino. A las ventanas de noviembre y el Rugby Championship se le sumó un amistoso con Japón, en Tokio, ciudad que algunos visitaron dos veces ya que los Jaguares jugaron allí ante los Sunwolves. En este 2017 la exigencia en los traslados será menor: el fixture los lleva a Sudáfrica y recién en el final, a Australia. Es decir que la carga de vuelos, traslados, horas de espera en aeropuertos y todo ese tipo de planificación será mucho menor.

La comparación de los calendarios de los Pumas y los Jaguares entre 2016 y 2017
La comparación de los calendarios de los Pumas y los Jaguares entre 2016 y 2017.
Entre Pumas y Jaguares, el plantel jugó 28 partidos el año pasado. En total se recorrieron más de 183.000 kilómetros. Son cuatro veces y media la vuelta al mundo. Un número que sorprende hasta el propio staff y jugadores. En total, 16 ciudades, tres de ellas -Londres, Tokio y Wellington- se visitaron dos veces. Para el 2017, si bien algunas sedes aún no están confirmadas, el número de kilómetros finales de los viajes se reducirá muchísimo. "Los jugadores argentinos son inteligentes, se van a adaptar. Creo que el año pasado nos sorprendieron tantos viajes y partidos tan complicados, pero tenemos una competencia anual que requiere una fortaleza física y mental", dice Raúl Pérez.


No sólo el fixture de los Jaguares les dará menos viajes -ocho de los 15 partidos de la primera rueda serán en Buenos Aires- sino que los Pumas tendrán menos partidos. No viajarán a Japón, con lo exigente que fue ese partido para la última gira por Europa. En junio jugarán con Inglaterra (dos partidos, en Santa Fe y San Juan) y Georgia (a confirmar, probablemente Salta). Luego viajar a Port Elizabeth, New Plymouth y Canberra para el Rugby Championship. Cerrarán el 2017 ante Inglaterra, Italia e Irlanda.

Hay que remarcar que, a diferencia del resto de los equipos del Super Rugby, el plantel de los Jaguares es el mismo que el de los Pumas. Sólo Tomás Cubelli (Brumbies) y Juan Pablo Estellés (Northampton) fueron los que jugaron sin haber participado de la franquicia. De los 41 rugbiers, 11 no jugaron en los Pumas. Es decir que 30 que compitieron todo el año. Si se lo compara con los principales equipos de los cuatro países restantes del torneo, la diferencia es abismal.

Los Hurricanes, campeones del Super Rugby, viajaron en total 39 mil kilómetros en el torneo. Y hay que tener en cuenta que, de ese plantel ganador, son apenas cinco los que completaron el año con los All Blacks: Ardie Savea, Julian Savea, Dane Coles, Beauden Barrett y TJ Perenara. Ellos, si se suman los kilómetros que hicieron en las giras con la selección de Nueva Zelanda, llegaron a 117.179 kilómetros, un número parecido al que afronta el plantel argentino en el 2017.

La comparación con Australia es aún más clara. Los Brumbies, el equipo que más lejos llegó en el torneo del sur, tiene ocho jugadores en los Wallabies. Ellos completaron el 2016 con 101.382 kilómetros, una cifra mucho menor al de nuestro país. Los que más cerca estuvieron del desgaste argentino fueron los nueve Springboks que juegan en Lions, subcampeón del Super Rugby, con 124.450 kilómetros totales en el año.

"El año pasado fue de mucho aprendizaje. Los entrenadores se asesoraron con los viajes. Por lo que veo del 2017 será mejor en los papeles, nos moveremos menos", analiza el capitán de los Jaguares y los Pumas, Agustín Creevy, uno de los que más jugó en 2016. "Creo que una de las medidas es no viajar después de los partidos, sino más entrada la semana. eso lo resolverán los entrenadores", agrega el ex hombre de San Luis. "No vamos a viajar tanto como el año pasado y eso tenemos que aprovecharlo. Aplicar lo que aprendimos del desgaste que fue el 2016, para todos", dice Matías Alemanno, otro de los que más tiempo estuvo en cancha en ambos planteles.

La gran cantidad de kilómetros recorridos por estos jugadores no implican sólo un desgaste desde el aspecto físico y mental. Para los cuerpos técnicos de los distintos seleccionados, sirve como una buena oportunidad para pasar tiempo juntos, trabajar partes tácticas, rodear de la mejor manera a los jugadores. Suele verse una gran camaradería en cada uno de los planteles argentinos.

"Ajustes tenemos que hacer siempre. es un proceso lógico. No significa que todo se haya hecho mal, si que el proceso natural es cambiar. Fue nuestro primer año en el torneo, la simpleza es fundamental. Haremos base en las grandes ciudades para ir y venir. Hay que planear bien cada paso para que no tener tanto tiempo de movilidad", señala Pérez, la cabeza de la franquicia argentina. El propio entrenador contó que, dialogando con equipos de Nueva Zelanda, a varios de ellos les costó el proceso de adaptarse a los viajes en este torneo, que hasta el año pasado jugaban con Australia y Sudáfrica. "La gente de Crusaders nos contó que les costó 10 años formar el sistema que tienen hoy en día. Mucho tiempo de adaptarse a los viajes, cambio horario, altura (en Sudáfrica), ahí es donde nosotros más tenemos que trabajar, en reducir el desgaste y el cansancio", dice.

Claro que es algo en lo que la UAR deberá trabajar, el aumentar la cantidad de jugadores que puedan integrar la franquicia y luego poder ser parte de los seleccionados, no sólo los Pumas, sino Argentina XV o el seven. Es un largo proceso de formación y selección en el que el rugby argentino deberá crecer a mayor escala para poder hacer frente a la exigente competencia que tiene hoy en día.

La comparación de los calendarios de los Pumas y los Jaguares entre 2016 y 2017

Desde esta semana comienza la larga preparación de los Jaguares. Para no cargar más al plantel, decidieron realizarla en el Buenos Aires Cricket & Rugby Club. Recién en febrero se subirán al avión para el primer partido del Super Rugby, en Port Elizabeth, ante Kings. Algunos jugadores ya llevan días trabajando con el cuerpo técnico de Raúl Pérez, el resto del plantel, en sus vacaciones, se fueron con un plan de entrenamiento para llegar de la mejor manera al inicio del año.
Fuente:Tomàs Bence



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