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1 de septiembre de 2017

Argentina empató sin goles ante Uruguay en el estadio Centenario de Montevideo

Sampaoli no le cambió la cara a un equipo que no convence a nadie.Un poquito de Messi y el resto estuvo lejos de acompañarlo. Muy flojo rendimiento individual. Dybala e Icardi, defraudaron. Nos quedò un sabor amargo por no haber podido ganar.

Argentina empató sin goles ante Uruguay en el estadio Centenario, de Montevideo, en un partido que hizo recordar en el final a aquellos “pactos de no agresión” de otros tiempos, aunque este reparto de puntos no pareció de lo más conveniente para ambos a la luz de otros resultados, y el hecho de haber comenzado oficialmente el ciclo del entrenador Jorge Sampaoli.

La propuesta argentina con esa línea de tres a la que no apelaba un representativo nacional desde aquel partido que el equipo dirigido por Daniel Passarella le ganó 2 a 1 a Chile en Santiago para sellar la clasificación al Mundial de Francia 1998 apuntó en los 20 minutos iniciales a afirmarse en el juego defensivo con la transformación en una de cinco para contener, obligando a Marcos Acuña y Angel Di María a defender más cerca de su área que lo que a ellos les conviene por características individuales.

Esto ocurrió, claro, porque Uruguay tomó el protagonismo del juego, ahogando al equipo argentino en la mitad de la cancha con la dinámica del boquense Nahitán Nández y del ex ‘xeneize’ Alvaro González, apoyados por la ubicuidad del grandote Matías Vecino.

En ese lapso el tridente de estreno que componen en ofensiva Lionel Messi, Paulo Dybala y Mauro Icardi no tenía espacios para iniciar un funcionamiento que pudiera preocupar en la misma medida a la sólida zaga uruguaya, que tenía en Diego Godín al capitán de la resistencia.

La ubicación de Marcos Acuña por derecha, cuando presumiblemente podía rendir más por el otro sector, dejó a Di María por la izquierda, expuesto a la fervorosa marcación de Nández, una inteligente proyección del técnico Oscar Tabárez que le rindió frutos y no logró ser contrarrestada desde el banco de enfrente por el debutante Sampaoli.

En medio de ese ajedrez de trebejos celestes y albicelestes el partido solamente podía destrabarse con alguna pincelada de protagonistas que lucen en los mejores escenarios del mundo, pero como el uruguayo Luis Suárez llegó entre algodones a este partido, el que podía frotar la lámpara era Messi, y el capitán argentino se rebeló a los 20 minutos, le sacó una pelota de los pies a Guido Pizarro y encaró para el área local, generando la mejor acción de riesgo para su equipo en la etapa inicial, que no fue gol por virtud del arquero Muslera.

A partir de ese momento el encuentro cambió psicológicamente de dueño y fue Argentina el que se apropió de la pelota con la salida clara desde el fondo que le prodigaba Federico Fazio, con un solo error forzado en su haber por una mala cesión de Gabriel Marcado.

De allí se generó la acción de máximo riesgo para los locales con un remate posterior de Nández que contuvo a medias Romero y en el rebote se lo perdieron Vecino y Cavani. Esa fue la última de las escasas acciones de riesgo real que se generaron frente a los arcos.

La segunda parte arrancó más picada y con un juego anidado en la mitad de la cancha, de tránsito pesado no solamente por el estado del terreno de juego sino por la superpoblación de jugadores y la falta de ideas que alcanzaban a casi todos, porque está claro que en eso de asociar a Messi con Dybala lo que falla es que ‘Lío’ no es un jugador adepto a formar sociedades, ya que no lo hace puntualmente en Barcelona con Andrés Iniesta ni, cuando estaba, con el brasileño Neymar, sencillamente porque no lo siente. Y con el cordobés no fue la excepción.

Un poquito de Messi y el resto estuvo lejos de acompañarlo

El encuentro se empezó a parecer entonces a anteriores ediciones de eliminatorias en que los empates eran resultados convenientes para ambos, y el de anoche, a la luz de los resultados que se dieron en otros escenarios, fue más de lo mismo.

La bandera del comienzo, que rezaba “Argentinos y uruguayos, siempre hermanos”, con la palabra Paz por debajo, pareció refrendarse en ese tramo final del partido, donde los dos equipos buscaron con poco y se conformaron con lo que había, pensando más en un futuro inmediato venturoso que en el presente, ese hoy que tenía al local con la punta limada por la lesión de Suárez y a la visita estrenando un ciclo donde todo está por hacerse, aunque la contra grande es que el tiempo apremia. Y la estadía en zona tenebrosa de clasificación. El martes próximo será la hora de recibir a Venezuela y de repetir en el mismo escenario frente a Perú. Para el 10 de ese mes habrá que viajar a la altura de Quito para cerrar la eliminatoria visitando a Ecuador. Allí se sabrá si este fue un punto que sumó o no. Porque hasta en la diferencia de gol no se pudo progresar. Como en los últimos tiempos de Edgardo Bauza.

A continuación los puntajes.

Sergio Romero (5): En la más clara de Uruguay dio rebote tras un disparo de Cebolla Rodríguez y se recompuso al contener el remate de Cavani. Después casi que no fue exigido, salvo algún que otro centro que despejó sin problemas.

Gabriel Mercado (5): Bien en el fondo y mostrándose por todo el campo. Puso mucha entrega y complicó también en el área de enfrente.

Federico Fazio (4): Contenido ante la falta de profundidad de Uruguay. Sólo se limitó a esperar en el fondo.

Nicolás Otamendi (5): No se complicó cuando fue requerido. Bien por arriba aunque con alguna dificultad cuando tuvo que salir con el balón dominado.

Marcos Acuña (3): Tirado sobre la derecha fue el más buscado en la primera parte y no pudo resolver ninguna bien. Fue el primer reemplazado.

Lucas Biglia (5): Activo se mostró siempre en el medio. Bien a la hora de la recuperación y tampoco desentonó cuando tuvo que distribuir el juego. Por momentos se asoció al desconcierto de sus compañeros.

Guido Pizarro (4): No tuvo sorpresa el volante central. Le costó acoplarse al juego.

Angel Di María (4): Con espacios no pudo terminar ninguna bien. La mayor parte de las jugadas ofensivas pasaron por sus pies y las terminó casi todas mal. Abusó de los centros sin destino alguno

Lionel Messi (7): Arrancó con dudas cuando tuvo el balón, pero recompuso su imagen en el transcurso del partido. Leyó bien el partido y se puso el equipo al hombro en los mejores minutos de Argentina. Intentó llegar al arco, pero no tuvo la más mínima colaboración de sus compañeros.

Paulo Dybala (4): Messi lo buscó, pero él no lo acompañó. Lejos del arco. Fue reemplazado.

Mauro Icardi (3): Ausente sin aviso. Nunca encontró los espacios para hacerse del balón. Casi que no entró en juego.

INGRESARON: Lautaro Acosta (4): Entró con muchas ganas, pero no alcanzó para cambiar la historia.

Javier Pastore (4): Otro que puso aportar poco con su ingreso. Joaquín Correa (-):Típico cambio de partido cerrado. Jugó el tiempo de descuento.



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