Barcelona, con Lionel Messi como titular, se clasificó a la final de la Copa del Rey tras igualar 1 a 1 en el Camp Nou con el Atlético de Madrid de Diego Simeone, en el encuentro de vuelta de una de las semifinales de la Copa del Rey. El conjunto catalán, que en la ida había ganado 2 a 1, se medirá en el encuentro definitivo con el Alavés de Mauricio Pellegrino o el Celta de Eduardo Berizzo, que el miércoles se medirán en Vitoria (en la ida igualaron 0 a 0).

El tropiezo en el Vicente Calderón obligaba al elenco madrileño a convertir al menos dos goles para aspirar a acceder a la final. En busca de ese objetivo primario, Simeone dispuso una alineación a priori de características ofensivas, con Nicolás Gaitán y el belga Yannick Carrasco para explotar las bandas y con Fernando Torres y el francés Antoine Griezmann en la delantera.

En la primera media hora la visita fue superior: neutralizó con una intensa presión a su adversario, que casi no pudo generar juego, manejó bien la pelota y transformó su ambición en riesgo. Las mejores ocasiones de la etapa fueron del Atlético y obligaron a buenas respuestas del arquero holandés Jasper Cillessen, que le negó el gol a Carrasco y a Koke.

En el último cuarto de hora la visita sintió el desgaste, perdió intensidad y claridad y permitió que su rival, sin levantar su rendimiento, disputara ese tramo con tranquilidad. Para colmo, a dos minutos del final de la etapa Messi armó una gran maniobra individual entre cuatro rivales y sacó un zurdazo desde la medialuna que el arquero Moyá alcanzó a tapar, pero el rebote quedó servido para que Luis Suárez empujara al gol.
Barcelona, con Lionel Messi como titular, se clasificó a la final de la Copa del Rey tras igualar 1 a 1 en el Camp Nou con el Atlético de Madrid de Diego Simeone, en el encuentro de vuelta de una de las semifinales de la Copa del Rey. El conjunto catalán, que en la ida había ganado 2 a 1, se medirá en el encuentro definitivo con el Alavés de Mauricio Pellegrino o el Celta de Eduardo Berizzo, que el miércoles se medirán en Vitoria (en la ida igualaron 0 a 0).

El tropiezo en el Vicente Calderón obligaba al elenco madrileño a convertir al menos dos goles para aspirar a acceder a la final. En busca de ese objetivo primario, Simeone dispuso una alineación a priori de características ofensivas, con Nicolás Gaitán y el belga Yannick Carrasco para explotar las bandas y con Fernando Torres y el francés Antoine Griezmann en la delantera.

En la primera media hora la visita fue superior: neutralizó con una intensa presión a su adversario, que casi no pudo generar juego, manejó bien la pelota y transformó su ambición en riesgo. Las mejores ocasiones de la etapa fueron del Atlético y obligaron a buenas respuestas del arquero holandés Jasper Cillessen, que le negó el gol a Carrasco y a Koke.

En el último cuarto de hora la visita sintió el desgaste, perdió intensidad y claridad y permitió que su rival, sin levantar su rendimiento, disputara ese tramo con tranquilidad. Para colmo, a dos minutos del final de la etapa Messi armó una gran maniobra individual entre cuatro rivales y sacó un zurdazo desde la medialuna que el arquero Moyá alcanzó a tapar, pero el rebote quedó servido para que Luis Suárez empujara al gol.

Para el Atlético la misión no era sencilla tanto por el panorama en este duelo como por los antecedentes: no ganaba en el Camp Nou desde el 5 de febrero de 2006 (3 a 1 con un gol de Maximiliano Rodríguez). Desde entonces acumulaba 5 empates y 11 derrotas.

Simeone se jugó el resto en el complemento y sumó a Ángel Correa en ataque (reemplazó a Gaitán). Su equipo buscó con tenacidad y tuvo sus posibilidades. Cuando ya jugaba con un hombre más (Sergi Roberto fue expulsado a los 11 minutos por un planchazo sobre el brasileño Filipe Luiz) pudo empardar, pero el árbitro Jesús Gil Manzano anuló erróneamente una maniobra que había finalizado con la pelota en la red por una inexistente posición adelantada de Griezmann.

Barcelona pudo liquidar definitivamente la serie con un tiro libre precioso de Messi que fue repelido por el travesaño. Pero los madrileños no se achicaron ni siquiera cuando también quedaron con 10 (Carrasco vio la segunda amarilla tras derribar al turco Arda Turan). A los 33 dejaron pasar una chance gigante de meterse en partido: Gerard Piqué derribó al francés Kevin Gameiro en el área, Gil Manzano sancionó penal y el propio Gameiro ejecutó por arriba del travesaño.

in embargo cuatro minutos más tarde Gameiro se tomó revancha y marcó el 1 a 1 tras una asistencia exquisita de su compatriota Griezmann. Un gol separaba al Atlético del alargue.

La búsqueda fue tenaz en el tramo final, pero Barcelona resistió con uñas y dientes y se quedó con el boleto a la final. La mala noticia fue la expulsión en el último minuto de Luis Suárez, quien se ganó la roja por un codazo a Koke en mitad de cancha y no podrá disputar el partido definitivo al igual que Sergi Roberto.

De esta manera, Barcelona se clasificó a su cuarta final consecutiva de Copa del Rey (ganó las dos últimas, ante Athletic de Bilbao y Sevilla, y perdió la de 2014 frente a Real Madrid) y la séptima en las últimas nueve ediciones. El encuentro definitivo será el 26 de mayo en sede a confirmar.