El presidente Mauricio Macri llegó a las 21.30 acompañado por su esposa, Juliana Awada, y se sentó con las estrellas de la noche: Mirtha Legrand y Susana Giménez. Desde ese momento, empresarios, políticos, médicos, fotógrafos y hasta simples curiosos no hicieron más que mirar con fascinación a la mesa principal que dispuso la Fundación Favaloro para celebrar los 50 años de un logro médico mundial: el bypass.

“Un patriota”, dijo al evocarlo Mirtha Legrand, quien contó un encuentro con el médico en su programa después de la primera operación con la famosa técnica en la Argentina.

“Lo iba a entrevistar a Favaloro y mi marido quería que estuviese descansada y durmiera. Pero me encerré en el baño y me puse a estudiar. Cuando llegó el doctor y comencé a preguntarle, él me interrumpió: ¿Usted estudió medicina. No doctor, estuve leyendo hasta las 5 de la mañana”, recordó ayer la reina de los almuerzos ante la ovación generalizada, especialmente del Presidente.

Facundo Manes no pudo evitar ponerse de pie para aplaudirla. El neurólogo estuvo anoche en su rol de director del Instituto de Neurociencias de la Fundación: varios le reprocharon no haber aceptado ser candidato en la Provincia. No quiso ir segundo en la lista, debajo de Graciela Ocaña.

Al escenario fueron llamadas Susana Giménez y Juliana Awada en el que fue el debut de la primera dama con un discurso en un escenario así. “Es difícil hablar después de Mirtha y Susana, Favaloro es un ejemplo de amor, por su profesión y por el país”, señaló Awada, impactante con un vestido floreado y con brillos que exaltaban su figura, mientras las dos divas de la tele la alentaban. “Para ser tu primera vez, estuviste brillante”, la endulzó Teté Coustarot, quien ofició de maestra de ceremonia.

Los palmas más sonoras para la mujer del Presidente surgieron de la mesa de los artistas, donde estaban los eternos Luis Landriscina y Carlitos Balá. Y el folclorista Facundo Saravia, desde el escenario, pareció cantar sólo para la primera dama. Durante la comida, Awada se mostró de lo más cariñosa con su marido. Y fue Susana Giménez la más conversadora: no ahorró detalle del backstage de su reciente entrevista con Luciana Lopilato en Canadá.

La fiesta se hizo en el flamante Alvear Icon, el hotel cinco estrellas de Puerto Madero de la familia Sutton, que se destaca por su gracia arquitectónica en ese trozo tan lujoso de la ciudad. Allí, con un menú que combinó láminas de salmón, lomo en salsa de hierbas y una mousse de chocolate con forma de corazón, los ministros Rogelio Frigerio y Patricia Bullrich fueron sorprendidos por un amabilísimo Martín Lousteau, desterrado del oficialismo, que repartía besos entre los asistentes.

El ex embajador en Estados Unidos y competidor de Cambiemos en la Ciudad se acercó especialmente a abrazar al presidente Macri, quien le retribuyó el gesto. Después de todo, era una noche de corazones.