La llegada a Jujuy en la tarde de mañana cobra un relieve diferente, tras la medida cautelar del viernes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la cual pidió al Estado argentino "medidas alternativas" a la detención de Sala, como "el arresto domiciliario" o que "pueda enfrentar los procesos en libertad, con medidas como la fiscalización electrónica".

"Macri viaja para dar apoyo político a Morales en medio de este golpe político que sufre por la resolución de la CIDH", leyeron ayer allegados a la dirigente. Pero desde el entorno del mandatario radical Gerardo Morales buscaron despegar el desembarco presidencial del caso Sala. "El viaje ya estaba agendado", aseguraron, además de remarcar que "Alto Comedero es enorme" y que Macri visitará "la otra punta del barrio de Milagro Sala".

No obstante, es un hecho la preocupación del Gobierno jujeño sobre el potencial impacto electoral del cambio en la condición de detención de la diputada del Parlasur. "El kirchnerismo tratará de usar su figura para incidir en las elecciones", advirtió el ministro de Gobierno y Justicia de Jujuy, Oscar Perassi, y remarcó que "la situación de Sala bajo arresto domiciliario le dará mayor capacidad de acción política, un régimen ilimitado de visitas, escasas restricciones y el montaje de un sistema de comunicación que puede ser usado políticamente para influir" en los comicios.

Por lo pronto, la agenda del Presidente mañana en Jujuy define una visita al sector de las 150 Hectáreas del barrio Alto Comedero (en el Gran San Salvador de Jujuy) y, luego, un encuentro con los candidatos locales de Cambiemos, a quienes brindará su respaldo, en un distrito que este año renovará tres bancas de senadores nacionales y tres de diputados nacionales.

Ayer el titular del Ministerio Público de Acusación de Jujuy, Sergio Lello Sánchez, confirmó su postura de recomendar a los jueces locales que se inclinen por "el arresto domiciliario" de Sala, como alternativa a la prisión preventiva a la que está sometida desde enero de 2016 en el penal de Alto Comedero (por el supuesto manejo irregular de fondos públicos para la construcción de viviendas sociales). Pero además remarcó que solicitará que sea en idéntica condiciones que "una prisión preventiva" y enfatizó que "la CIDH no se pronunció respecto de su ilegitimidad".

El procurador jujeño admitió también que las detenciones preventivas y las condiciones "en general no son muy favorables para ningún detenido en la Argentina", al recordar que el organismo internacional "recomienda el arresto domiciliario porque se considera que la vida de Sala está en riesgo".

La decisión final es potestad de los dos jueces que le dictaron la prisión preventiva a Sala: el juez de Control Gastón Mercau y el de Instrucción de Causas Ley Nº 2, Pablo Pullen Llermanos, quienes -dijo Lello Sánchez- deben "resolver conforme a las recomendaciones de la CIDH, previo correr vista a las partes".

La medida sería adoptada en las próximas horas, aunque el proceso podría sufrir alguna demora -salvo algún trámite excepcional- por el asueto administrativo de hoy por el Día de la Pachamama, que alcanza a la Justicia. "Estamos dentro del sistema internacional de Derechos Humanos y vamos a respetar todos los pactos; garantizar la vida y la seguridad de Sala lo hemos hecho y se seguirá haciendo para ella y para cualquier detenido", señaló Perassi.

Desde la vereda de Sala, en tanto, la abogada Elizabeth Gómez Alcorta remarcó ayer que "es vinculante" la cautelar de la CIDH y sostuvo que su cumplimiento es responsabilidad del Estado argentino, ya que "los únicos que pueden firmar convenios o tratados internacionales son los estados nacionales, y el que lo firma es el responsable" de garantizar su cumplimiento.

En paralelo, el Comité por la Libertad de Milagro Sala entregará hoy en Casa de Gobierno una petición para "exigir la inmediata libertad" de la dirigente, que cuenta con más de 40.000 firmas de distintos países, entre ellas las de la expresidente de Brasil Dilma Rousseff; el fundador de Wikileaks, Julian Assange; el juez español Baltasar Garzón y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.