Lo más lejos posible del Estado. Con esa consigna, la familia Macri intentará darle un giro de 180 grados a su empresa, después de la polémica generada por el Correo y el caso Avianca. "No nos resignamos a que Socma muera". Por eso idearon un plan para reconvertir la nave insignia creada por Franco.

¿Cuál es el plan? Vender activos que puedan generar conflictos de interés para ingresar a nuevos negocios que funcionen con la menor regulación posible del Estado. La decisión fue consensuada por el directorio de Socma -encabezado por Gianfranco Macri-, pero contó con un aval desde la Casa Rosada, informaron fuentes que participaron de esas charlas informales.

Después de la venta de la empresa aeronáutica Mac Air Jet a Avianca, los Macri tiene prácticamente sellada la venta del 7% de las acciones que tenían en Ausol, la firma que concesiona el peaje de la autopista Panamericana. Sólo resta la firma del contrato, que se hará la semana próxima, informaron en la empresa. Aunque lejos de las preocupaciones ocasionadas por el Correo, Ausol ya trajo dolores de cabeza. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, fue cuestionado por un supuesto conflicto de interés cuando aprobó en febrero un aumento del 120% en el peaje de la Panamericana.

La explotación de áreas de energía renovable era un negocio que entusiasmaba a los Macri a principios de año. Invirtieron, pero ahora dicen estar resignados. Aunque no participaron de la licitación pública -para evitar conflictos de interés-, Socma adquirió el permiso para operar las áreas de energía eólica Loma Blanca I, II, III y IV. "Demasiada relación con el Estado", admitieron. Las heridas por el Correo todavía no cicatrizan. Las áreas de energía renovable ya están en venta.

Aunque lo niegan públicamente, la reconversión de Socma fue tema de debate entre la empresa y funcionarios del Gobierno. Esas conversaciones llevaron a fuertes discusiones. "Después de lo que pasó con el Correo, hay muchos en la Casa Rosada que están dispuestos a sacrificar Socma para que no vuelva a molestar", sostienen cerca de los Macri. Y señalan con nombre y apellido a los "responsables" que quieren "la quiebra" de Socma para evitar conflictos.

Ni Franco ni Mauricio Macri pertenecen ya a la compañía, pero Socma es 100% Macri. El padre dividió las acciones entre sus cinco hijos en 2009. Mauricio, entonces jefe de gobierno porteño, cedió, a su vez, sus acciones entre tres de sus hijos: Agustina, Jimena y Francisco. Aunque mantiene su influencia, Socma es apenas un espejismo de lo que fue. Los Macri facturaban US$ 4000 millones anuales en los 90. Los números cambiaron: declararon una ganancia de $ 168 millones en su último ejercicio, según su balance.

Mientras se desprende de estos activos, la empresa apostará por un negocio que ya le dio resultado: los autos. Ya tienen la representación de la marca Chery en la Argentina -el negocio más importante de Socma-, pero ahora buscan cerrar un acuerdo con la empresa china DFSK, que fabrica vehículos utilitarios livianos. El objetivo es lograr la radicación de los chinos con terminales de autopartes en el país.

La industria petrolera será otra apuesta de Socma. La intención es expandir la firma OAS, que ya presta servicios y abastece a operaciones en Neuquén para un mercado que evalúan con futuro, en especial, cuando avance la explotación de Vaca Muerta. "No hay ningún tipo de conflicto de interés. Son negocios entre empresas", repitieron.

Por último, los Macri apuestan a la reactivación de un campo de 35.000 hectáreas en Salta. La intención es utilizar las tierras para la explotación ganadera o bien para la agricultura intensiva. Pero todavía faltan requisitos legales que habiliten el desmonte del campo.