“Como cristianos hay que trabajar por la unidad. No podemos aceptar la grieta, eso va en contra de nuestro ser.

Tampoco podemos reaccionar desde la histeria, tenemos que reaccionar desde lo que somos”, señaló el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, en su homilía de Corpus Christi, festejado este domingo.

Sin referirse directamente a la política, monseñor dijo: “Instalamos la grieta”. Término tan usado en estos días y que se naturalizó con la división de la sociedad entre kirchneristas y antikirchneristas o entre macristas y antimacristas. 

 Cargnello manifestó: “La eucaristía es fuente de comunión para la Iglesia, por lo que no puede haber una Iglesia dividida compartiendo el mismo pan. No puedo ser cristiano, no puedo ser un hombre o una mujer de eucaristía si no tengo en el corazón la pasión por la unidad; más allá de los defectos, del carácter, más allá de mis caídas, no puedo no trabajar por la unidad”.

 
Pese al frío, cientos de fieles se congregaron en el atrio de la Catedral Basílica para la celebración más importante del año de la comunidad católica.

La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) conmemora la institución de la eucaristía que Jesús realizó en la última cena y que constituye el centro de la liturgia y del culto de la Iglesia Católica. El Jueves Santo, su día, fue una fiesta incompleta debido a la misma naturaleza de la Semana Santa en la que prevalece el recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor. 

En cambio, la Iglesia la celebra la fiesta del Corpus Christi con solemnidad y pompa; además de la misa, se realiza una procesión.

“La celebración del Corpus es la mejor respuesta que puede dar la Iglesia a la sociedad. Le digamos al Señor que transforme nuestros corazones para que nos haga gente de comunión, de humanidad en los vínculos”, agregó Cargnello, en otro segmento de su sermón.

La cabeza de la Iglesia Católica de Salta se refirió también a la humildad de las personas a través de la eucaristía.

“Necesitamos recuperar esa conciencia que alimenta una actitud humilde para poder pararnos con verdad en la vida, superar las tentaciones de autosuficiencia, advertir que no estamos solos y que no podemos crecer solos compitiendo y destruyendo. La autosuficiencia achica el techo y Dios nos invita a romper techos para ver cielos y vivir intensamente el presente de cara a la eternidad”, expresó Cargnello. 

Después de la misa, cientos de feligreses caminaron en procesión por las calles España, 20 de Febrero, Caseros y Zuviría, paseando el Santísimo Sacramento.