EDITORIAL
8 de marzo de 2017
La mujer en el cambiante mundo del trabajo: por un planeta 50-50 en 2030
Debemos lograr que exista una economía que responda a las necesidades de las mujeres y las emplee a cambio de una remuneración digna, que se apliquen condiciones de trabajo igualitarias para el trabajo remunerado o no remunerado de las mujeres, que se apoye a las mujeres empresarias, entre otros aspectos.
Demasiadas mujeres y niñas en el mundo dedican un número excesivo de horas a las responsabilidades del hogar, incluso el doble del tiempo que hombres. Esta situación pone en desventaja las posibilidades de que las mujeres puedan obtener trabajos remunerados, hacer deportes o desempeñarse como líderes cívicas o comunitarias.
Desde Onu Mujeres anhelamos la construcción de un mundo del trabajo distinto para las mujeres. Deseamos que a medida que las niñas crezcan tengan la posibilidad de acceder a una amplia variedad de carreras y se las aliente a desarrollarse en el tipo de empleo que elijan, sea en el ámbito del arte, de la agricultura, de la ciencia, la función pública o cualquier otra.
El cambio debe iniciarse a etapa temprana, en entornos estimulantes donde ellas aprendan que las niñas no pueden soñar a menor escala solo por ser niñas. Esto sin duda exigirá ajustes en ámbitos como la crianza, en programas de estudios o en proteger a las niñas de la violencia y la transmisión de estereotipos cotidianos como los que entregan los medios de comunicación y la publicidad.
Actualmente solo el 18% de los títulos de grado de ciencias de la computación corresponden a mujeres y representan solo el 25% de la fuerza laboral de la industria digital. Esto debe cambiar, las mujeres y niñas deben estar preparadas y formar parte de la revolución digital actual.
Según el análisis del Grupo de Alto Nivel sobre el empoderamiento económico de las mujeres del Secretario General de las Naciones Unidas, para lograr la igualdad en el trabajo será preciso ampliar las oportunidades de las mujeres en todos los ámbitos, con pronósticos muy positivos, pues se estima que si logramos avanzar en la igualdad de género podríamos dar un impulso al PIB mundial de 12 billones de dólares en Estados Unidos de aquí al 2025.
Otro punto importante a abordar es el de la brecha salarial que hoy promedia un 23% a nivel mundial, y que se eleva a 40% en el caso de mujeres afroamericanas en Estados Unidos. En tanto, en la Unión Europea las cifras indican que las mujeres en edad avanzada tienen un 37% más de probabilidades que los hombres, en el mismo rango etario, de vivir en la pobreza.
Debemos lograr que exista una economía que responda a las necesidades de las mujeres y las emplee a cambio de una remuneración digna, que se apliquen condiciones de trabajo igualitarias para el trabajo remunerado o no remunerado de las mujeres, que se apoye a las mujeres empresarias, entre otros aspectos.
En medio de esta trama compleja se necesitan también algunos cambios sencillos pero de gran envergadura: que los padres se ocupen de la crianza, que las mujeres participen y que las niñas tengan la libertad de crecer en igualdad con los varones. Es preciso que todas las partes hagan ajustes si se desea mejorar esta situación y hacer realidad los beneficios para todas y todos que prevé la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con la promesa de un mundo igualitario.
Phumzile Mlambo-Ngcuka
Directora Ejecutiva de ONU Mujeres
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