Ayer fue el comienzo real de la cumbre de Jefes de Estado del Mercosur. Hay varios temas en agenda referidos al comercio entre los países del Mercosur y los avances referidos a un posible acuerdo con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico, eso en palabras del secretario de Relaciones Exteriores de la Nación, Guillermo Raimondi.

Lo único que sale de la esfera comercial es una cuestión que está presente desde hace tiempo en la agenda internacional, tanto de los estados como en la prensa de todo el globo: la situación en Venezuela.

El secretario Raimondi dijo ayer que Argentina empuja una declaración del bloque instando al gobierno de Venezuela a que “desista de celebrar dicha convocatoria a la asamblea constituyente y que se vuelva al cauce de las instituciones democráticas, al respeto de las libertades civiles y políticas, de los derechos humanos, la liberación de todos los presos políticos”.

El tema Venezuela es insoslayable desde lo político, al menos en la visión de la Cancillería argentina y del propio presidente Mauricio Macri, quien ejerce la presidencia pro témpore del Mercosur hasta el viernes, momento en el que será reemplazado por Michel Temer. 

La intención de Macri es consensuar con los presidentes de los estados participantes de la cumbre una declaración política conjunta acerca de Venezuela, sumida en una profunda crisis económica y  con duros enfrentamientos  internos que van elevando su intensidad a medida que pasan los días.

La cuestión Venezuela es considerada por el funcionario de Cancillería como insoslayable. “Individualmente algunos países se han pronunciado  con la preocupación que nos provoca el deterioro institucional y la no observancia de las reglas de la vida democrática en ese país”, decía ayer Raimondi a Radio Mitre Mendoza.

En la sede de la Cumbre, los funcionarios de la Cancillería citaban esa charla como la muestra de los puntos principales sobre los que trabajarán hoy los cancilleres y que seguramente llegará a la mesa del encuentro entre los mandatarios mañana.

El lenguaje diplomático siempre es difuso y evasivo. Por eso la definición tan tajante acerca de Venezuela es un dato concreto de por lo menos las aspiraciones de Macri.

No resulta extraño que empuje una declaración de los presidentes del bloque, resulta coherente con el posicionamiento internacional que viene construyendo desde el inicio de su gestión, pero si resulta extraño que el juego se muestre con tanta anticipación. 

De hecho, la contundencia de la declaración contrasta con la prudencia de Raimondi cuando dijo que se trabajaría en la “recomposición del mercado interior del Mercosur”.

Claramente se habla de las dificultades que encierra la integración comercial del bloque, donde hay sectores productivos de los diferentes países que tienen dudas acerca de la integración porque no están en condiciones de competir con sus homólogos de los otros miembros del Mercosur.

En el caso de Argentina, el lenguaje difuso indica que hay distintas realidades macroeconómicas de cada uno de los países y también sectores de la producción rezagados desde lo tecnológico, a los que la apertura comercial sólo al Mercosur generaría fuertes cimbronazos económicos y políticos. Ayer particularmente se susurraban tres: textil, calzado y juguetes.

Los tres sectores tienen muchos trabajadores y los tres tienen fuerte arraigo en el Gran Buenos Aires. La apertura comercial resulta un problema para ellos, pero al mismo tiempo hay jugadores en los socios del Mercosur, particularmente Brasil, que quieren entrar a nuestro país. 

Las tensiones nunca serán blanqueadas del todo porque la sociedad en otras áreas siempre resulta ventajosa, pero si se requiere de mucho diálogo y sobre todo tiempo para que los rezagados se actualicen y estén en condiciones de competir.

Si aún quedan varias asperezas que limar para la integración total del Mercosur, más dificultades hay para que la sociedad se amplíe a la Alianza del Pacífico, bloque comercial conformado por Chile, Colombia, México y Perú.

Un eventual acuerdo entre los dos bloques fue el tema central del seminario de inicio de la Cumbre, donde el gobernador Alfredo Cornejo dio el discurso inaugural.

Hay voluntad política de avanzar en la integración entre ambos bloques porque ese horizonte genera oportunidades de desarrollo conjunto.

Pero siempre habrá quienes se sientan amenazados.

Y hablando de acuerdos con otros bloques, también estará en la agenda un posible acuerdo con la Unión Europea. Ha habido negociaciones y durante esta jornada los cancilleres de todos los países puntearán avances. Mañana, los presidentes también charlarán sobre los mismos temas y decidirán cómo seguirán las conversaciones con el bloque del viejo continente.

Una reunión del G20 será en Mendoza

La provincia aún está transitando su tercera cumbre del Mercosur en 25 años y ayer se enteró que el año que viene será sede de la pata económica del G20.

“Mendoza hoy hace un gran estreno, porque esta reunión del Mercosur es un precalentamiento para la reunión del BID en marzo y de las reuniones preliminares del G20 en abril, en lo que hemos llamado el G20 Federal”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, durante las conclusiones del Seminario Mercosur-Alianza del Pacífico.

Argentina albergará el año que viene la cumbre G-20, que se desarrollará en Buenos Aires y en la que el país asumirá también la presidencia del bloque internacional.

El canciller no brindó mayores detalles pero indicó que se realizará en abril de 2018 la reunión de ministros de economía de los países miembros del G-20. 

Esta reunión será preliminar al foro que reúne a la economías más poderosas del planeta junto a otros países emergentes.

Los principales temas que se evaluarán son la crisis política y social que atraviesa Venezuela, los avances sobre el posible acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea y con la Alianza del Pacífico. Aunque el eje principal será el traspaso de la presidencia pro tempore de la Argentina a Brasil.

Acuerdo de libre comercio con Egipto

La Argentina ratificó el acuerdo Mercosur-Egipto, tras siete años de demora. Según el tratado, el 60% de las exportaciones ingresarán con un 0% de arancel, en forma inmediata, al mercado egipcio y la desgravación arancelaria será total en 10 años.

Pasarán a tener arancel cero las exportaciones de alimentos (cereales, aceites, carnes, frutas y verduras), automóviles y autopartes, insumos para la extracción de hidrocarburos, productos químicos y maquinaria agrícola, entre otros.

La entrada en vigor del acuerdo coincide con la visita de la vicepresidenta Gabriela Michetti al país, en una misión oficial a África, cuyo objetivo es abrir nuevos mercados para los productos argentinos. Egipto es el séptimo destino de las exportaciones, por un valor de 1800 millones de dólares.

Agencias