DEPORTES
18 de marzo de 2017
El jockey argentino que es sinónimo de éxito en el sudoeste norteamericano
Jorge Martín Bourdieu lleva 20 años en Estados Unidos, donde se destaca a 250 km de la frontera con México
Hace una década, Jorge Martín Bourdieu encontró en Phoenix su lugar en el mundo. A unos 250 km de la valla levantada para separar Estados Unidos de las ciudades de México más cercanas al sudoeste de la región norteamericana, el jockey argentino se destaca en una de las zonas del país más pobladas por latinos, especialmente mexicanos. "Aunque la mayoría tiene su visa de trabajo, hay mucha controversia por aquí después del cambio de presidente. Acá pensamos que teniendo los papeles en regla no hay motivo para preocuparse", describe. Donald Trump ganó en Arizona, un Estado en el que uno de cada seis habitantes es inmigrante. La hípica, necesitada de mano de obra irremplazable desde la cría hasta las pistas, es uno de los principales refugios. "Estamos a dos horas de la frontera", grafica.
La política no pasa inadvertida, pero cada uno sigue con su ritmo de trabajo en Turf Paradise, el hipódromo en el que hace base Bourdieu y tiene actividad por encima del promedio en ese país. "Aquí hay carreras casi 8 meses al año, de miércoles a domingo, salvo el día de la final del Super Bowl, sin importar dónde se juegue", pone en clima el jinete, que antes de radicarse allí se probó en distintas ciudades. "Ya pasaron 20 años. Tengo casi el mismo tiempo de vida aquí que allá", compara a la distancia, a los 42. Tanto ha cambiado desde que dejó Moreno, donde nació. O Pehuajó, donde se crió y se familiarizó con las cuadreras, montando caballos que cuidaba su padre, Jorge. O San Isidro,Palermo y La Plata, los hipódromos en los que sumó éxitos vertiginosamente para graduarse de jockey en poco más de un año, "cuando le corría a [Juan Carlos] Maldotti y tomaba algunas montas de [Pablo] Falero" , recuerda. Así se hizo un lugar junto al binomio que deslumbró en los '90, pero a los 22 buscó otro horizonte.
"En ese momento estaba de novio con [la ex jockey] Yolanda Dávila. Viajamos juntos a trabajar con [el entrenador] Luis Seglín en California. Yo estuve de galopador los primeros tres o cuatro años. En ese momento, mi carrera de jockey estaba terminada. Era lo que sentía. Pero en 1999 me quedé solo, un agente me ofreció que corriera en Los Alamitos (al sur de Los Ángeles) y ahí volví, aunque sin muchas oportunidades. Hasta que una noche, en 2002, estaba sentado en el cuarto de jockeys y me vino a ver R.D. Hubbard [dueño del argentino Gentlemen], un propietario norteamericano al que había conocido en Argentina, en uno de sus viajes a Cardales. Me propuso que le vaya a correr sus caballos en Nuevo México", revive Martín, que se afianzó y ya lleva casi 1400 festejos en los hipódromos de los Estados Unidos. Este año, con 41 conquistas, es el jinete argentino más ganador en ese país. Y el que más carreras ha corrido: 230.
La charla telefónica con La Nacion se extiende cordialmente después del mediodía. Son horas de tranquilidad para Bourdieu junto a Krystal, su mujer, y Julian, de 6 meses, el más chico de la familia. "Tenemos cinco hijos, incluyendo uno de 12 años que yo tenía; unos mellizos de ella y otro de 4 que tuvimos poco después de casarnos", apunta. Para ambos es el segundo matrimonio. Se unieron hace 5 años. Casi todos se suben a una casa rodante y emprenden la travesía cada año cuando llega el verano boreal y hay que ir a competir a Sunray Park o Albuquerque, a unas siete horas de casa. "Lo que puedo ganar ahí en tres meses y medio es lo mismo que en Turf Paradise el resto del año, pero igual estoy cómodo en Phoenix", sorprende.
Casi siempre vuelve, entonces. "Tuve un par de ofertas hace poco, para ir a correr a Canterbury y a Canadá, pero mover toda la estructura familiar es muy difícil. Es más, cuando tengo que ir a correr el campeonato de caballos cuarto de milla en Los Alamitos, voy y vuelvo solo". Donde aún no ha regresado desde 2000 es a Buenos Aires, la tierra de sus amigos, o a Córdoba, donde la familia tiene una carnicería y el fuego bajo la parrilla está siempre encendido, esperando el reencuentro.
Tan cerca, tan lejos
"La calidad de los caballos en Turf Paradise, el hipódromo en el que hago base, no es la mejor y los premios son bajos. Es muy difícil que desde acá pueda llegar a tener una oportunidad en la Triple Corona o en la Breeders' Cup. Lo más cerca que estuve de esas grandes carreras fue con una potranca invicta que ganó tres veces conmigo y la invitaron para un clasificatorio en Sunland. Pero no llegó ni a correrlo: se lesionó y la tuvieron que operar", contextualiza Bourdieu..
Foto portada @Turf_Paradise
Fuente:Carlos Delfino
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