POLITICA
15 de abril de 2017
El mal momento que vivió el Presidente en Tandil cuando salía de una iglesia junto a su hija Antonia
Cuando lo saludaban un grupo de vecinos, el Presidente fue increpado por unos pocos manifestantes en la puerta de un templo de su ciudad natal.
El presidente Mauricio Macri fue insultado e increpado por manifestantes hoy cuando salía de la iglesia del Santísimo Sacramento en Tandil, donde pasa la Semana Santa con su familia.
Macri había llegado a la iglesia en compañía de su hija más chica, Antonia, y fue increpado por un grupo de manifestantes cuando se subía a su camioneta.
Macri se mostró junto a su hija en Tandil.. Foto: Instagram
Las personas que lo abordaron tenían carteles que pedían por la libertad de Milagro Sala y también en reclamo de la paritaria nacional docente.
"Macri pará la mano", decía otra de las pancartas que llevaban los vecinos que protagonizaron el episodio, que solo fue un mal momento para el jefe de Estado no pasó a mayores. Es más, él mismo se fue manejando.
En la iglesia, el Presidente se reunió con el intendente Miguel Lunghi y el padre Raúl Troncoso, párroco del lugar.
Macri en Tandil junto a su hija Antonia y al intendente Lunghi y al padre Troncoso
Luego del encuentro, el intendente Lunghi dijo a medios locales que la reunión con Macri fue "amena" y que le agradeció "todas las obras" que se llevan adelante en Tandil con fondos de Nación, aunque también hubo lugar para pedidos, "como por ejemplo, más viviendas sociales".
El jefe comunal contó que le regaló al Presidente "una réplica de la Piedra Movediza, para que la ponga en su despacho", y que el mandatario le aclaró que "sólo vino a descansar, y no quiere molestar con actos y eventos".
El padre Troncoso también hizo referencia al encuentro. "Fundamentalmente hablamos del tren, le dije que las dificultades (para recuperar el servicio) no son tantas", puntualizó. Y agregó: "Lo importante es que se le ha cambiado la idea de que eso es imposible".
Seguir#MacriEnTandil El Presidente está en la Parroquia del Santísimo
"Hace mucho bien venir acá al lugar de mis raíces, contactarme con momentos de mi infancia", destacó el mandatario y reiteró su compromiso de "querer ayudar a los tandilenses y a los argentinos".
Antes del escrache
En su ciudad natal, Macri visitó la casa de su familia materna, los Blanco Villegas; y pasó por un local de venta de charcutería.
En diálogo con Eco, también dijo que "había comprado un par de kilos de queso, que le mostró la casa de su abuela a su hija Antonia" y le recordó el consejo de "hacer la siesta siempre, antes de ir a jugar".
Otros episodios
Esta no es la primera vez que Mauricio Macri es abordado por una protesta que vulnera su seguridad. El año pasado hubo varios episodios que pusieron en el centro del debate a la custodia presidencial.
En agosto, Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, fueron agredidos durante un acto en Mar del Plata, cuando un grupo de personas lanzó piedras contra el vehículo que los transportaba.
En diciembre, cuando Macri había viajado a pasar las fiestas de fin de año al sur del país, otro grupo de militantes de ATE atacó la camioneta en la que estaba el Presidente.
El episodio, que tuvo lugar en Villa Traful, Neuquén, fue más violento que el de Mar del Plata, ya que rompieron algunos vidrios del rodado.
Tras la agresión, el jefe de Estado dijo que a pesar de los escraches seguiría acercándose a las personas en sus actos. "No me voy a resignar al contacto con la gente por estas minorías organizadas", sostuvo.
Este año, la situación no cambió: ante cada viaje de Macri, un grupo de personas -muchas veces de organizaciones políticas vinculadas al kirchnerismo- organizó escraches contra el mandatario, como pasó en Salta semanas atrás.
Hoy, el escrache se llevó adelante en Tandil, tras la visita del presidente y su pequeña hija, Antonia, a una iglesia en Semana Santa.Agencias
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