Más de 25 mil mujeres al año cambian libros por pañales, si es que a sus estudios no los abandonaron antes.

Las últimas estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, indican que en nuestra provincia el 43 por ciento de las madres no termina el secundario. 

“Las chicas abandonan la secundaria antes de quedarse embarazadas. En la mayoría de los casos dejan con naturalidad, antes del tercer año. Cuentan que sus padres no siguieron los estudios, que se aburren o que quedaron libres en las materias”, informó Marcela Moriena, médica especialista en adolescencia del Hospital Materno provincial. 

Cuanto más chica la madre, más grande el abandono. Según las Estadísticas Vitales, el 80 por ciento de las mujeres de 16 a 20 que fueron mamás en 2015 no terminó el secundario. 

En números absolutos, de las 7.493 adolescentes que dieron a luz ese año, 6.004 no alcanzó el diploma de nivel medio. 

¿Por qué abandonan? Para Moriena, es una cuestión cultural ya que los padres y abuelos tampoco terminaron el secundario.

Además, la pobreza educativa y la ausencia de proyectos de desarrollo personal hacen que el embarazo sea el único camino que queda. 

“Si las chicas abandonan el secundario y tienen un hijo sin estar preparadas para la maternidad, se están ganando un certificado de pobreza. En el futuro, sólo podrán aplicar a trabajos de menor cuantía porque no tienen el título de educación media”, agregó Viviana González, asistente de la Maternidad provincial. 

Sin diploma secundario, la oferta laboral se achica.

En el caso de las empleadas domésticas, el 40 por ciento no terminó el primario y el 80 por ciento, el secundario, según estimaciones del Sindicato Personal Casa de Familia (Sinpecaf). 

“Históricamente, las mujeres que salen al mercado laboral y no encuentran trabajo terminaban dedicándose a las tareas domésticas de una casa particular. Ahora eso está cambiando, porque la actividad se está haciendo profesional y demanda capacitación”, indicó la titular del sindicato, Alcira Burgos. 

Las cargas se hacen más pesadas para el 21 por ciento de esas madres ya que, según las Estadísticas Vitales, no convive en pareja.

Otra vez, el problema se acrecienta cuanto más joven la madre: en el caso de las menores de 20 años, el 38 por ciento es mamá soltera. 

En la franja de 16 a 20 años, el 80 por ciento no finalizó la educación media y obligatoria en el país. 

Para Viviana González, el apoyo de los adultos –así como la imposición de límites– es fundamental en la crianza de los adolescentes. En neurociencias, esto se explica a partir del desarrollo del sistema frontal, el sector del cerebro que comanda nuestras conductas. 

“Los adolescentes viven al día porque aún no tienen desarrollado el sistema frontal. Los adultos deben estar ahí, para guiarlos”.

Otro problema sanitario, es el de las niñas madre, un evento que no desciende. En 2015 se registraron 176 nacimientos en menores de 15 años. El año anterior fueron 171.