Arrinconado por la justicia estadounidense que emitió dos fallos contundentes contra su política inmigratoria, el presidente Donald Trump aseguró estar envuelto en una “guerra jurídica” con los magistrados que bloquearon su orden de prohibir el ingreso de ciudadanos de países musulmanes. Molesto con el desafío del poder judicial, y jugando al misterio, advirtió que la semana próxima lanzará nuevas medidas de “seguridad adicional”.

Esta noche trascendió que el mandatario no va a apelar la decisión judicial y que podría “reescribir” el decreto, para tratar de implementar algunos aspectos de la orden suspendida, informó The Washington Post. Pero no se conocieron detalles sobre los cambios que haría.

El jefe de gabinete, Reince Priebus, dijo que no se descarta la apelación a la Corte. Aunque sería contradictorio con la redacción de otro decreto.

La derrota judicial fue el peor revés que sufrió el mandatario desde que llegó a la Casa Blanca, el 20 de enero pasado. Lo más factible es que el tema escale ahora hasta al Corte Suprema, algo que llevará meses, y donde no es claro su destino. “Continuaremos el proceso en los tribunales. Y no tengo duda de que ganaremos ese caso particular”, afirmó ayer el mandatario en una rueda de prensa, en un elocuente reto a la independencia judicial. Inmediatamente afirmó hará “lo que sea necesario y de manera muy rápida” para “mantener a nuestro país seguro”. Sin dar detalles, señaló que habrá nuevas medidas de “seguridad” que se conocerán “la próxima semana”.

El enojo de Trump tiene que ver con el fallo conocido el jueves del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, California, que mantiene el bloqueo a al decreto antiinmigratorio. De esa manera el tribunal avaló la decisión anterior adoptada por el juez federal James Robart, de Seattle.

La orden de Trump, emitida el 27 de enero a sólo una semana de asumir, suspendía durante 120 días el programa de acogida de refugiados de Estados Unidos -o indefinidamente, en el caso de los refugiados sirios- y frenaba durante 90 días la emisión de visados para ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen.

El voto del tribunal californiano, integrado por dos jueces demócratas y uno republicano, fue unánime. Los tres rechazaron de plano que el ingreso de esos migrantes pongan en peligro la seguridad del país, como asegura elk gobierno El mandatario y su entorno criticaron duramente a los jueces y los acusaron de tener una actitud “política”, ligada a sectores de izquierda. “Guerra Jurídica: sorprendentemente, en toda la opinión, el panel no se molestó siquiera en citar este estatuto”, tuiteó Trump, en referencia a la cita de un blog de información judicial, “Lawfare”, donde se refiere a un estatuto en el que se basa el polémico decreto presidencial.

El artículo de Lawfare encontró “notable” que el colegiado de tres jueces “ni siquiera se molestó de citar” un crucial estatuto legal estadounidense que autoriza al presidente a suspender la entrada a Estados Unidos de todos o algún tipo de extranjeros que considere perjudicial para los intereses del país. Pero el blog también concluye que la corte de apelaciones llegó a la “decisión correcta” por varios motivos, un aspecto que Trump omitió mencionar.

La indignación del mandatario se mantuvo durante todo el día de ayer, inclusive. “¡Una decisión vergonzosa!”, exclamó en otro tuit, y luego remató: “Nos vemos en los tribunales. ¡La seguridad de nuestro país está en juego!”. El viernes, tarde, agregó en referencia al fallo: “Una desgracia de decisión!”.

Se espera que el gobierno de Trump encare ahora otra estrategia. El Departamento de Justicia puede presentar un recurso ante el Tribunal Supremo, o solicitar otra revisión de la sentencia a una corte federal con un número más amplio de jueces. En ambos se arriesga a sufrir un nuevo revés judicial.

Algunos analistas sostienen que incluso puede realizar otra jugada: dejar de lado el polémico decreto cuestionado por la Justicia y emitir otro que aumente las restricciones de ingreso, pero sin afectar las libertades civiles. Ayer, en fuentes de la Casa Blanca admitieron esta posibilidad a la cadena de noticias CNN. “Nada está excluido, incluso un nuevo decreto”. Sin embargo, esto implicaría dar marcha atrás con su primera posición, algo que contrastaría con la personalidad del mandatario.

El decreto de Trump, implementado sin aviso previo la última semana de enero, generó caos en varios aeropuertos estadounidenses donde un centenar de personas fueron detenidas, e incluso algunos de llos deportados en medio de la confusión. Pero luego, con la suspensión temporal del decreto por parte de la Justicia, los ciudadanos de los países afectados se apresuraron a viajar a Estados Unidos con los visados que ya habían procesado.

FotoTrump criticó duramente a los jueces que fallaron en contra de su decreto antiimigración. (Bloomberg)

Fuente Agencias